Alec
-Esto le dolerá un poco – el chico de lentes empezó a coser cerrando por completo mi herida, había sido un infierno sentir como te metían la aguja sin tener anestesia.
Eithan me había puesto algo en la boca con anterioridad para evitar hablar, había perdido todas mis fuerzas tras venir hasta aquí y también al ser tratado.
Finalmente el chico de lentes me había puesto un vendaje alrededor de mi cintura, aun me costaba moverme, mi frente estaba llena de sudor que recorría mi rostro hasta llegar finalmente al torso.
-Ahora tienes que descansar – comento Eithan extendiendo la manta cubriéndome hasta tapar mi herida – yo limpiare este desastre –
Antes de acomodarme para descansar un poco, vi caminar a Eithan hacia el chico que obligue a que me trajera, pero lo que me hizo dudar fue que estaba a punto de dispararle, el chico se encontraba recostado en la mesa con los brazos cubriendo su rostro, haciendo que no se diera cuenta de lo que estaba a punto de suceder.
-Oye idiota – comente entre quejidos levantando el dorso para sentarme – Ni se te ocurra ponerle un dedo encima -
Eithan me miro confundido ante mis palabras – No te muevas así, abrirás de nuevo tu herida – corrió hacia mi sujetándome los hombros ejerciendo fuerza – acuéstate –
-No lastimes al chico, si me entero que le pusiste un dedo encima, te cortare los dedos – mire de reojo al chico que aún estaba en la misma posición, seguro y estaba durmiendo, pero una extraña curiosidad me invadió al recordar cuando este se preocupó y ofreció su ayuda, aun cuando lo había amenazado con traerme aquí.
– yo mismo me encargare de el –
Eithan me volvió a mirar dudoso alzando sus cejas, era su vicio hacer eso cuando quería seguir hablando de un tema. Sin ánimos de seguir jale la sabana cubriendo todo mi cuerpo, poniendo un brazo encima de mis ojos para no sentirme sofocado ante el contacto con la manta.
A los pocos segundos había caído rendido ante el sueño, el cansancio que sentía no me permitió seguir despierto por mucho tiempo.
A la mañana siguiente una bola de calor abrazo mi cuerpo, empezando a sudar y a maldecir tratando de quitarme de encima la manta que ocasionaba tal malestar, de un solo movimiento empecé a sentir un pequeño ardor combinado con dolor venir de un costado de mi cintura.
Al voltear a verlo había recordado lo que me había pasado la noche anterior.
-Es verdad, mierda – molesto me dispongo a sentarme en la cama, mirando como la venda de mi herida se tornaba roja.
Con mi mirada desenfocada empiezo a buscar una sombra parecida a un poste, cuando lo detecto, me siento en la orilla de la cama, poniendo mis manos a los costados.
Un quejido hizo que volteara mi cabeza, era el chico de lentes que estaba amarrado a una silla con una cinta en su boca cerca de mi cama, de seguro Eithan lo había puesto ahí para que me estuviera vigilando.
Cansado extiendo mi mano jalando con fuerza la cinta, provocando que el chico soltara un pequeño grito de dolor.
- ¿Cómo te llamas? – decidido me paro de mi cama sosteniéndome de la silla en donde estaba sentado el chico enfermero.
-G-Gracias – dijo sobando su boca – me llamo Anthony-
Bien, por lo menos sé que tiene un nombre.
-discúlpeme joven, pero aún no puede pararse, su herida se puede a- el chico se detuvo en cuanto miro a un costado de mi –! tiene que sentarse, su herida se ha vuelto abrir ¡- con ambas manos el chico me empujo sentándome a la cama, presionando mi herida para evitar que siguiera sangrando.
Ante tal grito, Eithan se despierta levantándose torpemente corriendo hacia donde me encontraba - ¿otra vez Alec? ¿Qué acaso no entiendes? –
-tu eres el menos indicado para venir y decirme eso – respondí molesto.
-ya está – menciono el chico enfermero – oye tu niño – señalo al chico de cabello castaño – pásame lo que está en la mesa rápido –
Anthony y Eithan me tapaban la vista, impidiendo ver al chico que suponía ya estar despierto. Torpemente el chico se calló cuando venía con unas vendas llevándose toda la atención, tembloroso se levanta entregando lo que le habían pedido.
-A-Aquí esta –
Con el ceño fruncido y con una mirada decepcionante se le queda viendo aquel chico con lentes, ocasionando que agache la mirada con pequeñas lagrimas que amenazaban con salir.
-Oye cuatro ojos, apresúrate. -
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Favorite Crime (BoyXBoy)
Romance¿Un asesino puede amar? Aunque no lo creas, el corazón de un monstruo puede ser más humano que cualquier otro. Nadie nace siendo un monstruo. El mundo nos rompe a todos de una manera única y diferente. Quien diría que una noche Lian conocería al f...