¿?
-Jefe tenemos nuevas noticias – un chico de cabellos negros hablo parado frente a una gran puerta, esperando recibir la orden que le permitiera pasar.
- Adelante – un viejo de aproximadamente 58 años de edad, se encontraba sentado en su gran escritorio fumando de un cigarro. - ¿Qué noticias tienes para mí? Espero que sean buenas y no malas – advirtió divertido tocando el cuerpo de una joven mujer que se encontraba sentada en su regazo. Vistiendo con un vestido que apenas le cubría sus glúteos.
La luz del atardecer le daba un efecto algo aterrado a esa oficina, el humo del cigarro se encontraba esparcido por todo el lugar, dándole ese toque final como si de un interrogatorio se tratase.
- Si jefe, le tengo buenas noticias – dijo parándose frente al escritorio con un sobre en manos. Evitando hacer contacto visual con aquella mujer, manteniendo la vista abajo, pues todos aquí sabían que no podían meterse con las mujeres que su jefe traía cada noche, a no ser que quieras estar dentro de una bolsa negra tirado en alguna parte del bosque.
Tras de él, dos sujetos de alta estatura y cuerpo fornido, se encontraban armados con armas de alto calibre, los cuales estaban a cargo de la seguridad de su jefe. Teniendo que portar esa arma las 24 horas durante los 7 días de la semana.
- ¿Qué es lo que traes ahí? – pregunto el viejo dejando de lado su cigarro, dándole unos golpes suaves en el trasero de la chica, parándose al instante.
-Son las evidencias que usted pidió hace un día señor– comento el chico con las manos temblorosas, sabía que su jefe no era la mejor persona del mundo, y con una pequeña e insignificante falla, podría perder su vida.
-Bien, enséñame que es – el viejo miro fijamente al pobre chico que ahora, ante la mirada, se encontraba peor. Saco con las manos temblorosas un par de fotos junto con unos documentos que poseía unas coordenadas.
-E-Estas f-fotos fueron t-tomadas el día anterior – extendió las fotos para que su jefe pudiese verlas mejor.
-Pero mira nada más, que hermosa sorpresa – sus ojos se abrieron de más al ver lo que contenía el sobre, su sonrisa apareció al instante dejando salir su risa grave que resonara por toda la habitación, causando confusión en algunos y escalofríos en otros. - ¿Esta es...? – su vista ahora estaba enfocada en aquella mujer que aparecía en una de las fotos, mirando nuevamente al chico esperando recibir una respuesta.
- o-o-otro de sus e-empleados se encargaron de i-investigar a esa mujer, y resulta ser que es la mama del jovencito del que intento matar, también confirmaron que aquel policía que había llamado hijo al chico, en realidad si es su padre- finalizo observando como su jefe miraba a la mujer relamiendo sus labios- n-nosotros sabemos que esto es un peligro y por ello decidimos decírselo en cuanto lo confirmamos -
-Bien, has hecho bien – volvió a tomar su cigarro inhalando de este, sobando su cien antes de llamar a uno de sus hombres – Traigan al Black – ordeno.
De pronto un silencio reino en aquel lugar, un silencio incómodo para el chico y uno relajante para el Viejo. A los pocos segundos un joven castaño, de aproximada mente 20 años, alto y poseedor de unos ojos verdeazulados entro aquella habitación con su característica sonrisa que a muchos le gustaba, parándose a un costado del chico tembloroso.
- ¿Me llamaba mi señor? – comento con una media sonrisa para después inclinarse un poco, quitándose su boina café.
-Te tengo un pequeño trabajito – tomo de su escritorio una foto, caminando hacia el castaño para entregárselo – Quiero que me traigas a este jovencito – apunto – Su dirección esta justo aquí – tomo extendiéndole el papel – No quiero ninguna falla – culmino amenazante.
- ¿Qué ganare yo? – cuestiono curioso, era bien sabido que ninguno de sus empleados le ha cuestionado algunas de sus órdenes, pues valoraban su vida y el dinero que su jefe les llegaba a dar. El ambiente pesado hizo que un silencio incomodara a los presentes en esa sala, no querían empezar ninguna pelea que terminarían con vidas inocentes.
El viejo lo miro algo ansioso y desafiante, pues era la primera vez que alguien de sus "empleados" se revelaban ante él de esa forma.
- ¿Qué es lo que quieres? – pregunto empezando a dar pasos cautelosos alrededor del joven castaño - ¿Dinero? – miro expectante sacando de su bolcillo billetes enroscados mostrándolos - ¿o acaso querrás una puta? – señalo tomando del brazo bruscamente a la mujer con la que estaba pasando el rato.
La chica ante no poder reaccionar a tiempo se calló de rodillas raspándose, ocasionado risas burlescas de todos los hombres hacia su persona – Se ve que lo único que haces bien es coger – escucho decir con voz molesta de su jefe.
- ¿Esta preciosura me vas a dar? – cometo ahora el chico castaño.
-Quédatela, tengo como 50 putas más afuera, una menos no ara la diferencia – tiro bruscamente el brazo de la chica, quien solo pudo asentir con la cabeza en el piso. La humillación y la vergüenza hacia que sus lagrimas amenazaran con salir.
-Entonces es un trato – desvió su vista extendiendo su brazo hacia su nuevo jefe, esperando ser correspondido.
-También te puedo ofrecer algo de dinero en efectivo, no creo que quedes satisfecho con ella – comento de espaldas dándole una ordena uno de sus guardias, dejándolo con la mano en el aire.
- ¿Dinero? Yo no necesito el dinero, lo único que quiero es divertirme por un momento – su voz coqueta hizo que un escalofrió recorriera la espalda de aquella mujer, parándose y alejándose cuidadosamente de aquel chico castaño.
A los pocos segundos el sujeto que con anteriormente había salido ahora había regresado con dos maletines en las manos, poniéndolas justo donde su jefe le había ordenado.
Al abrir aquellas maletas, una gran cantidad de dinero se podía observar.
-Tómalo como un regalo, después de todo ahora trabajas para mi – extendió las maletas entregándoselas al chico – por cierto ¿Cuál es tu nombre? – se viro nuevamente analizando al chico de pies a cabeza, sacando un encendedor para prender otro de sus cigarros.
- Alexander Black-
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Favorite Crime (BoyXBoy)
عاطفية¿Un asesino puede amar? Aunque no lo creas, el corazón de un monstruo puede ser más humano que cualquier otro. Nadie nace siendo un monstruo. El mundo nos rompe a todos de una manera única y diferente. Quien diría que una noche Lian conocería al f...