VT | ❝Muchos magos y brujas desprecian mi sangre, mientras que ciertos vampiros desean beberla. ❞
La segunda guerra mágica ha comenzado. Aria al ser hija de muggles y prima de Hermione Granger corre el riesgo de ser asesinada por mortífagos. Sus ami...
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—Ya te lo he dicho, Harrington, he venido a ayudar.
Aria entrecerró los ojos, recelosa. Estaba más que claro que no creía en las palabras de esa chica hipócrita, además, no era estúpida y la conocía perfectamente para saber que había algo más, que tenía una razón para llegar a Forks y no precisamente era ayudarla.
—No nací ayer, Parkinson —aclaró la morena, posando sus manos sobre su cintura, en forma de tetera —. Sé que no has venido a eso y quiero que me expliques como es que te enteraste de esto.
La bruja pelinegra bufó y después sonrió, sin gracia.
—Escuché a Lovegood mientras hablaba con Theo —contestó, en un tono de inocencia que claramente nadie creería —, entonces me acerqué a ella para preguntarle que sucedía porque se veía bastante exaltada, lo cual es raro en una persona tan alegre como ella.
—¿Y qué más?
—Me contó todo lo que estaba sucediendo y decidí que quería ayudar.
Aria soltó una risa de ironía total.
—No me digas que te preocupaste por mí.
—Por supuesto que sí —Pansy llevó una mano hasta su pecho y se hizo la ofendida —. Además, quería hacer una buena acción, porque he cambiado.
La morena puso los ojos en blanco y negó con la cabeza.
—Luna es demasiado inocente para notar tus malas intenciones, pero afortunadamente yo no. Sé que estás aquí por Draco.
Entonces, Pansy comenzó a reír e hizo un ademán con su mano derecha, para proceder a dar unos cuantos pasos para quedar a corta distancia de su contraria.
—Sabía que no sería fácil engañarte —dijo la pelinegra —, pero al menos lo intenté. Y sí, estoy aquí por Draco y por nadie más que no sea él y te advierto que haré todo lo posible por estar pegada a él.
—Tal como una garrapata —se burló Aria —. Escucha, Parkinson, las cosas han cambiado y ahora no corremos peligro y los padres de Draco están de acuerdo con nuestra relación.
—Olvidaste mencionar que estamos a punto de casarnos —agregó Draco, tomando a la morena por la cintura —. Ahora ya nada está en nuestra contra.
—Así que ten por seguro que no te saldrás con la tuya —dijo Aria, un poco sorprendida por la repentina aparición de Draco.
Pansy le dedicó una mirada fulminante a ambos y se marchó hecha una fiera hasta donde estaba Luna, junto a los demás.
—Ten por seguro que nada nos separará —afirmó Draco, juntando su frente a la de su novia y tomando sus manos —, y mucho menos ahora que tendremos un hijo. Después de que pase todo este desastre, comenzaremos con los planes de nuestra boda. ¿Te parece?
