Lían
Había pasado ya un mes desde que mis padres me encontraron, mi madre constantemente subía a mi cuarto para asegurarse de que todo estuviera bien. Mi padre me visitaba 25 minutos cada 3 días, su jornada de trabajo sigue igual, pero me da gusto que por lo menos se tomara unos minutos para venir a verme.
Mis días pasaron de ser intensos a estar más tranquilo. No he vuelto a saber nada sobre Alec ni de su amigo, es lógico ya que los dos venimos de mundos distintos ¿Será que todo esto fue una casualidad o fue obra del destino? Cada quien lo tomaría a su manera, muchos creen que las cosas suceden por casualidad, mientras que otras creen que fue el destino. Incluso hay personas que afirman que ellos mismo pueden cambiar el rumbo de su destino, pero eso ya dependería de cada quien. ¿Cómo debería tomarlo? ¿Es simplemente pura casualidad o así dicta mi destino?
A los pocos segundos el ruido de la puerta siendo abierta me despierta volviendo a mi realidad. Dejando que aquellas preguntas se quedaran en el aire para no pensar de más.
-Hola hijo disculpa que te moleste, pero tienes una visita – la puerta se abrió dejándome ver a mi madre del otro lado con una pequeña sonrisa.
- ¿visita? ¿Es abril? – ya tenía bastante tiempo de no verla, pero me extraña que venga de repente a mi casa, ella no suele venir sin antes mandarme un mensaje o avisarme por llamada.
-Es un chico, me dijo que te conoce desde hace tiempo y que quería hablar contigo sobre algunas cosas –
Que extraño, no recuerdo haber conocido a alguien últimamente, no soy de tener muchos amigos de la escuela, y tampoco de socializar. Así que solo le agradecí bajando al primer piso, no quise decirla nada para no preocuparla, pero en mí, sabía que esto estaba mal.
En la sala se encontraba sentado un chico de cabello castaño vestido con un pantalón rasgado negro y una camisa azul. Al bajar el último escalón, él se percata de mi volteándome a ver con una sonrisa y ojos asombrados.
-Pero si eres tú, cuanto tiempo – se levantó mirándome de pies a cabeza – creí que nunca te encontraría de nuevo –
-Perdona, pero ¿Te conozco? – lo mire con una ceja alzada, su voz se me hacía familiar, pero su vestimenta me confundía, no recuerdo verlo visto antes.
-Soy yo Alex – se apuntó con ambas manos tocando su pecho, inevitablemente hice una mueca negando al mismo tiempo, dejándole en claro que no tenía ni idea de quien era - ¿Alexander Black? – volvió a decir con las cejas un poco fruncidas.
De un momento mi mente hizo clic al escuchar su nombre completo, era el chico que me encontró cuando escapaba de Alec, claramente era él.
Con los ojos abiertos asiento, era increíble que después de todo me vuelva a encontrar con él.
-Ya te recuerdo, que bueno que pueda volver a verte ¿Cómo diste conmigo? –
-Por un amigo en común – respondió tranquilo –¿no quieres ir a beber algo aquí cerca? Yo invito – camino hacia mí quedando a una distancia algo corta.
- ¿Puedo ir mama? Prometo que no tardare y regresare antes de que anochezca –
-No lo sé hijo, sabes que no estaré tranquila por lo que paso – se rasco la cabeza cruzándose de brazos.
-No se preocupe señora, yo se lo cuido, puede estar tranquila – la tomo de su mano con una cálida sonrisa – entonces ¿Qué dice? –
-Antes de que anochezca por favor y me lo cuida – respondió mi madre insegura, en su voz se podía escuchar que no estaba de acuerdo totalmente.
-Tranquila mamá, nada pasara ahora, recuerda que papá está vigilando esta zona- la tome de las manos depositándole un beso en ella, quería que ya no pensara en nada y que volviera a estar tranquila.
Con una pequeña mueca asiente disgustada, observando como Alex me tomaba de los hombros empujándome hacia la puerta para salir.
-Bien y ¿A dónde vamos? – pregunte curioso.
-Sígueme estamos cerca – respondió con una ligera sonrisa– pero dime, ¿Cómo es que tu padre está vigilando esta zona? -
-Bueno sabes que me perdí y que por eso mi padre tiene vigilado esta zona por si algo llegara a sucederme ¿Por qué preguntas? –
- ¿En dónde se encuentran ubicadas exactamente? – cuestiono ignorando mi pregunta
- ¿Por qué quieres saber? – lo mire a ver con las cejas fruncidas.
-porque... Me gusta lo que hace tu papá y me gustaría serlo en un futuro – sonrió sobándome la cabeza
-No sabía que también querías ser parte de la policía – le reste importancia volviendo a ver mi camino.
-Si... -
-Bueno pues mi padre tiene vigilado esta área, especialmente en el norte y sur, por ahí es donde el cree que hay más movimiento, también tiene colocadas cámaras de seguridad, pero en donde si no tienen aún, es al este, por donde hay una pizzería ¿sabes dónde? –
-Perfecto – comento alegre - ¿Te importaría si invito a unos amigos más? – me mostro agitando su teléfono.
-Para nada, me encantaría conocer a tus amigos, seguro que son también de amables que tu – ladee mi cabeza con una sonrisa.
-Bien, entonces los estaríamos viendo en esa pizzería que esta por el este, han de estar buenas– envió un mensaje volviendo a guardar su teléfono.
-No creo que sea buena idea ir ahí – me detuve un momento pensando las cosas, a mi madre no le gustara saber que fui a un lugar en donde mi padre no tiene instaladas cámaras.
- ¿Por qué no? ¿acaso tienes miedo? – pregunto sarcástico.
-Claro que no, pero a mi mamá no le gustara para nada – Mentí.
-Vamos, estás conmigo, sabes que nada te pasara si estas junto a mi – se detuvo volteándome a ver, sus manos se señalaron al mismo tiempo que alzaba sus hombros, restándole importancia al asunto.
-Bien...pero que sea rápido – advertí serio, ya no quería estar involucrado en nada que tenga que ver con aquel mundo, de solo pensar en lo peligroso que fue, se me eriza la piel.
-Seguro – finalizo con el semblante un poco serio, logrando formar una pequeña sonrisa ladeada, cosa que me dio mucho miedo, pero decidí hacerme de la vista gorda y seguir con mi camino para no tardar mucho y regresar lo antes posible a casa.
Al caminar unos cuantos pasos más delante de Alex, siento como alguien me rodea con sus brazos y me tapa la boca con un pañuelo. Inevitablemente abro mi boca en busca de oxígeno, inhalando el aroma dulce de este. Como pude, intente zafarme del agarre moviéndome bruscamente, pero este era más fuerte por lo que se me hizo difícil desperdiciando fuerza. Al cabo de unos 5 minutos siento como mi cuerpo deja de luchar, empezando a marearme y sentir mis ojos cansados, estaba tan asustado que intenté mover mi brazo, pero no pude, mi cuerpo ya no reaccionada a ningún movimiento que intentaba hacer, cayendo dormido a los pocos segundos en los brazos de aquella persona...Alex.
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Favorite Crime (BoyXBoy)
Romance¿Un asesino puede amar? Aunque no lo creas, el corazón de un monstruo puede ser más humano que cualquier otro. Nadie nace siendo un monstruo. El mundo nos rompe a todos de una manera única y diferente. Quien diría que una noche Lian conocería al f...