Me separé de ella tan rápido como me fue posible, me acomodé mi ropa y me fuí sin dar explicación.
— Oye, no me has dicho cómo te llamas — ella intentó interponerse en mi camino pero la evité y me metí en mi coche.
Estaba por arrancar e irme a mi casa cuando una segunda puerta se cerró, era la chica de antes, ¿por qué siempre se tenían que pegar tanto?
— Mira, o sales por esa puta puerta tu solita o te saco yo — ella sonrió pícaramente, se recostó en el asiento y esparció sus piernas por todo mi coche y para colmo lo ensució con algo de polvo de sus zapatos.
— Mejor me sacas tú — dijo ella y yo perdí la poca paciencia que me quedaba..
Salí del coche y me metí por la puerta por la que ella estaba situada, tiré de su brazo y la saqué, ella al ver que no iba a salir ganando se fue indignada y al entrar de nuevo al bar por la cantidad de alcohol que llevaba en su cuerpo calló de culo.
La dejé ahí al ver que más gente acudía a ayudarla y me fui de vuelta a casa.
Busqué a Dylan por toda la casa desesperado y casi con lágrimas en los ojos — el alcohol de verdad me estaba afectando — le encontré tirado en el sofá viendo la televisión y cuando me vió casi ya se esperaba lo que le iba a decir.
— Dylan no se que hacer — me senté junto a él y la apagó.
Le empecé a contar todo lo que había pasado esa noche hasta el punto en que ya me estaba arrepintiendo yo solo de lo que había hecho.
— Y creo que me gusta Adara, pero sé que eso no está bien y no sé qué hacer. — terminé de decir.
Dylan asintió y se quedó un rato sin hablar, supuse que estaba buscando una forma de regañarme al igual que lo había hecho anteriormente.
— Si quieres un consejo, como profesor te diría que no te acerques más a ella, al menos por un tiempo — me petrifique al oír sus palabras, ¿esa iba a ser la única solución? — pero como amigo te diré que si de verdad sientes eso por ella, te ayudaré con eso, pero por favor Alec, tomes la decisión que tomes, ten en cuenta que Adara no tiene la culpa de nada de esto, no la tomes con ella.
Asentí difícilmente, era una decisión que determinaría mi carrera, pero no tenía por qué salir todo mal.
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Los días siguientes que me crucé con Adara no la miré a la cara, ni siquiera quise cruzarme con ella.
Dylan no paraba de decirme que disimulara un poco, pero ¿cómo lo iba a hacer si no era de esa manera?
Fui con él a dar una vuelta por el campus, había empezado a fumar estos últimos días, no me gustaba nada, pero la verdad es que relajaba un poco más mi cuerpo, lo malo era que a Dylan no le gustaba su olor, — lo que entendía perfectamente, a mí tampoco me apasionaba — y tenía que hacerlo al margen de él, por eso le deje un par de minutos solo.
Para cuando me dí cuenta le ví hablando con la única persona con la que no quería acercarme. Fui hacia ellos y cuando pasé por su lado aguante mis ganas de ver esos ojos castaños con los que había estado esperando ver estos días.
Cuando la adelanté y me aseguré de que Dylan estuviera detrás, eché una pequeña ojeada hacia Adara, quien ahora marchaba sin mirar atrás y entonces comprendí que ella nunca debió sentir lo que yo sentía por ella.
Esa misma tarde volví a escribir a la chica del bar, quedamos en vernos esa noche en su casa.
Necesitaba poner mi atención en alguna otra cosa y olvidarme de ella.
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No todo lo que brilla es oro
RomanceSabía que no estaba bien, sabía que me iba a hacer daño pero no podía evitarlo... Él era mi condena y yo era su sentencia. Las reglas siempre habían estado impuestas pero tenia que haber alguien que las quebrantara. Sabia que el podía llenar mi...