Capítulo 4 - Amargada.

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Las cajas y valijas estaban pesadisimas pero al fin habíamos terminado, nos habíamos despedido de mi casa por última vez y ahora estabamos en la mansión Styles. Al estacionar el coche de mi padre y bajar de esta, unas 10 personas se acercaron a nosotros al abrir la cajuela del coche. Ellos comenzaron a tomar las cajas mientras mi padre les daba las indicaciones de cuales cajas eran de cada uno. 2 chicos tomaron mis 5 cajas locas de cosas mientras me adentraba a la casa.

Anne nos recibió con su típica sonrisa de madre atenta y a su lado el señor Styles, el cuál saludamos educadamente mientras le dabamos las gracias una y otra vez. La mujer nos dijo que podíamos subir ya hacia nuestras nuevas habitaciones y yo comencé a sentirme algo fuera de lugar. Al contrario de mis hermanas, Irina fue la primera en subir las enormes escaleras hacia el pasillo mientras Melanie me tomaba del brazo arrastrandome con ellas.

Obvservé como Irina se detuvo de repente adelante de nosotras.

-Oh... Hola Harry. -Saludo y me tense al instante de escuchar ese nombre.

Ambas sonrieron hacía el chico mientras el les devolvía la misma sonrisa encantadora. Yo por mi parte no pude evitar rodar los ojos, aún no me tragaba su intento de chico perfecto. No después de la conversación interrumpida de ayer, tenía muy en claro lo que pensaba de nosotros y yo no iba a fingir que me agradaba.

De repente Gemma salió de su habitación emocionada de vernos allí, nos saludo con todo entusiasmo y se ofreció a mostrarle su habitación a Irina. Obvserve a Melanie caminar detrás de mi hermana mayor y tuve la intención de tirar de su brazo y pegarla a mi para que no me deje sola pero no quería demostrarle que me ponía de los nervios.

-Hola. -Oí su voz. Asi que con las pocas ganas que tenía de estar cerca de el, gire mi cabeza y lo mire unos cortos segundos.

-Hola. -Dije ya que al parecer si noto que no habia sido la única que no había hablado desde que llegamos. Ni siquiera para saludarlo. Podía ver en su rostro una sonrisa divertida.

-Tu habitación esta junto frente a la mía, irónico, ¿No crees? -Dice y trago duro intentando no mirarlo a los ojos, el chico me intimidaba. Al ver que yo no iba a contestar, volvió a darse lugar para continuar. -Puedo enseñartela sí gustas, claro. -Intenta sonar caballero pero yo no le doy ni siquiera una mirada.

-No hace falta. -Dije fríamente.

-¿Por que? ¿Acaso me tienes miedo? -Pregunto para luego soltar una risa divertida. Por mi parte no se la devolví.

-Claro que no. -Pase por su lado.

Sabía dónde queda mi habitación ya que Gemma ayer se había encargado de enseñarmela. Esperé a que Harry no me siguiera pero para mi suerte giro sobre sus pies.

-Genial entonces. -Dijo poniendose a mi lado. Cuándo llegamos a la puerta, el se encargó de abrirla y haciendo una reverencia para dejarme pasar.

No sé que rayos le sucedia pero me estaba poniendo de los nervios. Yo no era una persona muy sociable, no sabía como actuar frente a la personas y mucho menos frente a alguien de mi misma edad y encima hombre. Me hacía sentir insegura el estar con mucha gente o siquiera hablar con alguien que no conocía.

Di un largo suspiro al saber que no se iría de aquí hasta que yo misma le pidiera que lo haga. Levante mi cabeza mientras observaba las cajas con mis cosas dentro.

-¿Necesitas algo? -Pregunte al ver su mirada curiosa en las dichosas cajas. Fue entonces que pareció volver a la realidad y me observó con esa estúpida mirada divertida.

-Eso debería estar preguntandote yo, de alguna manera esta es mi casa... Bueno ahora nuestra pero legalmente mía. -Dice y lo miro mientras siento que con sus palabras la paciencia se va acabando. Abro la boca para mandarlo por dónde vino pero entonces una voz se hizo presente.

Destined | H.S |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora