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Harry, junto con Ron, Hermione y Ginny fueron al callejón donde irían a visitar la nueva tienda de los gemelos, construida gracias al dinero que Leah les había dado por el gran torneo de los magos.

Antes de entrar, Hermione llevó una mano al hombro del azabache en forma de apoyo.
—Se que estás preocupado por ella...

—Todos lo estamos, George, Fred y sobretodo Remus no han parado de buscarla.— interrumpió Ginny suspirando mientras tomaba su bolsa con algo de fuerza.— Iré a hablar con ellos.

La familia Weasley y la orden del Phoenix se habían pasado todo el verano buscando a Leah Potter.

La chica había desaparecido sin más después de su quinto año. La mayoría creía que los mortifagos la habían secuestrado pero de ser así, lo más probable es que estuviera muerta.

Harry, no pensaba creer eso, esperaba que la chica estuviera con alguno de sus amigos.
—Vamos.— murmuró el azabache entrando en la tienda.

Sortilegios Weasley estaba repleto de gente comprando todo tipo de artículos. Sin duda estaba teniendo demasiado éxito.
—Chicos.— dijo Hermione acercándose a los pelirrojos.

—¿Alguna novedad? Tonks nos había dicho que intentaría ir a los alrededores de la mansión Malfoy por si acaso.—murmuró George algo estresado.
—Sigo pensando que se nos escapa algo.— dijo algo distraído Fred mientras miraba por la ventana.

—¿Soy el único que piensa que Leah aparecerá en cualquier momento?— murmuró Ron mientras probaba alguno de sus chocolates.
—No sé, deberíais preguntárselo al platinado acompañado de su mami.—siguió diciendo el pelirrojo mayor señalando con la cabeza fuera.

Todos se quedaron en shock al ver a Draco Malfoy. Pero no el mismo Draco que todos conocían.

Este Draco, presentaba una figura mucho más masculina, transmitiendo seriedad y frialdad ante todos, caminando apresurado junto a su madre hacia los callejones más oscuros.

Vestía traje negro, seguramente de aquellos tan caros hechos a medida. Y su tez, más blanca aún pareciendo un fantasma. Parecía enfermo. Sin duda, agotado.
—Si alguien sabe algo, es él, ¿no crees Harry?— preguntó Hermione.— ¿Harry?

El azabache no había perdido más tiempo, ya se había puesto su capa invisible y había ido detrás de los Malfoy para poder recibir cualquier información, y con suerte, de su hermana.

"Draco, yo... sigo sin entender porqué haces esto, no entiendo hijo... ¿por qué quieres ponerte en peligro?"

Harry frunció el ceño mientras seguía a la madre y a su hijo entre los callejones. Sospechaba demasiado del platinado. Siempre lo había hecho, ¿por qué no ahora?

Siempre había sido unido a Leah... ¿o no? Es muy probable que nadie en el mundo mágico entendiera la relación entre su hermana y Draco Malfoy. Pero de lo que si estaba seguro, era que había algo.

Algo que no lograba comprender. Y pronto lo descubriría.

"No quiero hablar más sobre esto madre. No pongas esa cara, es mi decisión."

—"Me preocupas..."

—"Y a mi me preocupa lo que le pase a ella."

Narcisa y Draco entraron en un local oscuro, casi abandonado, cerrando la puerta atrás de ellos, cortándole la visión a Harry el cual bufó frustrado.

Trepó a un tejado para poder visualizar todo lo que sucedía dentro. Logró ver a Bellatrix, un hombre lobo... y el profesor Snape.
—¿Qué?

Entre ellos, Draco con expresión neutra, miraba una especie de caldero.
—No puede ser...— empezó a decir el azabache al pensar en lo más horrible de aquel momento.

¿Y si el platinado iba a iniciarse como mortifago? El azabache no tuvo tiempo de pensar más. Resbaló haciendo ruido, aún así, consiguiendo esconderse.

La respiración de este era agitada por el nerviosismo de que lo encontraran. Esperó unos minutos y decidió volver a mirar. Para su mala suerte, alguien había tapado con una cortina la única ventana visible.

—¿Donde estabas Harry?—preguntó Ginny una vez vio al azabache caminar hacia ellos muy pensativo.— ¿Que ha sucedido?

Ron y Hermione se miraron entre sí al ver la preocupación de su mejor amigo.
—Chicos... creo que he descubierto algo.— murmuro sin aún poder creérselo.

—¿Y bien?— añadió Ron poniéndole emoción.
—Creo que Malfoy... es un mortifago.

El silencio formado entre todos los chicos era respuesta suficiente.
—Ya... eh, Harry, no creo que eso sea posible. ¿Malfoy? Pero si es una gallina.— dijo el pelirrojo para nada preocupado.

—Yo, se lo que vi... él, estaba ahí y Bella y Snape...— empezó a delirar el chico. Hermione se cruzó de brazos intentando asimilar todo.

Ginny solo miraba el callejón del cual había salido el azabache.
—¿Por qué no vamos a casa? Aquí no estás seguro.— murmuró la pelirroja de repente.
—Si, es mejor que descanses.— añadió la castaña.

—Y además, mañana hay que levantarse pronto. No queremos llegar tarde al tren, ¿cierto? Me apuesto cinco galeones a que Leah estará con su grupo.— intentó animar Ron y ser positivo.

Podía ser cierto. Leah iba a ir a Hogwarts, pero no de la manera que a ella le hubiera gustado.
—Señorita Potter, los Malfoy han llegado.

La chica, sentada en una inmensa cama, acariciando a Nero, su gato negro, miró al elfo con indiferencia y asintió.
—Dígale a la señora Malfoy que desearía hablar con ella. Hay unos asuntos que me gustaría... aclarar.— dijo ella con frialdad.

—No actúes conmigo Leah.

Al girarse, la chica se encontró a nada más que a Narcisa en la puerta con cara severa.
—Siento que esto haya pasado señora Malfoy.

La madre de Draco entró al cuarto de la chica cerrando la puerta detrás de ella.
—Agradezco todo lo que has hecho por nosotros, no contando la profecía al señor oscuro, pero te lo vuelvo a repetir, no quiero que mi hijo se involucre contigo.

Leah suspiró con pesadez.
—Lamento que tengas que oír esto, pero no lo he hecho por vosotros, lo he hecho por mi. En cuanto a Draco, yo no he tenido nada que ver, lo siento, señora Malfoy.

La mujer miraba desconfiada a la chica.
—No se las intenciones que tienes Potter, pero te advierto de mujer a mujer, no juegues con fuego. Puede ser muy peligroso.

Dicho eso, Narcisa se fue dejándola sola de nuevo, con Nero el cual ronroneaba. Leah miró uno de los cuadros que habían colgado en la pared y analizó la pintura mientras trataba de mantener la compostura.

Debía hacer creer a Dumbledore que iba a seguir su plan para ganarse su confianza. ¿Cual era el plan del viejo? Ser el enemigo, aliarse con Voldemort.

¿Cual era el plan de Leah? Hacer creerle a Dumbledore que puede ser manipulada y que puede confiar en ella, ¿y luego?

Matarlo ella misma como venganza.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora