Alec
Había caído boca abajo en el cuerpo de Lían, poniendo mi brazo izquierdo debajo de su cuerpo para subirlo y voltearlo al momento de dar una vuelta en el suelo, sentándome al instante y lograr darle en el brazo que tenía el arma, dándome algo de tiempo para empujar a lían a aquella pared que estaba escondido anteriormente.
Fue entonces que logre escuchar como unas sirenas se acercaban a lo lejos, alarmando al viejo y a sus acompañantes.
- ¿!!La policía¡¡?-
Sonreí internamente al ver que mi mensaje le había llegado al padre de Lían, mirándolo a ver teniendo una cara de asombro y preocupación, sabía que vendrían.
Al posar mi vista nuevamente al viejo, vi como sus demás acompañantes habían arrancado y dejando al viejo solo, era mi momento, mi oportunidad para terminar con mi tormento después de 21 años de mi vida. Tenía que hacerlo, pero de una manera lenta antes de que lograran llegar.
Disparándolo en una de sus piernas haciendo que soltara un grito y quejido de dolor, estaba en mi mira, listo para soltar el ultimo disparo que acabaría con su vida.
-! Alec ¡- El fuerte grito de Lían desvió mi atención a él, viendo como miraba asustado el llegar de los policías, frenando en donde estaba él, siendo agarrado y alejado de mi en pocos segundos. Demonios, llegaron demasiado rápido.
-! NO SE MUEVAN ¡- grito un policía apuntándonos – DEJEN EL ARMA EN EL PISO Y NADA PASARA A MAYORES – fue un total de 10 policías los que habían bloqueado la entrada por donde había venido, suponiendo que también habían unos del otro lado.
Pude ver que el padre de Lían estaba ahí, sujetando y forcejeando a Lían quien buscaba desesperadamente soltarse, llamando a mi nombre y suplicando a su padre que no me hiciera nada. Solté una pequeña sonrisa al momento de escucharlo, era increíble que a pesar de la distancia, podía escuchar con claridad sus gritos.
-No dejare que termine esto así – escuche decir al viejo detrás de mí – No sabes cómo me duele el que estemos de esta manera – Alce ambas manos aun con la pistola en manos, había bajado mi guardia al voltear y fijarme en los policías – Pero si yo pierdo, tú también –
Al momento de virarme completamente escucho como el fuerte sonido de la bala siendo disparaba se plasma en mi mente, sintiendo como un líquido se derramaba y mojaba mi camisa, bajando mi vista como instinto al mismo tiempo que observaba como se hacía más grande.
Me había disparado.
-!!!ALEC¡¡¡- Mi mundo se vino abajo cuando escuche el fuerte grito desesperado de Lían, lo había visto, había presenciado como me dispararon. No quería verlo, no quería ver como gritaba y lloraba por mi culpa, pero se me fue imposible, una fuerza extraña me hizo mirarlo y caminar a él.
Todo estaba en silencio, y los movimientos de todos ocurria en cama lenta. ¿Era esto lo que pasaba antes de morir? Nadie sabe lo que sucedía exactamente, nunca nadie ha vivido para contarlo, pero lo que si tiene en común, era la tranquilidad y paz que tu cuerpo sentía. ¿Está bien si dejo que esto me abrase? ¿Está bien si elijo ser feliz por unos instantes?
Lo veo, corriendo a mi desesperado y con lágrimas en los ojos ¿Seré un egoísta por elegir esto? Mi cuerpo ya no daba para más, con cada paso que daba, perdía mucha sangre. Lo anhelaba, pero había llegado a mi vida una razón por la cual deberia luchar de nuevo.
Mi dulce sufrimiento había llegado a su fin, mi cuerpo había superado su límite, dejando caerme de rodillas mientras volvía a escupir sangre. Todo se había acabado, otra vez había fracasado. Al levantar mi mirada, vi como Lían había logrado zafarse de los policías corriendo a mí. El dolor se intensifico en mi estomago volviendo a escupir sangre a chorros, ya no podía ver bien, sintiendo como mi cuerpo caería en unos segundos al piso.
Estando a pocos segundos de caer completamente, sentí como unos brazos me sujetan fuertemente envolviéndome en un abrazo cálido y temeroso, como si fuera la cosa mas frágil de mundo, sintiendo después como empezaba a temblar de sobre manera.
"¿Por qué tenía que terminar de esta manera?"
La simple idea de irme y dejarlo solo me mataba por dentro ¿Por qué?... porque después de encontrar mi felicidad tenia que terminar así, porque después de encontrar al propósito de mis latidos, porque después de...tener mi vida llena de color.
Lían era el angel que cayo del cielo para acompañar a este maldito demonio.
-! No...No por favor, esto no Alec ¡– los ojos de Lían estaban llenos de lágrimas, sintiendo como algunas de estas caían en mi rostro. – Quédate, Quédate conmigo- suplicaba.
- Que...Idiota soy – murmure sintiendo como la sangre salía de mi boca.
-No Alec...No me dejes – a duras penas podía seguir manteniendo mi respiración con normalidad, no quería dormir, no quería cerrar mis ojos, pero mi cuerpo me lo pedía, con cada segundo que pasaba, sentía más ligero mi cuerpo.
-Tengo...que admitir...que...- los temblorosos y llorosos ojos de lían seguían fijos en los míos, dándome ese impulso para seguir hablando – de...todos mis...crímenes...- respire profundamente agarrando algo de aire -Tú...siempre serás mi... favorito.-
Poco a poco la respiración se me iba agotando, el oxígeno cada vez llegaba menos a mi cuerpo, reteniéndolo por unos segundos para poder seguir hablando y viendo a Lían, soltando el aire suavemente y repitiendo el mismo procedimiento cada vez más difícil. – Deja...de llorar... ¿En dónde...esta mi ...Risitas? ¿Ah? – de un momento sentí como mi brazo que estaba herido, se había desconectado completamente de mi cuerpo, ya no lo podía mover ni sentir.
-Todo estará...bien – levante mi otro brazo limpiando todo rastro de lágrimas, no lo quería preocupar más de lo que ya estaba, quería expresarle lo mucho que lo amaba y que todo estaría bien, pero con el poco aire que lograba entrar a mis pulmones, no me era posible. –volveremos a casa...los dos...juntos...-
El dolor cada vez era menos, dejando de sentir toda emoción que había en mi mente y cada dolor de mi cuerpo.
- Ya podre ser libre... ¿Cierto? – Pregunte mirándolo a la cara, sintiendo como mis ojos se volvían más pesados cerrándose poco a poco, viendo como la poca luz que había en mi vida se desvanecía ante mis ojos. Tornando mi vista borrosa y dificultándome el escucharlo.
Y mientras sentía sus lágrimas caer, solo pude sonreír sintiendo como las palabras ya no me salían – Todo va a estar...bien...Risitas – dejé salir mi último aliento al momento se sentir como mis labios habían sido tocado por los de él, en un tierno y suave beso, desenado volver a sentirlos cuando despertara.
(...)
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Favorite Crime (BoyXBoy)
Romance¿Un asesino puede amar? Aunque no lo creas, el corazón de un monstruo puede ser más humano que cualquier otro. Nadie nace siendo un monstruo. El mundo nos rompe a todos de una manera única y diferente. Quien diría que una noche Lian conocería al f...