Capítulo 21

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Los siguientes tres días se resumen en ir a clase, comer, entrenar y descansar. Mi vida se ha vuelto monótona y tengo unas ganas locas de que sea viernes para ver a Odei. No me ha vuelto a hablar pero sé que va a cumplir su promesa y vendrá a verme.
La noche del jueves se me hace eterna y apenas puedo pegar ojo. Me levanto exhausta pero tengo que ir a la universidad. Me pongo unos vaqueros negros, una camiseta blanca y unas zapatillas cómodas. Me reúno con mis amigas en la entrada y asistimos a clase. El profesor Weber nos explica varios conceptos interesantes de biología molecular. Más tarde, el profesor Müller nos enseña bioestadística. ¡La cabeza me va a explotar! No entiendo nada.
Cuando salgo de clase vuelvo a la residencia y me echo la siesta. ¡Estoy reventada!
Duermo tres horas y me levanto a las cinco y cuarto. Estoy famélica y cocino lasaña. Me queda deliciosa y me como dos trozos. El resto lo guardo en la nevera.
Pongo una lavadora y estudio un rato.
Estoy concentrada leyendo un artículo sobre biología molecular y cáncer de tiroides cuando oigo que alguien llama a la puerta. Abro y me sorprende ver a la chica de recepción.
-Buenas tardes, señorita Suárez. Perdone que le moleste pero hay un chico abajo que pregunta por usted. Debido a un cambio en la normativa del campus no se permite la entrada de personas no autorizadas. Si desea recibir la visita de algún familiar o amigo debe dejar constancia de su nombre en recepción.
-Está bien. Ya bajo. Gracias por informarme.
Mientras bajo en el ascensor rezo para mis adentros porque sea Odei.
Cuando llego a la entrada me quedo pasmada al verlo con el uniforme. ¡Qué bien le sienta! Siento unas ganas enormes de correr hacia él y abrazarlo pero no es lo más oportuno teniendo en cuenta el lugar en el que nos encontramos. Así que me toca esperar a que estemos en mi habitación y tengamos privacidad. Me acerco a él, lo saludo y él me sonríe. Le comunico a la chica que es mi amigo y nos dirigimos hacia el ascensor. Yo entro primero y él me sigue. Antes de darme cuenta me tiene cogida por la espalda y estoy apoyada contra la pared del fondo. Nuestros labios se rozan y me besa de aquella manera que me vuelve loca. Cuando se separa de mí susurra guiñándome un ojo:
-¿Y tu venganza?
-¿Pensabas que te iba a castigar con no poder tocarme? ¿Te has vuelto loco? Jamás te haría eso y menos aún sin verte durante varios días.
-¡Qué alivio!
Las puertas del ascensor se abren y caminamos hasta mi habitación. Abro la puerta con rapidez y entramos.
Odei me mira apenado y le pregunto qué le pasa.
-La chica de recepción ha arruinado mi sorpresa.
-No seas bobo anda. Sabía que en cualquier momento ibas a venir. Te aseguro que no va a volver a pasar porque vas a ser la única persona autorizada para verme...
-¿Autorizada?
-Me han informado de que ha habido un cambio en la normativa y que a partir de ahora solo podrán venir a verme las personas que yo indique.
-¿No crees que es raro? Yo creo que más bien ha sido por mis pintas al llevar este uniforme...
-Me da igual. Además me encanta tu uniforme.
-¿Te apetece salir a cenar?
-Si te soy sincera me he comido dos trozos de lasaña hace apenas dos horas. Estoy llena y no me entra nada más.
-Bueno mientras te cambias de ropa y vamos a mi casa para que me duche yo puede que te surja el apetito. Y si no, no pasa nada. Ceno en casa y vemos la tele.
-Vale. Voy a vestirme.
Abro mi armario y me decanto por un elegante vestido blanco de palabra de honor con un gran volante en el pecho y una falda corta con un lazo que cuelga del lado izquierdo. Además elijo un clutch blanco y negro y unos tacones que combinan. Dejo que me pelo ondulado caiga sobre mis hombros. Me aplico una base de maquillaje en el rostro y un poco de colorete en las mejillas. Además dibujo una fina línea negra alrededor de mis ojos azules y me pinto los labios rojos. Me echo mi colonia favorita y elijo mis complementos: unos pendientes negros en forma de pétalo y un brazalete a juego. Me miro al espejo y ...¡estoy lista!
Cuando acabo, me dirijo a la pequeña cocina dónde encuentro a mi chico sentado. Me acerco a él y le susurro al oído:
-Cuando quieras nos vamos a tu casa.
-Estás guapísima, Melisa. El blanco te sienta genial.
Se acerca a mí y me da un tierno beso. A continuación, me acaricia el cuello y me dice:
-Me encanta tu aroma.
-No será porque el perfume es demasiado caro jajaja.
-¿Cuál es?
-Shakira Dance Midnight Muse.
-Shakira me persigue, en el coche sonó su canción y ahora tú llevas su aroma.
-Es cierto, qué buena memoria.
-De los momentos contigo no me puedo olvidar, pequeña.
-Yo tampoco grandullón.
Me coge de la mano y salimos. Cuando llegamos a la planta baja la chica nos mira sorprendida.
Entiendo su asombro porque yo voy impecable y Odei va con el uniforme del trabajo. ¡Menudo cuadro!
Avanzamos hasta su coche y Odei me abre la puerta.
-Tan caballero como siempre-digo con sorna.
Él se ríe y rodea el coche. Arranca el motor y sale del aparcamiento. Conduce con precaución y me quedo embelesada al ver su rostro. ¿Cómo puede ser tan guapo? Parece que lo han fabricado a medida. No tiene ningún defecto.
Cuando llegamos a su calle, deja el coche en el parking, coge su maleta y nos montamos en el ascensor. Ascendemos y de nuevo teclea la contraseña en el panel para que se abran las puertas. Cuando nos adentramos en su casa me pide que espere en el hall.
-Tengo que encerrar a Sirio para que no huyas.
-No hace falta. Voy a darle una oportunidad. Me da penita que lo encierres por mi culpa.
Odei me abraza y murmura:
-¡Tienes un corazón de oro! Gracias.

El caso más difícil de resolver eres Tú 🖤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora