Solo un día lluvioso más

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Habían pasado ya algunos días sin tener que encontrarme con el irritante del profesor de Hope, sin embargo sí que nos habíamos encontrado con Dylan bastante más a menudo.

Salí de la ducha para cuando Hope entró en la habitación después de haber tenido clase con Alec. Ella me lanzó una mirada cansada y no me extrañaba, sus clases eran intensas por lo que ella me había dicho y el aspecto que ella traía no lo negaba, la mayoría de los días llegaba sudada por la cantidad de ejercicio.

- Me ducho ahora - dijo Hope desvistiéndose.

Oí la regadera de la ducha encenderse con la música de mi teléfono sonando de fondo. Busqué en mi armario algo de ropa que me abrigara un poco.

- ¿Me pasas mi teléfono? - dijo Hope debajo del agua.

- ¿Dónde está?

- En la sudadera que he traído, está - el agua dejó de sonar y la puerta de la ducha se abrió unos centímetros dejando al descubierto parte del rostro de Hope - mierda Adara, me la he dejado fuera.

- Pues que mala suerte, te va a tocar salir - dije riéndome de ella.

- Por favor, me debes una, ¡y encima estoy en la ducha!

- Hope, está lloviendo, tengo frío y yo me acabo de duchar también - ella se asomó por un hueco de la ducha con morritos y las manos juntas.

- ¿Por favor?

- ¡Siempre igual Hope, siempre me toca a mí, te juro que es la última vez que hago nada por tí!

- ¿Nunca has oído que el que ríe el último ríe mejor? - no sabía si la intención con lo que lo había dicho era para que me diera más razones para que la estrangulase - acuérdate de que cuando algo no te gusta, tienes que contar hasta diez - dijo ella riéndose.

- Diez son las veces que te voy a pegar Hope - sin más salí pegando un portazo a la puerta haciendo notar que no me agradaba nada la idea de salir.

Una vez que estaba fuera sentí escalofríos recorrer todo mi cuerpo, mi pelo mojado ahora me rozaba la espalda haciendo que las gotas de agua fría me petrificaran en el sitio y haciendo replantearme dos veces la idea de tener que salir.

Con toda mi fuerza de voluntad me dirigí hacia la pista en la que habían estado entrenando y a medida que iba andando me dí cuenta de que por parte de mi alrededor había dejado de caer agua, miré hacia arriba y me encontré con un paraguas. Max sonrió.

- Gracias - dije tiritando.

- No te preocupes, ¿hay alguna razón en especial por la que estés aquí? - colocó mejor el paraguas para asegurarse de que no nos mojáramos ninguno de los dos mientras esperaba mi respuesta.

- Recados - retomé el paso evitando hablar mucho, seguía incómoda por lo del otro día y quería mantener las distancias.

Llegamos a la parte cubierta del edificio de deportes, mi acompañante cerró el paraguas y lo sacudió evitando salpicarme aún más.

- ¿Te espero o voy contigo? - dijo moviendo los ojos en todas direcciones menos en la mía.

<<Tío raro>>

- Creo que no me voy a perder por el camino, pero gracias.

Bajé unas escaleras que llegaban hasta las pistas de baloncesto, no había nadie ni nada, incluyendo la dichosa sudadera. Me aseguré de que no me hubiera fallado la vista y sin detenerme más regresé hacia el pabellón principal.

- ¿Qué haces aquí? - dijo una voz que ya conocía bastante bien, pero que aún así no dejaba de gustarme.

- Hope se ha dejado una sudadera, no la encuentro - dije con mis dientes castañeando.

No todo lo que brilla es oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora