Alec
- ¿Cómo esta? – cuestione algo preocupado al señor que apenas estaba saliendo del cuarto donde se encontraba lían.
-Se encuentra bien joven, ya despertó – comento cerrando la puerta.
Ya más tranquilo asiento sentándome en el piso, esto se me ha salido de control, nunca fue mi intención que esto sucediera.
- ¿Aun está de acuerdo en hacer lo que me pidió joven? –
-Si – contesté sin mirarlo – tal cual y como te lo pedí –
El silencio incomodo se hizo presente en la sala, nadie decía palabra alguna, tenía en claro que no era la mejor idea, pero no tenía otra opción.
-Como usted guste joven – lo escuche caminar abriendo la puerta – con su permiso, me retiro – salió finalmente.
Tomando aire me levanto sosteniéndome de mi abdomen, el maldito recordatorio de saber que aún no sanaban me ponía de mal humor, ya tenía tiempo que no me pasaba esto, siempre supe cuidar de mi espalda, pero ahora tuve que cuidar otra.
Al ponerme de pie, tomo la manija de la puerta abriéndola lentamente, dejándome ver como Lían estaba parado a un costado de esta, agarrando rápidamente la lampara que estaba en la mesita de alado, aventándomelo sin siquiera saber que era yo el que entraba en la habitación.
La lampara impacto poco tiempo después en mi cara rozando gran parte de mi hombro, causándome un dolor de los mil demonios, ardía y dolía como nunca.
-!!ALEJATE¡¡ - grito intentando agarrar otro objeto – O TE TIRO ESTO – con algo de dificultad observo como aun con los ojos cerrados, sus lágrimas salían y su cuerpo temblaba como si tuviera frio, reflejando el miedo en su piel.
- ¿!!QUE DEMONIOS TE PASA¡¡? – le grite agarrando con un poco de fuerza mi hombro, aguantándome el dolor.
- ¿Alec? – me miro parpadeando varias veces, clavando su vista en mi– N-No te vi – se quedó mirándome por un momento analizando la situación – lo siento – negó rápidamente con la cabeza acercándose intentando tomar mi brazo.
Enojado mire a ver a Lían quien al percatarse se detuvo de inmediato.
-L-Lo siento, no fue mi intención lans-
-Puedes irte – lo interrumpí mirándolo con el ceño fruncido, lo único que sentía era el dolor palpitante de mi hombro, eso me ponía de muy mal humor.
- ¿Qué? –
- QUE YA TE PUEDES IR MALDITA SEA – me acerqué molesto tomándolo fuertemente del brazo -! LARGATE ¡- lo jale fuera de la habitación caminando hacia la puerta - ¿ERA LO QUE QUERIAS NO? –
-Me estas lastimando, suéltame – empezó a forcejearse tratando que lo soltara, mi agarre se volvió más fuerte impidiendo que pudiera abrir su mano, jalándolo bruscamente nuevamente parándolo frente la puerta.
-! ¿QUE ESPERAS?! SALTE ¡- le grite abriendo la puerta, mi enojo controlaba mi mente y cuerpo, estaba molesto, muy molesto, en mi cuerpo sentía una impotencia queriendo salir de mí, quería golpear algo, desquitarme con alguien – Si no te vas de una maldita vez, yo mismo me encargare de sacarte – ya no estaba consciente de lo que hacía o decía, lo único que quería en este momento, era sacar el trasero de Lían de aquí. Quería que las cosas se dieran tranquilamente, no de esta manera.
Aun molesto observo como él se limitaba a mirar el pasillo, teniendo la vista clavada en el señor que nos ayudó anteriormente.
Desesperado e irritado por ver que no hacia ni el más mínimo intento por moverse, lo tomo de los hombros dándole un pequeño empujón. Su cuerpo estaba completamente tenso, sus músculos y facciones se empezaron a marcar cada vez más.
-Espero jamás volverte a ver – musite mirándolo con rabia, inconscientemente mis manos se cerraron formando un puño, mi enojo era tanto que las palabras me salían sin pensarlo.
- ¿Qué...? – sus ojos me miraron empezando a humedecerse nuevamente, podía ver como su labio poco a poco iba temblando de más, de alguna forma su miraba me trasmitía miedo ¿pero miedo de que? Ahora era libre, ya no tenía que estar junto a una persona como yo, pero ¿Por qué estaba temblando? ¿Por qué su miraba parecía estar perdida?
Antes de que Lían pudiera decirme algo cierro la puerta de golpe, dejándolo a su suerte y la del señor.
Ya no podía estar pendiente de él, ya no, esta fue la mejor decisión que pude hacer, no quería que esto creciera más, tengo cosas más importantes que desperdiciar mi tiempo cuidando de un niño.
-Necesito calmarme – con la mano en la frente empiezo a sobar mi sien circularmente, sentándome en uno de los sofás de la sala recostando mi cabeza para evitar que me siguiera doliendo.
Ya más relajado me levando caminando a mi habitación, seguramente ahí estará mi teléfono, no lo había llevado porque sabía que algo así sucedería, las probabilidades eran altas, estaba seguro de que "esa" noche iba a ser como todas las demás, llegar y culminar con el trabajo, recibiendo el dinero al día siguiente, pero uno nunca sabe las pruebas que el destino le tenga preparado. Como mi madre solía decirme "Nada pasa por que si" todo tiene un por qué y un significado ¿Acaso esto lo era?
Que idiota, claro que no, no me voy a poner a filosofar sobre cosas sobre el "destino" o la "vida" yo no creo en eso, mi vida ha sido una desgracia desde que nací, ¿no se supone que el destino es algo maravilloso? Eso dicen ¿Mi destino siempre fue sufrir? Talvez ¿Mi destino puede cambiar? No lo se.
Al entrar al chat lo primero que leo son las bendiciones que mi madre siempre me mandaba, y lo segundo fue preguntarme como me encontraba, una sonrisa se dibujó en mi rostro al leer sus mensajes.
A los pocos segundos le conteste a mi madre diciéndole que estaba bien y que la próxima semana iría a verla, ya tenía bastante tiempo que no la veía, necesitaba estar con ella, tan solo por un corto tiempo. Necesito ya dejar todo esto, tengo el dinero suficiente para sustentarme junto con mi madre los próximos 5 o 10 años. Este estilo de vida empieza aburrirme, siempre es lo mismo, matar a gente por dinero, ya no me sorprende ver personas muerta en el piso o en cualquier lugar, a decir verdad tiene su encanto, uno que no todos logran percibir.
Jamás me cansare de ver el hermoso liquido carmín que cae lentamente de sus cuerpos, como ese liquido tan especial cae lentamente al piso, salpicando en muchas ocasiones mi rostro, saboreando su sabor entre mis labios, de solo recordarlo me emociona, fue una etapa exaltante de mi vida, aunque sé que lo que hago está mal, el solo ver la cara de los desgraciados sufriendo hace que no pueda contenerme, perdiendo la razón, la adrenalina del momento hace que mi corazón y mi sangre fluya rápidamente por todo mi cuerpo. A lo largo de mi vida siempre he deseado una vida tranquila, pero en esos momentos de emoción la simple idea desaparece. Yo solo acabo con la vida de los desgraciados que acabaron con otras inocentes, eso si no lo perdono.
Después de esta larga reflexión le contesto el mensaje a mi madre acostándome en mi cama para descansar un rato, sinceramente lo necesitaba, había tenido unos días bastante pesados, por lo que al cerrar mis ojos, me sumergí en un profundo sueño.
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Favorite Crime (BoyXBoy)
Romantizm¿Un asesino puede amar? Aunque no lo creas, el corazón de un monstruo puede ser más humano que cualquier otro. Nadie nace siendo un monstruo. El mundo nos rompe a todos de una manera única y diferente. Quien diría que una noche Lian conocería al f...