Cervusdei [✓] [SagaJordfrin #1]

Capítulo 24

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Jueves, 5 de diciembre de 2019:

Luna estaba sentada en el asiento delantero junto a Harry, el cual iba conduciendo, mientras los mellizos charlaban en la parte trasera.

Harry estacionó la camioneta, todos vieron que el auto de Alejandra ya estaba en el lugar, así que se dirigieron a la entrada de la escuela, pero notaron que había una gran multitud de estudiantes al igual que algunos coches de policías.

—¿Qué habrá pasado aquí? —preguntó Alison.

Ellos caminaron entre la gente hasta quedar justo al frente de la cinta color amarillo que marcaba el perímetro. Habían algunos oficiales hablando con Sofía, quien mostraba un rostro de preocupación y otros de ellos junto a un bulto cubierto por una sábana color azul claro, sin lugar a dudas se trataba de un cuerpo, nadie en ese lugar era estúpido.

Una fuerte ventisca azotó de pronto el lugar, mostrando lo ocultó bajo la mata.  Un cuerpo desnudo y lleno de moretones quedó al descubierto, sus ojos se encontraban abiertos, sin mostrar vida en su interior.

Luna casi cayó al suelo al ver esa imagen, ya que era alguien a quien ella quería demasiado.

—¡¡ALEJANDRA!! —gritó Luna desesperada llevando sus manos a su boca.

Su cuerpo se desprendió y casi tocó el suelo, pero Harry la sujeto rápidamente para terminar ambos arrodillados en el piso.

Harry no podía creer lo que sus ojos veían, la única persona que podía considerar una amiga estaba muerta, allí frente a él. Su cuerpo se llenó de un sentimiento que pensó no sentiría nunca jamás, pero todos saben que el "nunca jamás" no se cumple.

Alison miraba con los ojos bien a abiertos el cadáver de Alejandra que estaba siendo cubierto nuevamente por los policías; su corazón latía demasiado rápido, su respiración era apresurada y su vista se comenzó a nublar.

Alexis solo se quedó estático sin saber qué hacer, no sabía si gritar, si llorar, si correr hasta el cuerpo de Alejandra y abrazarlo hasta que despertara, diciéndose a sí mismo que todo era una broma o un mal sueño.

Luna comenzó a llorar, a gritar, a patalear, no podía creerlo, no quería creerlo. Se separó un poco de Harry para ponerse en pie y rápidamente cruzó por debajo de las cintas que marcaban el perímetro, fue corriendo para tratar de llegar hasta su amiga, quería que todo esto fuera una mentira, una broma, pero antes de llegar fue detenida por su padre, que le impidió seguir.

—NO. ¡Ella es mi amiga, ella es mi amiga! —decía entre sollozos, derramando lágrimas sin parar, soltando gritos de frustración, lo que hizo que su padre la envolviera en sus brazos.

—Lo sé hija, lo sé. Ssssh. Tranquila —le dijo Luis mientras acariciaba su cabello tratando de calmarla, como cuando era pequeña y estaba triste, pero no parecía funcionar.

Harry también cruzó la cinta y fue apresurado hacia donde ellos estaban.

—Luna —la llamó con un tono suave.

Ella se despegó un poco de su padre y centro la mirada en Harry. A él se le estrujó el corazón al verla así. El rostro de su querida Luna se había vuelto rojo, al igual que sus ojos que a su vez estaban hinchados, derramando inmensas cascada de lágrimas, las cuales parecían no secarse.

—Harry... Alejandra, Alejandra, ella... —trató de decir, pero volvió a romper en llanto, así que Harry rápidamente la estrujó en sus brazos y ella aferro sus manos al abrigo del chico.

Él la dejo llorar todo lo que quisiera, la dejo gritar, la dejó ensuciar su abrigo, solo quería que ella se desahogara.

Luna había acabado de perder a una de sus mejores amigas, tan solo llevaban unos pocos meses y un par de semanas desde que se conocieron, pero en ese poco tiempo sintieron mucha confianza la una en la otra, como si ya se conocieran. Alejandra, no solo era su amiga, llegó a sentir que hasta era su hermana, al igual siempre lo sentido con Ana.