Capítulo 19 - El viaje.

20 1 5
                                    

Estaba nerviosa, tan nerviosa que no había podido pegar un ojo en toda la noche. Pensar en el viaje estaba comiendome la cabeza, había estado dando vueltas en mi habitación pero ya era tarde y sabía que todos ya se habían ido a dormir. Mi garganta comenzó a picarme con ganas de tomar algo e intenté aguantar pero era imposible asi que decidí bajar hasta la cocina.

Definitivamente todos estaban dormidos, las luces estaban apagadas y no había un solo ruido. Comprobé la hora mirando mí teléfono que marcaba las 5:00 a.m, asi que deje mi teléfono en mi habitación y baje las escaleras con mucho cuidado, cuando llegué a la cocina por fin lo agradecí. Encendí las luces y tome un vaso para dirigirme a la nevera y servirme un poco de agua en este.

-Amargada, eres tu. -Oigo de repente una voz masculina logrando que pegue un salto del susto. Giro y me encuentro con Harry y con todas las intenciones de insutarlo me contengo cuándo lo observo bien, se encontraba en el marco de la puerta sosteniéndose con una mano y tambaleándose.

-¿Que carajos? -Pregunto dejando la jarra de agua a un lado y acercandome a él. Es entonces que veo su rostro, sus ojos están rojos y una sonrisa divertida aparece. De repente siento un olor muy fuerte y arrugo las cejas  -¿Donde estabas? Estas ebrio. -Confirmo lo último.

-¿En serio? No me digas. -Dice mirándome aún sonriendo. Niego con la cabeza.

-Deberias irte a dormir, tus padres han estado preguntando por ti durante toda la cena y tu estabas sabe dios dónde.

-Deben estar furiosos. -Comenta rodando los ojos aburrido

-Les dije que no te sentías bien y estabas en tu habitación, que pediste que nadie te moleste. -Ni siquiera sabía porque había mentido por el pero aquella mentira funcionó.

-Que buena eres. -Dice acercándose a mi pero entonces casi cae encima mío. Rápidamente lo tomo en mis brazos intentando que no caiga al suelo, entonces vuelvo a sentir su risa en mi cuello y no puedo evitar que mi piel se erize. -Eres mi salvadora.

Su profunda voz y acento me hacían tener una sensación extraña, como un temblor pero me gustaba.

-Ya, deja de jugar. -Digo molesta, el se aleja un poco de mi y me mira muy de cerca, cosa qque logra cortar mi respiración. Con una de sus manos que logra levantar intenta tocar mi rostro. -Debes ir a tu habitación, yo te ayudaré a subir las escaleras. -Susurro.

El se relame los labios sin dejar de acariciar mi rostro. No entendía que intentaba hacer pero mucho menos entendía porque yo no lo quitaba, el olor a alcohol casi podría embriagarme a mi también sin haber bebido ni una gota.

-¿Quieres ir a mi habitación? -Pregunta divertido y yo ruedo los ojos. Giro y llevo una de sus manos a mis hombros para luego pasar uno de mis brazos por su cintura y poder caminar con el. -¿Tienes miedo que me caiga? ¡Yo puedo caminar solo! -Chilla soltandose de mi agarre e intentando subir las escaleras pero se choca con el sillón, si no fuera porque es tarde me hubiera reído en su cara. -¡Agh!

-¡Shhh! -Digo caminando nuevamente hacía el y volviendo a tomarlo de la misma forma, evitand que vuelva a golpearse. -¿Podrías hacerme caso una vez en tu vida? Si nuestros padres nos escuchan van a matarnos.

-No me importa mi padre. -Dice cuándo vamos a mitad de las escaleras. -Estoy harto de el... He estado pasando mucho tiempo intentando que le enorgullezca lo que hago y nunca lo consigo. -Confiesa y espero a que termine allí pero continua con si rabia hacia su padre. -Es verdad que fui un desastre de hijo pero el me lo hace tan complicado, es como si me odiara. -El parece hablar consigo mismo pero yo escucho cada palabra con atención. -Yo quiero que me vea como un ejemplo, quiero ser como el.

Destined | H.S |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora