30. El alcantilado.

3.3K 442 199
                                    

✩。:•

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

✩。:•.───── ✧ ─────.•:。✩

Al día siguiente, Aria y Draco ya se encontraban en Forks. Ambos iban caminando detrás de Remus, ya que tomarían la oportunidad para seguir practicando su magia con y sin varita. El licantropo les había dicho que era fundamental no perder la práctica porque nunca se sabía cuando se necesitaría usarla.

Antes de llegar a su destino –un lugar apartado en el bosque –, Aria podía sentir un ligero ardor en su entre pierna y algo de cansancio de la cintura hacia abajo, y bueno, era evidente la razón. En ese instante, Draco la miró y sus labios se curvaron en una sonrisa juguetona. Eso causó que un ligero sonrojo se dibujara en sus mejillas.

Al cabo de dos horas completas, la práctica terminó y Remus se marchó para dejarlos un rato a solas. Ayudaba bastante que aún no oscurecía, ya que eran las cuatro y media de la tarde.

—Me he acabado el agua —habló Draco, alzando la botella de agua que yacía completamente vacía.

—Sí quieres puedes ir por más —dijo Aria. Su espalda estaba recargada en el grueso tronco de una árbol.

—¿No quieres acompañarme?

El rostro de Draco se contrajo e hizo un puchero con sus labios. Aria rió.

—Estoy muy cansada —aclaró ella, estirando sus brazos para tomar una mejor posición y así relajarse mucho más —. Te esperaré aquí.

Draco resopló y asintió.

—Vuelvo en un momento.

Dicho eso, se puso en marcha y regreso a casa de Aria por el mismo camino que Remus siguió.

Aria se dejó llevar por el cansancio y cerró los ojos por un momento para poder descansar en lo que Draco llegaba, pero lamentablemente no pudo hacerlo.

—Te ves tan linda y tan frágil como la última vez que te ví.

Sintió como su piel se erizaba y un incómodo escalofrío la recorrió por cada parte de su cuerpo. De un solo movimiento se puso de pie y dió media vuelta para encarar a la dueña de aquella siseante voz. Ella estaba detrás del árbol donde segundos antes se hallaba sentada. No le agradaba en lo absoluto verla.

—¿Qué haces aquí? —gruñó Aria, conectando su mirada con la fría y maliciosa de su contraria.

Victoria rió y negó con la cabeza, mientras posaba una de sus manos en su cintura.

VAMPIRES TALE | jasper h. & draco m.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora