¿?
- ¿Está listo? –
-sí, ya lo cambié, solo falta que despierte y que el jefe de la orden de sacarlo – dos chicos se encontraban hablando entre susurros cuidando de una puerta, la cual fue abierta apenas sus celulares sonaron.
- ¿En dónde lo dejaremos? - entro un chico rubio cargando en brazos a un chico inconsciente, para luego hacerse un lado y dejar pasar a su compañero - ¿con el jefe? –
-No, me dio la orden de dejarlo en la pista – dijo mirando su teléfono.
- ¿Con las demás chicas? Pero como planeas dejarlo ahí si está completamente dormido – tomo el rostro del chico moviéndolo - ¿ves? –
-Lo amarramos y ya está, no debe faltar mucho para que despierte, así que solo lo amarramos de las manos –
-Bueno, pero si algo sale mal, a ti te hecho la culpa – dicho esto ambos chicos se miraron por unos minutos, quedándose en silencio mientras que uno de ellos observaba como su compañero salía primero sin decirle ninguna palabra, volviendo su mirada al chico en brazos – no sabía que al jefe le gustaban los chicos, bueno viéndolo así, tiene el rostro fino – detallo con su mirada las facciones de aquel chico, pasando las yemas de sus dedos por sus finos y delicados labios, recorriendo con sus ojos el resto de su cuerpo, dejándose llevar por el momento dirigiendo su mano sobre el abdomen no muy marcado del joven. Mirando a sus lados, asegurándose de ponerle seguro a la puerta, recostando al chico donde anteriormente fue levantando, subiéndose encima de él, empezando a recorrer y delinear con sus manos el cuerpo del chico, logrando desabotonarle los primeros tres botones de abajo dejando expuesto gran parte de su abdomen.
Aquel chico miro por última vez al bello durmiente empezando a besar cada parte y rincón de su cuerpo, dejando pequeñas marcas rojas en la parte de su pecho bajo y abdomen. Saliendo como si nada de la habitación con el chico en brazos.
(....)
Alec
-jefe llegaron – anuncio un tipo robusto algo alto entrando a la mejor habitación que tenía el lugar, lo sabía por qué reconocía bien este sitio, fue el primero al que pude llamar hogar, aunque fuera un prostíbulo.
El ambiente estaba algo tranquilo, no habían muchas chicas bailando o corriendo de un lugar para otro como se acostumbraba ver, las luces azules, rojas y verdes eran las que más se notaban al entrar, dejando que todo el lugar estuviese a oscuras, dándole ese toque de privacidad que todos los hombres buscan.
En este lugar podías encontrar gran variedad de chicas, desde altas o bajas, hasta flacas o con más carne, por eso es que este lugar es muy recurrido y solicitado por muchos hombres.
Al entrar a la habitación lo primero que vi fue el pequeño escenario que estaba enfrente de dos sofás muy grandes, ahí se encontraba el viejo Ferrini junto con una mujer que estaba sentada en sus piernas. Lo segundo que percibí fue el fuerte olor a cigarro, alcohol y sudor que emanaba de ahí, eso sin mencionar el leve olor a sexo de la habitación.
-!!Alec¡¡ cuento tiempo, creí que habías muerto o que te habían capturado – se levantó dándole dos golpes en la pierna a la chica para que se levantara, caminando hacia mí, sujetándome de los hombros para luego darme un abrazo.
-Dime que es lo que quieres y no me vuelvas a tocar – me zafe de él dándole un pequeño empujón, provocando que todos sus guardias que estaban junto con el me apuntaran con sus armas, alarmando a Eithan quien solo alzo las manos ante el rápido movimiento.
-Chicos tranquilos, bajen sus armas ahora – ordeno el viejo Ferrini – Saben cómo es Alec, solo está jugando – asintieron captando órdenes.
-Veras Alec, no estoy aquí para jugar contigo ni mucho menos con tu perro protector – comento observando de reojo a Eithan mientras entrelazaba sus manos – estoy aquí para darte un nuevo trabajo, me imagino que ya te lo habrá dicho ¿No? – Eithan asintió con la cabeza baja, en verdad detestaba cuando se comportaba de esta manera, no me gustaba que lo vieran o tomaran como una presa fácil, pero sabía que él no podía hacerle frente por lo que le había hecho.
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Favorite Crime (BoyXBoy)
Romance¿Un asesino puede amar? Aunque no lo creas, el corazón de un monstruo puede ser más humano que cualquier otro. Nadie nace siendo un monstruo. El mundo nos rompe a todos de una manera única y diferente. Quien diría que una noche Lian conocería al f...