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⚜️⚜️⚜️

—¿Por qué tengo la sensación de que esto huele a pies?

En aquel instante, Draco no pudo aguantar la risa, sin duda había elegido al más tonto de los amigos. Blaise tenía unas ocurrencias que a veces se sorprendía de lo estúpido e ingenioso que podía ser a la vez.

Se sentó en su sacó y miró el panorama. Todos parecían doloridos de dormir en el suelo y con razón. Daba por sentado que ese sería el único día que tendrían que pasar por eso.

—Buenos días, ¿Qué tal habéis dormido?— preguntó la voz de Theo medio dormido.

El platinado se crujió la espalda al estirarse y se levantó como pudo intentando no pisar a nadie, claro que eso no incluía las bromas pesadas de Blaise. El moreno le tomó de un tobillo, haciendo caer al chico quien casi aplasta a Leah la cual se despertó asustada dándole un golpe en la cara como podía mientras lo empujaba fuera de ella.
—¡¿Pero a ti que te pasa?!— dijo esta.

—¡¿A mi?! ¡¿Qué te pasa a ti?! ¡¿Por qué me pegas?!— se quejó este volviendo a levantarse, no sin antes darle un cojinazo a su amigo el cual intentaba aguantar la risa.

La Slytherin se levantó también enfadada, tomando un cojín, devolviéndole el golpe a Draco para irse de allí.
—Será idiota... ah no, esto no se queda así.— dijo este empezándole a seguir.

El moreno por otra parte se estiró de panza, apoyando su cabeza en sus manos y sonrió satisfecho.
—Y así es como se crean las parejas, que bonito es el amor.— soltó riéndose mientras miraba de reojo a Theo el cual se tapaba la cara con su cojín.

—Cuando se maten, me avisas donde ves tu el amor.— respondió Pansy la cual se empezaba a levantar del suelo.

¿Matarse? Puede ser que la pelinegra tuviera razón, pues cuando Leah menos se lo esperaba, apareció el platinado por detrás dándole lo más fuerte posible con el cojín, casi derribándola en el intento.

—La próxima vez que intentes golpearme con un cojín, piénsatelo dos veces Potter.— dijo este disfrutando ver a la chica enfadada.

—Yo te mato.— mencionó esta, para saltar encima de este y empezar a darle golpes sin parar con su cojín, sin dejar casi respirar al platinado que suplicaba por ayuda.

Pronto, la gente iba uniéndose en esa guerra de almohadas e iba rodeando a los Slytherins que seguían peleando como podían y su energía les daba.
—¿Leah? Wow, para, para...¿si?— se escuchó la voz de cierto pelirrojo, provocando que la Potter prestara atención e hiciera caso.

Se puso de pie, dejando a Draco en shock en el suelo y miró a George con una sonrisa mientras se quitaba el jersey que le había dejado.

—No es lo que parece...— dijo algo avergonzada entregándole la prenda de ropa .— Bueno, si lo es pero no lo tengas en cuenta.

George se rio y negó mientras miraba al platinado el cual ahora se levantaba como si nada hubiera pasado. Leah por otra parte sintió como otro estornudo venía en camino. Delante de George no, se dijo a si misma. Se volvió a dar la vuelta dándole de pleno de nuevo al Slytherin el cual solo pudo apartarse como podía.

—Y ahora estás resfriada, te lo dije.— comentó el pelirrojo tomando cómica la situación.— Me tengo que ir, nos vemos enana.

—Adiós Zanahoria...— se despidió esta ganándose una mirada extraña tanto de George como de Draco.— Ay, dime que no acabo de decir eso.

—Lo has hecho, que asco.— mencionó este rodando los ojos.— Y patético.
—Oh, genial, no necesito tu opinión, pero gracias.— soltó esta entre avergonzada y molesta empezando a caminar hacia su sala común.

Y Draco pensó, ¿por qué no molestarla?
—Oh Weasley, casémonos y tengamos comadrejas para criar.— empezó a burlarse este siguiéndola por los pasillos.—Oh Weasley, enséñame a comportarme como una pordiosera, todo por ti, muak, muak.

—Te crees tan gracioso que te mueres de la risa. ¿no es así?— dijo esta más avergonzada aún. Quería permanecer seria pero sus estornudos lo hacían más gracioso para Draco quien emepzó a sentir lástima por ella.

—Si yo fuera tu me daría prisa, no querrás llegar tarde a clase, señorita Potter, o debería decir, Weasley.— mencionó este una vez habían llegado a su sala común.

Leah quién se empezaba a hartar decidió seguirle el juego.
—Si, Leah Weasley no suena tan mal. ¿Te gusta?— fue lo único que respondió ella yendo hacia su cuarto dejando solo al chico el cual también se dirigió hacia su habitación para cambiarse el pijama.

Lo cierto que que ambos llegaban tarde a clase de defensa contra las artes oscuras, dándole más facilidad al plan de Daphne y Blaise.
—Lo siento profesor Lupin yo... oh.— empezó a decir la chica algo apresurada, entrando de golpe al aula.— Profesor Snape...

—Siéntese señorita Potter si no quiere que le quite diez puntos por llegar tarde.— dijo este de mal humor, como siempre.— Que casualidad que el señor Malfoy llegue también tarde.

A ese punto, la clase intentaba no reír y cuchichear pues, sin duda era una sorpresa. ¿Leah y Draco juntos? Quien lo diría.

La chica se sentó en los únicos pupitres que quedaban libres, dejándole al platinado el otro, a su lado.
—Oh genial.— susurró esta con molestia.

—Créeme que si hubiera otro sitio, no estaría aquí.— respondió este a su bufido mientras sacaba su libro.

Leah estaba algo incomoda, tanto por el platinado como por Snape el cual daba aburridamente clase.
—¿Por qué nos hemos saltado todo el libro para hablar de los hombre lobos?— preguntó sin entender muy bien.— ¿Donde está el profesor Lupin?

—Y a mi que me cuentas.— murmuró Draco levantando la cabeza y mirándola. Cuando se dio cuenta, Leah no se lo estaba preguntando a él sino a un Ravenclaw sentado atrás.

—Hermione se lo ha preguntado, pero no ha terminado bien para Gryffindor... menos treinta puntos.— dijo encogiéndose de hombros.
—Claro que si.— respondió con sarcasmo, pues claro que Snape iba a quitarle como sea puntos a los leones injustamente.

—Te noto tensa.— dijo de repente el platinado.
—¿Y si le ha pasado algo al profesor Lupin?— preguntó ella provocando cierto interés en Draco quien la miró curiosamente.

—¿Y esa preocupación?— preguntó este.— Como sea, después de clases iremos a ver al monstruo ese. ¿Te vienes?

Leah quien ya escribía sin prestarle mucha atención al Slytherin, lo miró algo confusa.
—¿Por qué querría ir a ver como matan a una criatura inocente? ¿Te parece divertido?— preguntó ella con seriedad.

—Dado que casi me mata, se lo merece. Además, no lo entenderías, no estabas ahí.— explicó este ahora algo picado.
—Uy, si, un zarpazo, que peligro.— murmuró ella también molestándose por la inmadurez que estaba teniendo en aquel momento.

—Oh cállate.

—Más quisieras idiota.

Y así, ambos acababan como siempre, picados dándole la razón a Theo el cual miró burlonamente a Blaise y Daphne los cuales suspiraron de rabia al ver lo estúpidos que eran ambos chicos.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora