Capítulo 1

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Siglo XVII, 29 febrero de 1620:

Ya estaba atardeciendo y un joven de 20 años caminaba a paso rápido por el bosque. Sabe que pronto llegará el día y no puede permitir que suceda. Debe apresurarse ya que tiene que hacerlo solo. Nadie en ese lugar lo ayudaría si supieran lo que estaba tratando de hacer.

Llevaba una capucha que no deja ver su rostro. Se paró frente al roble. Era enorme. Lo que sus ojos veían era horrible, pero intentó no prestarle mucha atención. Trepó por sus grandes raíces que lo elevan por sobre la tierra lo suficiente como para que una persona pasara por debajo suyo.

No dudó ni un segundo en comenzar a talar. Era mucho trabajo para él solo, sin embargo estaba decidido a hacerlo. Él haría cualquier cosa por ella, sin importar lo que pasara con él en el futuro.

La noche ya había caído, así que encendió un farol para poder iluminarse.  A pesar de estar cansado no se detuvo, y continuó. Las horas pasaron rápido.

De pronto se escuchó una voz que provenía de debajo del roble. Era muy tenebrosa, de tan sólo escucharla se te podía helar la sangre.

¡MALDITO! ¡ESTO NO SE QUEDARÁ ASÍ! ¡YO TE MALDIGO! —se escuchaba la voz que resonaba por todo el lugar.

Él joven continuó talando el árbol. No podía detenerse ahora que estaba tan cerca.

El roble cayó al suelo. Él bajo la capucha que cubría su rostro. Trepó sobre el tronco ya cortado y alzó el farol para iluminar mejor el lugar donde veía. Su rostro se hizo visible y sus ojos verdes brillaron por la luz que emitía el fuego.

Ya está hecho...

Presente, junio de 2019:

Ella despertó de golpe. Sus ojos azules lo miraban todo a su alrededor y una capa de sudor frio cubría su piel. Esa tenebrosa voz la había asustado. Acababa de tener otro de esos extraños sueños que la atormentan desde niña.

Rápidamente sacó su blog y empezó a dibujar al chico que vio, cada vez que tenía esos sueños, los dibuja, ya que sentía que eran importantes de alguna forma, y que por ningún motivo debía olvidarlos.

Sábado, 21 de septiembre de 2019:

Luna acomodaba la última caja de la mudanza dentro del coche, mientras su padre terminaba de hablar con uno de los vecinos.

—¡LUNA! —gritó su amiga Ana que llegó corriendo.

—Hola Ana, creí que no llegarías —la abrazó.

Ana y Luna habían sido mejores amigas desde primaria, y tenían que separarse al estar en su último año de la preparatoria.

—Lo siento, pero el tráfico estaba horrible —la apretó con fuerza.

—Tranquila, lo importante es que llegaste.

—Espero que te vaya bien por ese lugar, por cierto. ¿Cómo era que se llamaba? —hizo una mueca tratando de recordar. Siempre lo hacía cuando no recordaba algo.

—Cervus o algo así, no estoy segura —se encogió los hombros—, lo que sí sé, es que es el pueblo donde mi mamá creció.

La madre de Luna era Martha. Murió por una enfermedad cuando ella tenía 7 años, y había vivido sola con su padre Luis, quien era agente de policía.

Cervusdei [✓] [SagaJordfrin #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora