Capítulo 28

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Los Venator veían como la patrulla de policía que conducía Luis se alejaba por la carretera.

Chris y Sofía decidieron marcharse a cumplir con sus respectivas tareas públicas, mientras que Harry y los mellizos volvieron a entrar a la casa y se sentaron en la sala. Se quedaron callados por unos minutos, hasta que un bostezo rompió el frío silencio que se había formado.

—Creo que me iré a dormir —mencionó Alison poniéndose en pie—. Luego terminaremos de limpiar tu habitación hermanito —dijo esto último y beso la mejillas de Alexis, para caminar rumbo a las escaleras y llegar hasta su habitación.

—... ¿Alexis? —llamó Harry a su primo, luego de que Alison se marchara.

—¿Qué? —contestó con su cabeza apoyada en la cima del sillón, haciendo que su vista quedará hacia el techo.

—... ¿Tu sentías algo por Alejandra, verdad?

La pregunta tomó por sorpresa a Alexis, no pensó que Harry le preguntaría algo como eso, pero luego de todo lo que había pasado era estúpido que no se diera cuenta.

—... Sí —afirmó mientras cerraba sus ojos.

—... Comprendo —asintió levemente y se puso en pie—... Iré a mi habitación también.

—Okey.

Harry se fue y al cabo de unos segundos Alexis también se fue a su cuarto, encontrando aún el desorden que no había querido terminar de limpiar con su hermana.

Se sentó en el suelo, apoyando la espalda en su cama y miró a su alrededor. Cerca de él vio un álbum de fotos, se inclinó un poco para tomarlo y luego de observarlo entre sus manos por unos minutos, decidió abrirlo.

A simplemente vista parecían fotos muy mal tiradas y enfocadas, las cuales él mismo había tomado con un objetivo, en todas y cada una de ellas, aparecía en el fondo una chica de melena rubia. Su hermana siempre le protestaba diciendo que nunca tomaba buenas fotos y le prohibía agarrar o estar cerca de una cámara. Él solía tomar malas fotos a propósito para que no sospecharan de su atracción hacia Alejandra.

No guardaba fotos de ella  exactamente, simplemente fotos que representaban lo que a él le pasaba. Fotos en las que ella se observaba a la lejanía.

Él siempre se sintió atraído por ella. ¡Siempre!

Trató de olvidarla. Se convirtió en un Playboy por ella, sí, por ella. Salió y terminó acostándose con muchas, muchísimas chicas, pero a pesar de eso, ninguna era lo suficiente.

Nunca comprendió porque. No entendía por qué le gustaba verla sonreír, no entendía por qué odiaba verla triste, y cuando alguien la molestaba, él se encargaba de hacer alguna cosa para que eso no volviera a suceder, sin ser muy obvio de sus intenciones.

La solía mirar cuando estaba distraída, deseaba enredar sus dedos en su cabellara rubia y atraer su cuerpo hacía él, como había hecho semanas atrás, solo que siempre se contenía. Pensaba que ella era demasiado inocente para tenerla cerca y no deseaba corromper su pureza. Nadie sabía sobre esa atracción que sentía por Alejandra, ni siquiera su hermana.

Nunca pasó por su mente que algún día podría llegar a hablarle, a compartir algún momento con ella, eso lo tenía como una tonta idea de su imaginación. Pero gracias a la llegada de Luna, pudo hacer realidad ese deseo que tenía.

Durante ese tiempo que ambos convivieron, a pesar de ser cortó, hizo que él se diera cuenta que nunca se trató de una simple atracción.

El día que la besó, pensando que ella lo rechazaría por su atrevimiento, se sorprendió al notar que no se apartó, sino que le correspondió. Sintió algo que nunca había sentido, llenando todo su ser de algo que nunca había llegado a comprender.

Cervusdei [✓] [SagaJordfrin #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora