Le había llevado nueve años de esfuerzo ganar el rango de Aparición y al fin terminar su iniciación en el torreón, pero allí estaba, frente a una de las máscaras recibiendo sus felicitaciones, estaba muy orgullosa de sí misma.
— Todos han superado satisfactoriamente las pruebas y hoy, con regocijo los llamo nigromantes — dijo la mujer enmascarada.
Parada frente a ella no podía creer que los estaba adulando, pero sus palabras podían ser engañosas, aún seguía siendo la nigromante más poderosa de toda la ciudad. Además su imagen era imponente, llevaba un largo vestido negro, sobre la cabeza una corona de acero oscuro con altos picos y cubriendo su rostro una máscara blanca sin más que dos orificios por donde veía.
— Ya han hablado con los creadores — siguió diciendo mientras un sirviente se acercaba con un baúl negro pulido y lo dejaba sobre la mesa — sus hojas de luna están completas — deslizo su mano gris llena de anillos sobre el cofre y lo abrió, dejando a la vista cuatro cuchillos parecidos a hoces, cada uno diferente del anterior — no son solo herramientas para un hechicero, son un elemento de defensa contra cualquier peligro que los amenace a ustedes o a Blackcrown, permítanme entregarles junto con ellas sus insignias.
Otro sirviente, con otra pequeña caja negra pulida camino por delante de los nuevos nigromantes y cada uno tomó una pequeña insignia gris del colchón de tela sobre el que estaban, era las fauces de un dragón abiertas, como si estuviese atacando. El emblema de los torreones, el emblema de la magia y de la resistencia.
— Tomen sus hojas — volvió a hablar, con autoridad.
Cada uno se acercó a la mesa y agarró su cuchillo, cuándo llego su turno hizo lo mismo, sintió su mano posarse sobre la suave madera de caoba pulida, observo la hoja de acero negro y el oso con fauces abiertas en el pomo, se alegraba de que el creador que hizo la suya haya tomado en cuenta su petición y la llevara a cabo con precisión.
Habiendo dicho lo protocolar y necesario los despidió a todos de la oficina, ella había quedado ultima para salir, pero antes de que pudiese cruzar el umbral de la puerta la máscara volvió a hablar.
— Tu no, tu quédate — la mujer se levantó y se dirigió a la ventana — todo el resto salga de aquí — ordeno y los sirvientes abandonaron la sala en cuestión de segundos.
Derily se sentó cuándo lo indicó, no era buena idea contradecir a una máscara y Tryona no se veía de buen humor en ese momento.
— Sabes - se sacó la máscara, revelando un rostro gris pálido de rasgos suaves y unos ojos blancos como las estrellas — yo te traje a esta academía — se acomodó su pelo rubio hacia atrás después de sacarse la corona — noté que tu hoja de luna tiene el mango liso — Derily se puso nerviosa — solo prométeme que no volarás nada, no otra vez — ella tragó saliva y asintió de forma repetida — bien, puedes irte.
Tras cerrar la puerta después de salir de esa habitación, se apoyó en ella y suspiro, al menos solo había sido una advertencia, en el pasado sus "experimentos" se habían salido un poco de control, aunque pensaba que Tryona exageraba, solo había hecho explotar algo una sola vez... que ella recordara.
Las escaleras se hacían interminables, tener que subir los diez pisos del torreón negro para llegar a la cámara de la máscara y después hacer el mismo recorrido cuesta abajo era letal para sus piernas, tras años de ese mismo circuito no se había acostumbrado, sumándole que todo estaba hecho de la misma roca negra y que era algo peligroso moverse sin luz, todo el tramo de escaleras de volvía una trampa mortal. La vaina del cuchillo era algo incomoda, no estaba acostumbrada a llevar nada en la espalda, además la curva le dificultaban moverse, no por mucho tiempo, pensó, eso si esta vez funcionaba.

ESTÁS LEYENDO
Blackcrown - Sangre y Sombras
خيال (فانتازيا)Su curiosidad la ha llevado al limite, ahora debe partir hacia su castigo, se enfrentara a desafíos que pondrían de rodillas a cualquiera y terminara destapando algo peor de lo que se podría imaginar. ¿tienes la fuerza para conocerla? ¿tendrá ella l...