Capítulo 36

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Lían

- ¿Por qué nunca me lo dijiste? –

- ¿Enserio piensas que voy a estar gritando por la calle que soy al que todos llaman "El asesino de la noche azul"? – hablo irónicamente sobando su cien. Claramente sabía que no era posible y que solamente lo decía como burla, pero en mi defensa, fue lo único que se ocurrió decir para no decir otra estupidez - ¡Ni siquiera puedo ir a la esquina ¡ -

-Dios ¿y ahora que hago? – me voltee en mí mismo eje dándome pequeños golpes en la frente, no podía ir ahora mismo con mi padre porque perfectamente me perdería y no sabría por dónde estoy, además, tampoco quiero entregarlo, no puedo, la simple idea de alejarlo de mi lado hace que me duela el estómago, sin decir que jamás volvería a ver la luz del día si llegase a pisar la estación de policía.

- ¿Cómo es que sabes de ese apodo? – menciono sacándome de mis pensamientos.

-Mi padre comento sobre eso, justo cuando me sacaste a patadas de tu departamento – lo mire molesto recordando el mal momento que me hizo pasar.

-No fue mi culpa, tu estúpido berrinche de niño miado hizo que mi paciencia se acabara – exclamo apuntándome.

- ¿Cómo me llamaste? – inquirí indignado.

- ¿Niño miado? Si, Eso es lo que eres, no sabes hacer nada más que llorar, bebé chillón – saco la lengua volteándose con los brazos cruzados. No podía creer lo que acababa de hacer, parecía estar viendo a un niño, justamente eso haría un niño. No pude contener mi risa por lo tierno que se vio, llamando su atención y mirándome como si fuera un bicho raro.

- ¿Qué es tan gracioso? –

-Acabas de hacer un berrinche digno de un niño – comente entre risas - ¿no quieres un biberón con leche? –

-No suena nada mal – su voz había salido un poco más grave y ronca de lo normal, deteniendo mi risa observando como su expresión lucia ¿coqueta? A paso lento se fue acercando a mí, retrocediendo y mirando de vez en cuando atrás para no caer. Maldije internamente al sentir como mis manos habían tocado una superficie recta, teniendo que poner mis manos en el pecho de Alec por instinto.

- ¿Q-Que haces? D-Detente – quitaba mis manos tratando de no tocarlo, pero la manera en la que poco a poco se acercaba lo impedía. Mis mejillas ya estaban rojas ocasionándome un pequeño ardor, sentía mi corazón latir con tanta fuerza, haciendo que mi cuerpo se encogiera ante el suyo.

- ¿Qué te pasa? ¿Ya no quieres darme leche? – su sonrisa burlona y su mirada seductora alteraba todos mis sentidos, si seguía así, mi cuerpo dejaría de funcionar. - ¿O prefieres que yo lo haga? De ser así sería un completo honor – con una mano se mantenía sujeto en la pared para no caer en mí, mientras que con la otra empezaba a jugar con el botón de mi pantalón, levantando y tocando de vez en cuando mi abdomen bajo.

-Q-Quítate por favor – tartamudee tratando de alejar su cuerpo del mío, pero su fuerza era mayor que no conseguía moverlo ni un centímetro lejos de mí. Mi vista estaba posada en la acera de la calle, sentía que si lo miraba a los ojos por unos milisegundos mi alma me abandonaría.

- Te estabas divirtiendo, ¿no? Qué tal si nos divertimos los dos – Posiciono su pierna entre las mías, abriéndolas para dar entrada, ejerciendo presión y haciendo pequeños círculos, ocasionando que un pequeño bulto empezara a crecer en mis pantalones.

Demonios ¿Por qué se sentía tan bien? Sentía escalofríos y placer al mismo tiempo, una sensación rara pero muy placentera. Mi cuerpo respondía a cada movimiento que él hacía, teniendo que morder mi labio inferior para evitar soltar un gemido.

Favorite Crime (BoyXBoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora