Capítulo 41

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Lunes, 6 de enero de 2020:

El reinicio de las clases fue algo incómodo para Luna. Todos estaban cuchicheando sobre lo que le había pasado y eso no le agradaba. Sentía infinitas miradas sobre ella, pero había una en especial que le parecía extraña, sin embargo no provenía de nadie a su alrededor.

El día transcurrió bastante rápido para su sorpresa. La imagen de su madre no salía de su mente y mucho menos el cómo llegó a la carretera esa noche.

—Luna —la llamó Harry cuando comenzó a conducir fuera del instituto—. Dagda deseaba verte. Dice que necesitaba que fueras a verlo.

—¿A mí? ¿Por qué?

—No lo sé.

—¿Le dijiste algo?

—Solamente que te lo diría... Si quieres te llevamos directo a casa, no tenemos que ir.

Luna lo meditó por un momento y volvió a sentir esa mirada extraña sobre ella. Su corazón dio un brinco en su pecho. Sentía que debía ir. Por alguna extraña razón que no entendía, algo le decía que no se arrepentiría de la visita.

—No —negó ligeramente con su cabeza—, vamos a verlo.

Harry asintió y Luna reposó su cabeza en el cristal mirando como los árboles pasaban. Luego las casas fueron apareciendo por el camino hasta que finalmente se vio la perteneciente a Briccio, el cual los dejó pasar dentro justo al llegar.

—Papá se alegrará de verte —mencionó el hombre.

Todos subieron. Se dirigieron a la misma habitación de la última visita y allí se encontraban Dagda junto al señor Kerman.

—Buenas tardes —saludó Dagda al escuchar el sonido de la puerta.

—Buenas tardes —le siguió Kerman—. Hola Luna. ¿Cómo estás?

—Mejor, gracias.

—Me alegro mucho —se puso en pie—. Ya es momento de que me vaya Dagda, seguiremos está conversación después. Con permiso —sonrió para luego salir de la habitación.

Dagda por su parte, mantenía su visión ciega a través de la ventana, como si lograra ver algo que le llamara mucho la atención

—Hijo, abre la ventana por favor.

—Está bien.

—Gracias —dijo luego que de Briccio hiciera lo que pidió—. Por favor Luna siéntate, me gustaría hablar contigo en privado, si no te incómoda.

—Está bien —ella asintió y miró a su novio, el cual no parecía tener ningún problema por eso.

Todos salieron de la habitación y Luna se sentó frente a Dagda junto a la venta. Se veía como el señor Kerman hablaba con alguien por la calle con una ligera sonrisa.

—Pobre diablo —murmuró Dagda para después mantenerse callado. Sus labios temblaban como si quisiera decir, pero simplemente terminó soltando suspirando.

—¿Le pasa algo?

—Es duro cuando no se puede hablar, ser mudo es horrible —sonrió y posó sus ojos en Luna.

—¿Es amigo del señor Kerman?

—No exactamente, pero compartimos temas en común, es interesante hablar con él... Es un hombre muy inteligente.

Ella volvió a sentir esa incómoda mirada sobre sí. No sabía de dónde venía, pero sabía que estaba ahí.

—No la puedes ver —mencionó Dagda.

Cervusdei [✓] [SagaJordfrin #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora