Wanda Maximoff, poderosa CEO de la empresa "Maximoff Corp" es una de las mujeres más bellas del mundo, lo tiene todo pero no a tenido la suerte de encontrar a su verdadero amor, todo cambiará cuando su hermano Pietro Maximoff le de uno de los "anfit...
-Wanda... ¿Te encuentras bien?-. Pregunté colocando mi mano en su espalda baja.
-No, déjame-. Gruñó para hacerse más bolita en la cama, ocultándose en la cobija.
-No puedo... ¿Qué está mal? ¿Necesitas que te analice? ¿Llamar a emergencias?-. Pregunté sintiéndome realmente muy nerviosa sin saber cómo ayudar.
-¡No! Estoy bien... Sólo ya sabes, estoy en esos días-. Murmuró quitándose la cobija para verme con un puchero en su rostro.
-¿Esos días? ¿Qué días?-. Pregunté realmente confusa, ¿De que está hablando?.
-Natasha... Cariño, estoy iniciando mi periodo y siempre es horrible, yo no sé ni por qué existe, deberían de hacer algo para que no exista, es súper doloroso y lo odio tanto-. Comentó haciendo pucheros para después comenzar a llorar.
-No, no, no... Por favor no llores, dime qué tengo que hacer, leí sobre el periodo pero no lo entiendo, hemos estado juntas todos estos meses y jamás te has quejado como ahorita, ni siquiera me lo mencionaste-. Murmuré acercándome para abrazarla fuertemente en mis brazos.
-Por que me daba vergüenza, lo sé, es patético pero es lo que sentía pero a veces mi periodo es realmente muy malo, me duele la espalda baja, me duele el estómago, la cabeza está apunto de explotar y en la madrugada me di cuenta que no tengo toallas... Voy a morir está vez-. Murmuró entre quejidos mientras trataba de controlar su lloriqueo.
-No vas a morir, no te preocupes cariño mío, iré por tus toallas y traeré cosas que te ayuden para este momento, incluso podemos ver películas o puedo sobar tu espalda-. Comenté con una sonrisa alejándome de ella y levatandome de la cama.
-¿Puedes dar masajes?-. Preguntó Wanda borrado las lágrimas de sus ojos para sentarse en la orilla de la cama.
-Claro, no creo que sea tan difícil, entonces... ¿Aparte de gus toallas que más necesitas?-. Pregunté colocando mis manos en mi cintura frunciendo el ceño.
-Helado... Quiero helado y galletas junto con dulces-. Comentó abrazando sus piernas y dándome una leve sonrisa.
-Esta bien, necesitaré dinero y luego me marchó, oh y cambiarme-. Murmuré al ver la pijama de dinosaurio que traía puesta, Kate me la había regalado.
-Si, usa la tarjeta gris, mientras tanto moriré en esta habitación-. Dijo Wanda con voz un tanto chillona para dejarse caer en la cama.
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Creo que está haciendo un poco exagerada pero pensándolo bien, no creo que exageré, leí varias cosas sobre el periodo y dicen que pueden ser completamente horribles para las mujeres, hay unas que tienen suerte de no tener cólicos y ningún otro síntoma mientras que otras mujeres, pareciera que las están matando y algunas otras incluso caen en urgencias por su periodo, debe ser horrible, lo bueno que yo no tengo esos problemas gracias a qué soy un anfitrión.