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Kate Pov.

Tomé las muletas y caminé hasta llegar al espejo que teníamos en nuestra recámara, mis labios temblaron al no ver mi pierna, mi corazón dolió dentro de mi pecho y las lágrimas caían por mis mejillas, tal vez para muchos era muy molesto que yo esté llorando por esto por qué... Muchos estaban felices de estar vivos, yo también pero... Pero no así.

El dolor fantasma de mi pierna era demasiado doloroso, me cuesta demasiado respirar y siempre tenía que tener cerca un maldito tanque de oxígeno por mi pulmón y ahora... Ahora mi pierna ya no está, jamás la recuperaré.

-¿Kate? ¿Amor? ¿Qué está pasando?-. Escuché la voz amorosa de mi novia haciendo que girará en su dirección.

-¿Qué está pasando? ¿De verdad me preguntas eso? ¡Yelena! ¡Mírame! No tengo una pierna y no puedo evitar agotarme y no usar el maldito oxígeno, ¡Solo mira lo que soy ahora! ¡No es justo!-. Grité con bastante enfado sintiéndome rápidamente agitada y agotada mientras lágrimas caían por mis mejillas y miraba fijamente a Yelena.

 Grité con bastante enfado sintiéndome rápidamente agitada y agotada mientras lágrimas caían por mis mejillas y miraba fijamente a Yelena

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-Kate, cariño... Se que no es justo pero por favor, vuelve a la cama, necesitas recuperarte-. Murmuró Yelena para acercarse a mi para tratar de ayudarme pero yo gruñi golpeando sus manos y alejándome de ella provocando que las muletas cayeran al suelo al igual que yo.

-¡Esta vida no es la que quiero! ¡No te acerques! ¡Déjame en paz!-. Grité con tanto enfado y dolor haciendo que Yelena diera dos pasos hacía atrás mientras alzaba las manos enfrente de ella.

Yo solté un fuerte gritó mientras golpeaba la madera debajo de mi, maldita sea... ¡Odio mi jodida vida! ¡Esto no era vida! No me siento yo mientras todo el maldito tiempo me la paso acostada en la cama sin poder hacer lo que antes podía hacer, maldita sea... Todo el tiempo estaba desesperada, con ansiedad, con enojó y al final del día siempre me desquitaba con alguien más y no era justo para ellos pero no era capaz de controlar mis ataques de irá.

-Lo siento... Lo siento Yelena, no quería gritarte-. Murmuré sin siquiera verla mientras me hacía bolita en el suelo y las lágrimas parecían no parar nunca.

Seguí llorando mucho más fuerte al no escuchar respuesta de Yelena, tal vez... Tal vez ella termine dejándome por no ser la mujer que era antes, ya no era la chica de la que se enamoró por qué ahora siempre estoy enojada, gritándole y ella no merece eso, además de que... Ni siquiera podemos tener sexo por qué en cuanto nuestros besos suben de tono, la respiración me hace falta y tengo que ponerme oxígeno, no es justo, la vida no está siendo nada justa para mí, ¿Por qué?.

Antes de que siguiera en mis propios pensamientos de autodestrucción, senti unos brazos envolverme para luego cargarme y sujetarme con firmeza para después colocarme en la cama con suavidad, un pequeño hipo me hizo sentir dolor provocando que llevara una mano a mi pecho, giré mi rostro hacia Yelena quién estaba en la orilla de mi pierna, dándome una mirada bastante triste.

I.A (Scarletwidow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora