Capítulo 26

25 5 4
                                    

Cuando terminamos de comer, Odei se va al baño y me quedo sola. Aprovecho para ir a una tienda y le compro un detalle.
Aparece minutos después y nos vamos a tomar un helado. Yo elijo nata y él prefiere chocolate. Una vez más, nuestra combinación es como el blanco y el negro, el sol y la luna... Pero ni la luna puede soportar el calor del sol, ni el blanco la oscuridad del negro. ¿Podrá nuestro amor vencer todas las adversidades que se nos presenten en el camino? Eso espero... porque el amor es la representación de lo imposible. ¿O no?

A las siete llegamos a mi habitación y dejo las compras sobre la cama. Como es sábado decidimos dar una vuelta y recorremos las calles que hay por esta zona. Me detengo al ver un taller de tatuajes en la esquina de una avenida.
-¿Te gustan los tatuajes?- me pregunta Odei.
-Sí. Quiero hacerme uno pero no sé cuál.
-Yo no me he hecho ningún tatuaje nunca y no creo que me lo haga.
-¿Por qué? ¿Está prohibido que los agentes del FBI tengan tatuajes?
-No. De hecho, no hay ninguna política que te impida hacerte uno o varios tatuajes pero es cierto que pueden reconocerte fácilmente si tienes una marca o algo destacable.
-Ah. Bueno, el sector de sanidad no es muy tolerante con los tatuajes visibles porque los pacientes pueden sentirse incómodos o molestos con el personal que los atiendan. Pero yo creo que un tatuaje discreto es buena idea. Por ejemplo en el cuello lo puedes tapar con el cabello. ¿No crees?
-Sí.
Aunque ha dicho que sí creo que no está muy convencido. Decido cambiar de tema y digo:
-Me muero de hambre.
-¿Qué quieres cenar?
-Algo ligero. Si quieres vamos a mi habitación y preparamos algo rápido.
-Vale.
Cuando llegamos le pido que se siente en la barra porque le voy a sorprender.
-Hoy cocino yo- digo con ilusión.
-Perfecto.
Preparo una ensalada césar con pollo que está de rechupete.
-¿Te gusta?- le pregunto a Odei.
Él asiente con la cabeza y devora su plato. Cuando recogemos la cocina, nos vamos al minisalón y vemos Antes de ti.
Acabo llorando desconsoladamente como siempre que veo esta conmovedora película y Odei enjuga mis lágrimas.
Finalmente, me quedo durmiendo sobre su regazo.
Luego, me desvelo al notar que me coge en brazos y me lleva a la cama. Me suelta con cuidado y me arropa con la sábana.
-¿No te quedas?- pregunto medio dormida.
-En esta cama no cabemos los dos canija- me explica dándome un casto beso.
-Conduce con cuidado y avísame cuando llegues a casa.
-Vale mamá- dice son sorna.
-Buenas noches.
-Buenas noches pequeña.

A la mañana siguiente me despierto a las diez. Es domingo y quiero aprovechar el día para descansar. Me doy una ducha porque aún llevo la ropa de ayer y me pongo un vestidito cómodo. Hablo con mis padres mientras preparo el desayuno: leche y un cuenco de avena con frutos rojos. Me comentan que mi hermana se encuentra mal porque tiene la varicela y que la van a llevar al hospital. ¡Pobrecita!
Dedico varias horas a limpiar el apartamento y a estudiar. Mañana tengo clase y quiero llevar los estudios al día para que no se me acumule.
A las seis de la tarde recibo un mensaje de Odei:
-Melisa, me marcho a Estados Unidos. Ha surgido un contratiempo y requiere mi presencia de manera urgente. Te quiero.
¿¡Qué!? ¡No me lo puedo creer!
-Vale. Yo también te quiero- le contesto.
Estoy triste pero sé que no es culpa suya.
Me distraigo leyendo un artículo que me ha recomendado Emma sobre el veneno mortal de un molusco gasterópodo que podría inspirar tratamientos para salvar vidas. ¡La naturaleza es íncreíble!
A las nueve me preparo la cena y más tarde me voy a la cama.

El lunes voy a clases y damos anatomía durante tres horas. Más tarde nos enfrentamos a nuestro primer desafío: diseccionar un cádaver. Todos estamos muy nerviosos y el ambiente está tenso. Nos ponemos nuestro uniforme y entramos en la sala. Todos nos posicionamos alrededor de la camilla donde está el cadáver.
-Vamos a centrarnos en la disección de la cara- murmura el profesor.
Va explicando todas las estructuras anatómicas que se pueden observar.
Primero dibuja una línea alrededor de la mandíbula hasta llegar a la parte posterior del pabellón auricular. Después continua hasta la zona de la línea media a nivel de la unión de los dos huesos parietales. Además hace unas incisiones alrededor del orificio bucal, nasal y ocular para poder levantar la piel. Después coloca unos papelitos de color verde para que nos fijemos en los nervios que se encargan de la nerviación motora facial.
Estamos fascinados y escuchamos con atención.
Sin darnos cuenta son las dos y la clase llega a su fin. Estoy un poco mareada y me pican los ojos debido al empleo de formol pero la verdad es que estoy impresionada porque he aprendido muchísimo.
Charlo con mis compañeras un rato y regreso a mi habitación. Odei no ha vuelto a escribirme y estoy preocupada. Decido enviarle un mensaje:
-Hola, ¿estás bien? ❤
No me contesta.
Enciendo la tele y pongo las noticias de fondo mientras preparo el almuerzo.
Estoy cociendo espinacas cuando oigo a la reportera decir:
-En torno a las nueve y cuarto hora local, diez individuos se dispusieron a asaltar el edificio del FBI en Cincinnati, Estados Unidos.
El corazón me late con fuerza y me acuerdo de Odei. ¡Él está allí!Rápidamente corro hasta la tele y escucho:
-Los sospechosos iban armados con pistolas de clavos y rifles semiautomáticos. Irrumpieron en el edificio y dispararon a dos agentes que desgraciadamente han fallecido y doce más resultaron heridos.
Las lágrimas resbalan por mis mejillas y rezo para mis adentros. ¡Por favor que no le haya pasado nada!

El caso más difícil de resolver eres Tú 🖤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora