Cervusdei [✓] [SagaJordfrin #1]

Capítulo 33

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Domingo, 8 de diciembre de 2019:

“Estaba haciendo mucho frío y el bosque permanecía algo oscuro debido a la gran cantidad de nubes que jugaban en el cielo.

De la nada paso volando algo, que rápidamente se posó en una rama. Era una lechuza, pero no una lechuza cualquier, está era diferente, muy diferente.

¿Cómo diferente?

Pues, era mucho más grande que una lechuza de tamaño normal, y no solo eso, de su cabeza salían dos cuernos de ciervo, mientras que sus dos enormes ojos, tan oscuro y profundos como el mismo cielo de la noche, analizaban todo a su alrededor, y parecían al mirarlos fijamente, que te contaban una historia que nunca llegarías a escuchar en ningún otro lugar, ya que solo ella sabría mostrarlas...”

Luna abrió los ojos. Permaneció mirando el techo por unos minutos, mientras pensaba en todo lo que había sucedido durante los últimos días.

Se sentía agotada. Su amiga había muerto, descubrió que en la familia de Harry se dedicaban a matar personas, que ella podía morir en cualquier momento, que era la reencarnación de una chica que vivió hace 400 años, que su padre le estaba ocultando algo y que al día siguiente tendría un examen que ya no sabía ni cómo iba a hacer.

Trató de despejar su mente un momento de todas las situaciones que la rodeaban, para pensar en su sueño. Esa extraña lechuza se le hacía muy similar a la del escudo del pueblo. ¿Sería la misma? Era algo extraño, una lechuza con cuernos de ciervo, la verdad parecía sacada de una película de ficción, aunque la verdad, la mayoría de las cosa en ese lugar parecían sacados de una película.

Se sentó en el borde de la cama mientras pasaba la mano por su cabello, acomodándolo un poco, con la mirada perdida hacía el suelo.

Pasó su vista por cada lugar de su habitación, hasta llegar a su mesa de noche, para luego abrir la gaveta donde había guardado la carta de su madre.

Volvió a acomodarse sobre su cama y se dedicó a releerla durante unos minutos. Sus ojos se llenaron de lágrimas que salieron disparadas para rodar por sus mejillas.

—Mamá, te quiero, me hubiera gustado conocernos mejor, estar más tiempo juntas... —susurraba con la voz rota sin lograr impedir que las lágrimas siguieran escapándose.

Luna respiró de manera profunda. Su madre dijo que ella debía estar ahí por algún motivo, por lo que lo mejor que ella podía hacer, era tratar de entender por qué.

Sacó entonces la carta de Lara. Ella le pidió que busque una forma de acabar con Cervusdei, ya que esa era la única manera de terminar con la maldición. ¿Pero dónde podría buscar esa información?

No confiaba mucho internet para tratar de averiguar eso, en ocasiones solían inventar muchas mentiras, por lo que esa opción quedaba descartada. También podría buscar entre los libros de los Venator, pero le daría mucha vergüenza pedirles que le dejaran revisarlos luego de haber roto el diario, que fue necesario, es verdad, pero ellos no lo sabían.

También podría buscar en la biblioteca. El señor Kerman conocía muchas historias, pero no sabía si él era un druida o no, tampoco quería arriesgarse.

Tendría que ingeniárselas...

—Ellos te van a cuidar —murmuró leyendo la última frase—. ¿Me van a cuidar?

¿Quiénes la iban a cuidar? ¿Los Venator? Podría ser, pero ella sentía que Lara se refería a alguien más.

Debía tratar de investigar y averiguar todo lo que pudiera y como pudiera, pero si lo pensaba bien, ya sabía una parte de la historia, solo debía saber lo que faltaba. Ya tenía armado una gran parte del rompecabezas, solo que aún habían muchas piezas por poner y encontrar.