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⚜️...⚜️

Era 6 de junio. Draco dormía plácidamente en su cuarto mientras, sus padres desayunaban tranquilamente en el comedor. Esperando a que su hijo bajara.

Al mismo tiempo, en el mundo muggle, Leah se vestía para ir a preparar el desayuno para sus tíos.
—Buenos días perdedora.— saludó Harry desde su cama. Cada día preparaba el desayuno uno de los niños, hoy, le tocaba a Leah.

—Días, por buenos son los golpes que te voy a dar si no te callas.— respondió la chica de mal humor, recordando la victoria tan injusta de parte de Dumbledore.

El azabache se río y no le dio importancia a lo que hablaba su hermana. Tomó una pelota de cuero que tenían por la habitación y se la lanzó esperando darle en la cabeza.

La chica por otro lado se giró a tiempo para atraparla con la mano con gran habilidad.
—No olvidemos quien ganó el partido de quidditch, novato.— dijo devolviéndole la pelota.

—Pienso que es una ridiculez lo que vas a hacer, en serio, si tanto te importa tu casa... no habrías decidido tal atrocidad.— dijo este levantándose de la cama.
—Me da igual lo que pienses.— respondió ella ahora bajando las escaleras de la casa para empezar a preparar el desayuno.

Harry se colocó sus gafas y bajó detrás de la chica intentando entender.
—Aún no lo pillo. Me estás diciendo que has dejado el quidditch para cederle tu plaza a... ¿Malfoy?

—Escuchas bien, no hay nada más que decir.— dijo está intentando cambiar de tema.
—¿Por qué? No hay mejor persona que tu para el puesto de buscadora.— seguiría con el tema el azabache.

Leah suspiró y miró a Harry dejando la tostadora con el pan encendida.
—Creo que se la merece, más que yo.— dijo perdiendo la paciencia.

Entonces, el chico se empezó a reír, como si su hermana hubiera dicho el chiste más gracioso de toda su vida.
—Tienes que estar de broma. ¿Te ha obligado a dejarlo? Es que no lo entiendo.— dijo este.

—Merlín, dame paciencia.— soltó de un respiro la chica yendo a preparar el café.
—Dámelo a mi, es decir. Acabas de renunciar a algo en lo que eres realmente buena, por él...— siguió molestando el azabache. En cuanto dijo eso frunció el ceño el mismo.

—Que pasa ahora.

—...

—¿Qué?

—¿Te gusta?

Leah lo miró rara. Decidió no decirle nada por que probablemente le diría una palabra mal sonante y no quería que la escucharan los vecinos.
—Deliras.

El azabache abrió los ojos horrorizado.
—Oh cielos, si te gusta, pero... es Malfoy, ¿como te puede gustar si es tan... Malfoy?— preguntó el azabache.

—Que no me gusta, pesado.— dijo está tirándole un trozo de pan a la cara.
—¿Entonces por que siempre estás con él?

—Ah, entonces a ti te gusta Ron, ¿verdad?— preguntó la chica burlándose de él.
—¡No metas a Ronnie en esto!— le gritó ahora su hermano.

—¿¡Pero que esta pasando aquí!? !Oh cielos! ¡Quien ha roto la tostadora!— gritó Petunia mirando a ambos hermanos.

Tanto Leah como Harry bajaron la mirada y se callaron completamente.
—Has sido tu, ¿verdad?— preguntó mirando a la niña.— Mírate tan inútil...

—Lo siento, no lo he hecho a propósito.— se disculpó la niña pensando en no llorar.
—¿Que hemos hecho para merecer niños tan tontos como vosotros? ¡Castigados! ¡A vuestro cuarto!— les gritaba la adulta.

—Pero no hemos comido nada.— interrumpió Leah ganándose un empujón de parte de su primo.
—¡Mamá ha dicho que os vayáis! Perdedores...— soltó el chico burlándose de ellos.

—¡No la toques!— se interpuso Harry ahora al niño ganándose que Vernon lo tomara del brazo.
—¡No! ¡Suéltalo!— dijo ahora Leah.

—Me tenéis harto, tu y tu hermano. Subir, ¡ahora! ¡Y no salgáis de ahí hasta que os demos permiso!— fue lo que dijo mientras los empujaba escaleras arriba.

—¿Te ha hecho daño?— preguntó Leah a Harry una vez estaban ambos en su cuarto. El azabache como respuesta pateó la cama mostrando rabia.
—Estoy harto.— dijo este sentándose en el suelo.

Leah suspiró y si, estaba de acuerdo con su hermano. Como si de una aparición divina se tratara, apareció un bicho raro desordenando toda la habitación.
—¿Y esto de donde ha salido?— preguntó la chica tomando al bicho del camisón y levantándolo para que no pudiera escapar.

—¡Señor Potter! ¡Señorita Potter!— dijo este con gran alegría.

—Lo voy a tirar por la ventana.— anunció la chica.— Que miedo da.
—Que, espera, no hagas nada.— le paró el chico algo nervioso mirando a la criatura.— Como sabes...

—¿Vuestros nombres? Dobby sabe que el señor Harry Potter se llama Harry y sabe que la señorita se llama Leah... Dobby sabe mucho de ustedes.— explicó el bicho ahora soltándose de la chica y sentándose en la cama.

—¿Y como es que sabes de nosotros?— preguntó Leah ahora yendo hacia la puerta y cerrándola con pestillo para que no entrara nadie.
—Dobby es el elfo doméstico de los señores Malfoy, Dobby sirve en la mansión Malfoy para Lucius Malfoy y Narcisa Malfoy.— dijo de manera tímida.

Harry miró a su hermana la cual miró hacia otro lado. Suspiró y supo que a lo mejor era una broma pesada de Draco.
—¿Y a que vienes?— preguntó este.

El elfo miró a la chica y se acercó a ella para comprobar que aún llevaba la pulsera. Sonrió y miró a Harry preocupado.
—El señor Harry Potter no debe venir a Hogwarts este año. Hogwarts es peligroso.— dijo sorprendiendo a ambos chicos.

—¿Por qué?— preguntó Leah.— ¿Qué es lo peligroso?
—Dobby no puede decirle a la señorita los motivos, Dobby solo viene a impedir que Harry Potter venga a Hogwarts.— explicó este intentando razonable.

—No voy a hacerte caso, no sabes de lo que hablas.— dijo este intentando echarlo por la ventana.
—Harry...— empezó Leah.

—Dobby viene a impedir que Harry Potter vaya a Hogwarts.— dijo este empezando coger las cosas del azabache y a romperlas.
—¡No! ¡Fuera de aquí!— gritaba este.

—Shh, ¿queréis callaros los dos? Vernon nos va a oír y sabes que el no perdona. Harry, por favor. Tranquilidad.
—¡Expeliarmus!— dijo el azabache sin pensar, rompiendo la estantería y haciendo mucho ruido.

Y como había previsto Leah, los grandes pasos de su tío se aproximaban hacia su cuarto gritando "¿es que no sabéis hacer otra cosa que molestar?"
—Oh no.

—Oh no, tenemos que salir de aquí. Ahora.— dijo está llevando su cama para que no se pudiera abrir la puerta.

—¡Hey!

Leah chilló al escuchar la voz de alguien en la ventana. Pasa su salvación, era Ron.... espera, ¿qué?
—¿Ron? ¿Fred y George? ¿Que hacéis aquí?— preguntó el azabache sin creérselo.

El pelirrojo miró el desorden para ver a su amigo con una sonrisa.
—Venimos a sacaros de aquí.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora