Capítulo 31

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No hay maneras perfectas para decir las noticias. Por más que tratemos de hacerlo, por más que practiquemos cada palabra antes de hablar, a veces no es suficiente para amortiguar el impacto. Cada noticia es como si nos batearan, cambiando de rumbo de una manera tan drástica que apenas nos da tiempo a reaccionar para asumir lo que está pasando. Esas reacciones son impredecibles, pueden darse de tantas formas que también son un impacto para el que cuenta la noticia. Y Drystan reacciona con el silencio absoluto luego de contarle toda la verdad.

Acomodo mi cabeza sobre su hombro, rodeándole el torso con mi brazo. La nulidad de ropa nos permite sentir el calor del otro y mantenernos cercanos. Su respiración es suave, tranquila, al igual que sus latidos del corazón. No hay desesperación de por medio. La tenue luz cruza las cortinas blancas, anunciando que el tiempo no se detiene, no da tregua.

—Creí que el temor era lo peor que podría sentir por mamá —susurra por fin, todavía con la mirada hacia el techo—. Pero lo peor es no saber qué sentir, quedarse en blanco.

»Ella nunca nos amó siquiera un poco, ninguno de mis padres nos tuvo alguna clase de aprecio, ni a Asher ni a mí. Y eso me hace cuestionarme cómo es que Leonardo puso a Willow en un pedestal de hija perfecta, cuando jamás tuvieron alguna interacción de padre e hija. Jamás entenderé a mis padres... son desconocidos... que no buscan nada más que lastimarse unos a otros.

Me muevo para poder abrazarlo mejor al notar su voz rota. Él me rodea con sus brazos también, hundiendo su rostro en el espacio de mi hombro y mi cuello, dándose permiso para llorar, para dejar ir la tormenta marina que sacude su tranquilidad. Mi propio dolor, sumado al verlo de esta manera, me hace soltar lágrimas silenciosas que me recorren las mejillas. Me doy cuenta que no nos hemos dado tiempo para sentir la tristeza, porque con cada segundo ya estamos metidos en otro problema. Así que nos desconectamos del mundo, perdiéndonos en la niebla de emociones que opaca el camino que deberíamos seguir, el camino hacia la paz.

A medida que nos permitimos sentir, que nos permitimos resaltar ese dolor, la niebla aminora, el camino se aclara. A veces contener nuestra parte humana no es bueno, porque solo frena nuestros pasos por el camino del destino, crea un peso en nuestros pies que nos detiene. Llorar, gritar, tener miedo, todo ello nos hace humanos, y en ocasiones olvidamos que es normal y que no nos hace más o menos fuertes. También olvidamos darnos un espacio para procesar nuestros pensamientos, para identificar lo que nos quema desde dentro y buscar la manera de apagar ese fuego que consume nuestra energía.

Así que dejo que mi corazón se rompa momentáneamente, analizo cada situación por la que he pasado, dejando que todo fluya a su ritmo. Me hundo en el profundo abismo repleto de oscuridad, con la ligera esperanza de que saldré de él en unos minutos luego de haber explorado mi lado desconocido.

«Siempre hay una luz —solía decir Willow—. Puedes ser tú mismo esa luz, o incluso puede haber un interruptor justo a tu lado. La cuestión es dar un paso a la vez para que no te pierdas en la inmensidad».

***

Después de la tormenta, viene la calma. O es lo que se dice. En lo personal, no creo mucho en ello porque la tormenta puede volverse más grande, y ni siquiera se toma en cuenta las consecuencias de la tormenta que no dan calma alguna.

Y, bueno, mi punto iba a la tormenta de nieve real debido al invierno. Ayer por la noche cayó más fuerte, y ahora se ve el resultado debido a que ha calmado. Es una mezcla entre el frío abrumador del mundo y las luces y personas cálidas del pueblo. Desde la ventana se ve que hay mucha circulación, y hasta me parece que hay grupitos de baile. ¿Estarán en medio de una celebración?

Drystan sale de ducharse, con el rostro más sereno. Continúo con mi vista al pueblo mientras él se coloca la ropa. Tengo curiosidad de ir al pueblo, de algún modo siento que este lugar oculta muchas cosas, en el sentido bueno, claro. ¿Y si es un pueblo mágico? ¿Habrá duendes y brujas? ¿Y qué tal si hay de un dragón?

Un Solo Camino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora