VT | ❝Muchos magos y brujas desprecian mi sangre, mientras que ciertos vampiros desean beberla. ❞
La segunda guerra mágica ha comenzado. Aria al ser hija de muggles y prima de Hermione Granger corre el riesgo de ser asesinada por mortífagos. Sus ami...
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Durante los últimos días, Draco y Rosalie mantuvieron en el centro de sus conversaciones a Aria, pues sabían de antemano que ella necesitaba un respiro de todo lo sucedido y la única manera de hacerlo era saliendo, es por ello, que esa mañana la vampiresa y la morena se encontraban sentadas en una cafetería.
—No sé porque estamos aquí —musitó Aria, divagando con su vista todo el lugar —. Yo no tengo ánimos de comer y tú ni siquiera lo haces, o al menos no comida humana.
Rosalie ladeó la comisura de sus labios y movió su cabeza de manera negativa. Su risos ondearon a la par que su cabeza.
—Necesitas otro tipo de ambientes que no sea tu habitación —determinó la rubia —. Es bueno salir de vez en cuando, sobretodo con compañía de alguien que puede entenderte y que te aprecia.
Aria bajó la mirada a su taza llena de café humeante y formó una línea horizontal con sus labios. Aún dolía recordar al bebé y más aún, sabiendo la triste historia de la vampiresa.
—Eras una de las más emocionadas —aseguró, sin atreverse a mirarla —. Emmett me contó que incluso estabas pensando en comprar muchas cosas para el bebé. También me dijo que estabas muy ansiosa porque ya querías saber el género.
Rosalie soltó una leve risita. Después, estiró su mano para tomar la de Aria, que estaba del otro lado de la mesa. La morena la miró asombrada, pues era la primera vez que la vampiresa tenía algún contacto físico con ella.
—Las cosas siempre pasan por alguna razón. No te sugestiones, ¿de acuerdo? Eso no es bueno para tu salud.
Aria entendió al instante a lo que la rubia se refería con lo primero que dijo, por lo que cerró los ojos por un momento y suspiró con fuerza.
—No voy a convertirme en un vampiro —aseguró con decisión. Su contraria la miró anonada —. Fred me contó sobre la visión de Alice. Según tengo entendido, sus visiones no son exactamente precisas, todo depende del rumbo de la decisión que tome dicha persona.
—Estás en lo correcto —aceptó la rubia, simulando tomar un sorbo de café. Al olerlo, hizo una leve mueca que le resultó un poco graciosa a su contraria —. No puede ser que ahora no me guste ni siquiera el aroma del café, en mi mortalidad lo bebía como si de agua se tratara.
Aria dejó salir una leve carcajada.
—Bien, entonces no hay porque preocuparnos —siguió la morena, frotando sus manos ante el frío que comenzó a sentir —. No tengo en mente volver con Jasper, no quiero hacerlo porque ya elegí con quien quiero pasar el resto de mi vida y ese es Draco. Lo amo demasiado como para hacerle algo tan desagradable como volver con tu hermano, además, ambas sabemos que no lo merece.
Rosalie lamió sus labios y pasó una mano por su sedoso cabello, acomodándolo hacia atrás.
—Tienes razón, y entiendo a la perfección que no quieras estar con Jasper. Él fue un cobarde al dejarte sin darte una explicación personalmente y siendo sincera, yo prefiero que sigas siendo humana, de esa forma no sufrirás como lo he hecho yo.
