Wanda Maximoff, poderosa CEO de la empresa "Maximoff Corp" es una de las mujeres más bellas del mundo, lo tiene todo pero no a tenido la suerte de encontrar a su verdadero amor, todo cambiará cuando su hermano Pietro Maximoff le de uno de los "anfit...
-¿Quieres descansar?-. Preguntó Natasha deteniendose en la esquina de la calle, mírando alrededor.
-No, debemos seguir para encontrar suministros de comida, si no recuerdo mal a dos cuadras de aquí había un supermercado pequeño-. Murmuré fruncendo el ceño para sacar la tablet que tenía en mis manos.
-Bien, ¿Pueden escucharnos? Nos dirigimos al sur, tengan cuidado y miran a los techos-. Murmuró Natasha apretando en auricular en su oreja.
-Sigamos-. Le dije con una pequeña sonrisa guardando la tablet en el chaleco que traía puesto.
Mi novia me dio un guiño para después alzar su arma y ser la primera en atravesar la calle mientras yo la seguía de cerca, alzando mi propia arma para mirar los techos de los edificios, no queríamos ser atrapadas con la guardia baja, la ciudad era como una ciudad fantasma, claramente habían muchos coches destrozados y otros estaban en buenas condiciones pero sin gasolina mientras que algunos edificios estaban destrozados.
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-¿Sabes? Nunca pensé que esta batalla se volviera tan así... Sokovia parece una ciudad fantasma, Hela es mucho más poderosa de lo que pensamos-. Murmuré con agitación ya que comenzamos a correr por la calle.
-¿Enserio? Bueno, hay que encontrar lo bueno de esto, mientras los mejorados, los militares y aquellos anfitriones se peleen entre ellos, nos harán el favor de acabarse mutuamente dejando minoría entre ellos y así podremos acabar más fácil con ellos sin arriesgar a los humanos que cuidamos-. Habló Natasha con seriedad para luego encogerse de hombros.
-Vaya, nunca lo había pensado así-. Dije un tanto sorprendida y mi novia solo me dio un guiño haciéndome sonreír.
Pronto llegamos al pequeño supermercado que recordaba, Natasha fue la primera en ingresar para serciorarse que no tuvieramos una pequeña sorpresa, cuando hizo su ronda y yo esperaba afuera, soltó un chiflido indicándome que podía ingresar, así que me adentré haciendo una mueca al ver algunos cuerpos en el suelo junto con vidrios y estantes tirados.
-Hay que dividirnos, aquí tengo la lista de lo que necesitamos, ah y... Si encuentras toallas femeninas toma todas las que puedas juntos con pañales para bebés-. Le comenté a mi novia enseñalandole la lista, ella solo rodó los ojos.
-Bien, te apartaré varios paquetes de toallas por si encuentro, también a las demás-. Dijo dándome un guiño para luego marcharse a los otros estantes.
Yo negué con la cabeza divertida, tome un respiro y caminé por un pasillo revisando bien los estantes y buscando cosas que no estuvieran caducadas y en buena forma, así fue como encontré varias latas en buen estado, rápidamente leí las etiquetas para luego echarlas en la mochila negra que tenía, podía escuchar a Natasha al otro lado del supermercado tarareando una canción, siempre que salimos de nuestro lugar seguro, mi corazón latía con mucha fuerza.
