Tres días para terminar este año.
Resulta increíble todo lo que puede pasar en doce meses, trescientos sesenta y cinco días, no sé cuántas horas y miles de segundos. Ya ni recuerdo mis propósitos de año nuevo, unos que muy seguramente no cumplí, además de otros que nos le preví, como redescubrir mi sexualidad, explorar dones mágicos, saber secretos que eran mejor estar enterrados.
Mediante el espejo, noto que Drystan está observando fijamente algo que está sobre la cama. Termino de arreglarme para acercarme a ver qué le pasa. Son sus dos pulseras, las que le regaló Leonardo, y las que ya no he visto que usa desde lo sucedido en la feria de Greentown. Están hechas de abalorios negros, con una pluma y un círculo, ambos pequeños, de color dorado.
—No tengo idea de qué hacer con ellas —dice—. Fue un regalo de papá cuando tenía once años. Como te había dicho una vez, casi no las usaba, aunque él, en ocasiones, me preguntaba si ya las había tirado o qué había hecho con ellas.
—Son un recuerdo especial.
Él asiente.
Fueron un regalo de la persona a la que llegó a considerar importante en su vida. No es fácil deshacerse de ello. Es por eso que yo decidí darles un nuevo significado a mis anillos. Quizá él deba hacer lo mismo, o si no, está en todo su derecho de tirarlas.
—¿Podrías... —intenta preguntar, aunque no parece estar seguro— tocarlas, ver si ocultan algo?
—¿Estás seguro?
—No, pero... ahora que sé que él nunca me quiso, quisiera entender por qué me regaló estas pulseras. Aunque puede que la respuesta sea obvia (por ningún motivo), quiero quitarme ese mal sabor de boca.
Me siento en el borde de la cama. Antes de tocar las pulseras, se me ocurre que quizá pueda llevarlo conmigo a la Sala Atemporal, tal y como lo hice aquella vez. Solo tendría que descubrir el modo. Cuando se me ocurre tomar su mano con el anillo, la maldita voz resuena de nuevo en mi cabeza: «Te vas a arrepentir». Así que no lo hago.
—¿Puedo ponérmelas? —le pregunto—. Parece que unir varios objetos que tuvieron conexiones ayuda a mejorar la psicoscopía.
—Haz lo que tengas que hacer.
Lo hago rápido, sin titubear, consiguiendo ajustarlas a mi muñeca derecha. Lo que en principio eran destellos de luz, ahora solo veo oscuridad, una tan espesa que apenas siento que existo. Esta se dispersa, apareciendo una tienda de joyería que luce bastante costosa, teniendo en exhibición artículos de oro y diamante. La dependienta está ordenando cuando entra un hombre, Leonardo, más joven y con la misma expresión pensativa que Drystan. Su voz es inaudible por ahora, así que solo observo cómo él y la dependienta conversan de algo. La mujer regresa enseguida con una cajita negra de terciopelo, en la que se encuentran las pulseras de Drystan.
De reojo veo una sombra, pero al girarme, no hay nada. La voz de la dependienta me centra nuevamente, fuerte y clara.
—La pluma representa la divinidad, pues está ligada a las aves que sobrevuelan el cielo, cosa que muchas culturas asocian con seres celestiales. El círculo representa el poder masculino en su lectura subjetiva, la chispa de la vida. ¿Son para usted y para su esposa?
Leonardo niega.
—Ambas son para mi hijo. Es lo que él representa.
—Entiendo. Debe amarlo mucho. ¿Cómo se llama su hijo?
—Drystan. Y, sí, amo a mi hijo.
La oscuridad me rodea de nuevo por varios segundos, sin ningún movimiento. Hasta que de pronto siento un golpe que hace vibrar todo mi cuerpo, sacándome de allí. Abro los ojos, y noto las palmas de mis manos transpirando. Drystan me observa un poco inquieto.
![](https://img.wattpad.com/cover/314647919-288-k928114.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Un Solo Camino ©
CasualeKier Evanson era relativamente feliz con la vida que llevaba, siempre mostrando una personalidad risueña con sus padres, vecinos y novia. Pero la muerte de su hermana Willow volcará todo lo que creía saber de sí mismo y de su familia, especialmente...