«Siempre que cierro los ojos, es como un sombrío paraíso. Nadie se te compara, tengo miedo de que no vayas a estar esperando al otro lado»
Louis había logrado salirse con la suya en cada ocasión. Usaba su cuerpo como excusa; sus curvas delicadas y demasiado sensuales eran una tentación difícil de ignorar para Harry. Cuando comenzaba a quitarse la ropa, Harry solo podía mirarlo y esperar casi con ansías el momento de tocar su cuerpo.
Había pasado un mes teniendo el cuerpo de Louis a su disposición en cualquier momento.
Harry todavía recordaba la noche de ayer, en la que se había despertado al sentir frío. Louis siempre había tenido la mala costumbre de destaparlo. Además de no encontrar la frasada, tampoco encontró el cuerpo de Louis al otro lado. Se sentó todavía medio dormido, la luz del baño le indicó que ahí estaba Louis.
No hubiera sido raro encontrar a Louis en el baño a eso de las tres de la mañana, lo que si fue raro, fue encontrarlo tocándose con insistencia la clavícula; hundía sus dedos hasta dejarlos marcados.
— ¿Qué haces? -le había preguntado Harry mirándolo con curiosidad. Louis lo miró a través del espejo con algo parecido a una sonrisa.
— Nada -contestó acercándose a él, masajeando sus hombros con sus manos pequeñas. —. Solo me daba curiosidad un pequeño bultito que había… olvídalo ¿Sí? -le besó la mandíbula y lo empujó suavemente hacia la habitación.
Así que esa mañana, Harry no durmió y descubrió que Louis tampoco lo hacía; tenía los ojos abiertos en medio de la oscuridad pretendiendo que Harry no lo notaba. Aunque no le gustaba la verdad a medias que Louis le daba, le encantaba la forma en la que la piel de Louis se iluminaba de a poquito con la llegaba del día.
Luego de dejar a los niños en la escuela, ambos se encontraban en el auto. Louis venía con su mirada ojerosa, perdida en los asientos traseros. Harry lo miraba de a segundos, preguntándose qué podía llamar tanto su atención, si ahí atrás, no había nada más que aire.
— ¿Qué miras tanto? -preguntó, curioso por saber todo de él, porque no podía quitarse de la cabeza la sensación de que ese que tenía al lado, no era el Louis que solía conocer.
Louis por supuesto, no lo escuchó. Parecía un gato con la vista fija en su presa.
— ¡Louis! -exclamó frenándose en un semáforo rojo.
— ¿Uhm? -tarareó mirándolo, apoyando una mano sobre su cabeza.
— ¿Qué tanto miras? -preguntó, sin saber porque perdía tan rápido la paciencia.
— Nada ¿Por qué? -preguntó Louis mirando hacia la ventanilla. Harry lo conocía, no le salía hacerse el desentendido.
— ¿Nada? Entonces dime porqué coño miras hacia atrás como si había hubiera algo sentado ¿Qué es? ¿Qué mierda ves?
— Mira, para empezar no me hables con ese lenguaje de mierda, ¿Acaso no puedo mirar hacia atrás y quedarme pensativo? -preguntó de mala manera. — Deja de ser tan paranoico, joder…
— ¿Paranoico? Haber -dijo y puso en marcha el auto. —, te levantas a mirarte en el espejo a las cuatro de la mañana, además ¡Mírate las ojeras! No duermes, te estás saltando algunos desayunos y de paso de quedas mirando a la nada como si hubiera algo ¿Cuántas más mierda tiene que sucede para que me digas que pasa?
— ¡Y sigues con lo mismo! -exclamó Louis. — ¡Ya te dije que no sucede nada! ¡Deja ese tema en paz!
— Que va, si lo único que has estado haciendo para evitarlo es acostarte en la cama ¿Como no quieres que me preocupe si haces todo eso para evitarlo?
— No te quejas cuando me estás follando -respondió cruzándose de brazos. —. Mira, Harry, lo digo enserio, no me pasa nada, no me sucede nada y estoy bien.
Harry sin embargo, no podía creerle. No cuando tenía esas ojeras y el aspecto de estar a punto de caer dormido.
Harry rió irónicamente. — No estás bien -dijo Harry deteniéndose en otro semáforo rojo.
— ¡Deja de tratarme como si estuviera loco! -exclamó Louis, molesto.
— ¡Pues no te creo! -exclamó Harry de igual modo.
— Me la suda que no me creas, idiota -dicho, bajó del auto y cerró la puerta fuertemente.
Cómo en la vez anterior, Harry no lo detuvo.
***
Louis Tomlinson tenía muchos defectos. No aceptar las cosas era uno de ellos. Pero no podían culparlo. Guardar silencio era la garantía de que no perdería nada ¿Y si abría la boca? ¿Qué pensaría Harry? ¿Qué dirían sus hijos?
¿Cómo le explicaba que ahí atrás, William venía sentado?
Louis a veces quería hablar, decirle a Harry lo que sucedía y el motivo de porqué a veces no dormía pero cuando más lo pensaba, menos atractiva sonaba la idea. Dudaba que para él, algo de lo que diría tuviera siquiera un poco de sentido.
Casi podía imaginarselo diciéndole loco.
Él no estaba loco, al menos, no de a momento.
Caminó abrazando su cuerpo con sus brazos. En momentos así, Louis apreciaba el silencio. Amaba a su familia, pero estar solo había sido su medicina infalible de años pasados aunque debía reconocer que no era lo mismo.
Caminar era la manera de además de encontrar esa inalcanzable paz, también era la forma de encontrar de alguna forma ayuda.
Louis sonrió cuando encontró un anuncio pegado en un poste, con el nombre de una vieja amiga.
Pensó que quizás, había encontrado esa ayuda que tanto necesitaba.
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Save me from The Dark » Larry Stylinson
Fanfiction[...] El problema quizás comenzó cuando los vió tan delgados, tan devotos y entregados a la que alguna vez, también fue su Diosa [...] [🥀] Segunda temporada de "In the dark" Disponible en mi perfil.