Capítulo 22

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Los Venator iban por el camino del bosque, se dirigían hasta una de sus cabañas, la que se encontraba muy cerca del Acantilado de Ossian. La lluvia golpeaba los cristales, y todos dentro del vehículo se mantenían callados.

Al llegar a su destino, no les importó mojarse un poco para llegar a la entrada. Todos llevaban sus habituales ropas oscuras las cuales terminaron empapadas.

La cabaña estaba adornada con hermosos muebles de madera de roble. Todas las paredes estaban tapizadas con tablas barnizadas y estaban adornadas con pinturas rupestres. Había una chimenea y el piso estaba cubierto por una gran alfombra color rojo con tejidos de plantas y animales.

Movieron todos los muebles poco a poco para que así Chris y Alexis comenzaron a enrollar la alfombra para apartarla y dejar al descubierto una pequeña escotilla en el piso, que los llevaría hasta la habitación debajo de la casa.

Sofía abrió la pequeña escotilla y bajó la escalera seguida de los demás. Esta los llevo hasta una habitación donde había una enorme pared, en la cual estaban colocados innumerables fotos, recortes de periódicos y hojas de libros con frases subrayadas que estaban conectados entre sí con hilos rojos y a diferentes lugares señalados en un mapa en el centro de la pared.

En otra parte de la habitación había un estante lleno de viejos libros con diferentes tamaños; junto a esto colgado en la pared otro mapa mucho más grande que el anterior, y tenía numerosos lugares marcados con cruces rojas. Finalmente había una puerta de hierro a la que ellos se dirigieron.

La abrieron dejando ver una figura femenina encadenada a la pared, su rostro se encontraba tapado con un pequeño saco negro.

—¡Volvimos perra muda! —le grito Alexis con un tono de alegría y malicia en sus palabras.

Sofía se acercó para quitarle el saco, dejando al descubierto el demacrado rostro de la directora, Flavia Wilson, con sus cabellos rojos todo revuelto y llenos de sangre.

[...]

Luna y Harry se habían quedado toda la noche en el aula de arte. Estuvieron hablando durante horas y horas sin cansarse. Después de todo, tal vez si debían agradecer al trío que los metió allí, solo que no lo harían en voz alta.

—¿Tus padres no se habrán preocupado? —preguntó Luna.

—Alison seguro que inventa algo para justificarme —Harry se encogió los hombros sin preocupación.

—¿Desapareces muy seguido?

—A veces lo hago.

—¿Para hacer qué?

—Me gusta estar solo. Suelo irme a la casa del lago. ¿Recuerdas que te lo mencioné?

—Sí, me lo comentaste una vez.

—O si no, es porque salí con alguien, o que se yo... —se encogió de hombros nuevamente.

—Ya veo... Sabes, había estado pensando. ¿Cómo se siente que tu propia madre sea la directora del instituto?

—Normal —volvió a encogerse los hombros.

—¿De verdad?

—Sí. ¿Qué esperabas?

—No lo sé... ¿Y cómo fue que terminó siendo la directora? No recuerdo haber visto a tu madre en la escuela antes de que la nombraran directora... ¿Qué hacía?

—Ella trabajaba con mi padre en la alcaldía, lo ayudaba.

—¿En qué exactamente?

—Vise alcaldesa.

Cervusdei [✓] [SagaJordfrin #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora