Solo tú

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ADVERTENCIA +18

Estábamos empezando a alistarnos para la noche, íbamos a ir a una discoteca ese día las chicas y yo, había optado por un vestido negro que tenía olvidado en el fondo del armario, era ajustado y de una sola manga, sin embargo lo que más me gustaba de la prenda era su espalda, esta se ataba con unos cordones que lograban hacer resaltar mis pechos.

Al cabo de una hora y cuando por fin estábamos listas, nos recogió un taxi en la recepción y salimos de allí sin perder el tiempo.

Hacía bastante tráfico y la calefacción del coche no funcionaba y solo esperaba que al llegar a aquel local al menos la temperatura fuera agradable.

- La carretera está cortada, no queda mucho recorrido para llegar, pero esto puede tardar bastante. - suspiramos con decepción y bajamos del coche.

La temperatura de fuera no era tan diferente a la que había dentro, lo que nos facilitaba un poco el camino, así que sin esperar más fuimos rumbo a la diversión.

Nos perdimos un par de veces hasta llegar al lugar, hasta que empezamos a ver varias luces salir de aquel sitio y eso nos motivó a ir más deprisa. Una vez allí y después de esperar esa fila infinita, el guardia que estaba en la puerta nos pidió el DNI y nos empezó a revisar los bolsos.

Cuando conseguimos entrar la música retumbaba por todo el lugar y hacía querer taparse los oídos. Lo primero que hicimos fue ir a los baños, nos dimos los últimos retoques y una vez listas fuimos directas a la pista de baile. Era pronto aún por lo que no había demasiado ambiente, por ello aprovechamos y fuimos pidiendo bebidas.

Cogimos asientos en una de las mesas libres mientras esperábamos a que llegase el resto y afortunadamente llegaron enseguida.

Fuimos a donde estaba todo el gentío, nos escurrimos por todo el montón de gente mientras cantábamos como locas, empezamos a mover nuestros cuerpos al ritmo de la música, bailamos juntas, e incluso tuvimos varias parejas de baile, todas ellas encantadoras y con alguno de ellos intercambiamos el número de teléfono, pero lo que aún no sabía era que había unos ojos expectantes siguiendo cada movimiento de mi cuerpo y cuando me encontré con ellos me aseguré de que no perdieran detalle.

Me agarré del cuello de uno de los acompañantes de baile que había tenido esa noche y empezamos a bailar como no lo había hecho antes. Compartimos unos cuantos picos antes de que me separan de él.

- Cuidado con lo que tocas si quieres conservar tu mano - dijo Alec ahora en medio de los dos.

El pobre chico comparado con Alec parecía una pequeña sardinita, no dijo nada y se fue con el rabo entre las piernas.

- Y tú qué coño crees que estás haciendo. - miré a Hope que ahora nos miraba con asombro y la sonreí.

- Estoy disfrutando mi noche. Tú qué haces aquí - le dije curiosa.

- ¿Y para eso tienes liarte con ese tipo? - me sorprendí, él nunca iba a dejarlo de hacer, pero le miré sonriente.

- Él al menos me puede dar algo que tú no, así que si me disculpas voy a retomar lo que he dejado a medias. - Pasé por un lado suyo pero él me cargó en su hombro y no pude hacer nada más que protestar.

- Bájame Alec, ¡Alec! - empecé a dar patadas y lo único que conseguí fue que me diera una nalgada, lo que me dejó sin nada más que decir o hacer hasta que nos encerramos en un baño.

- Vamos a dejar una cosa clara Adara, jamás me compares con otro chico, ninguno de ellos va a poder hacerte sentir como yo lo hago, eso seguro. - me acorraló en la pared y esta se sentía muy fría en mi piel. - ¿Está entendido? - aparté la mirada pero él me elevó la barbilla para que le pudiera mirar directamente a los ojos. - Responde.

- Sí. - me mordí el labio inconscientemente al recordar cómo se sentía mi cuerpo cuando estaba con él.

- Si tenías tantas ganas de ese tipo de diversión, debiste habérmelo dicho a mí y hubiera estado encantado de ayudarte. - me reí por su comentario.

- Lo único que hubiera conseguido con eso es que te fueras y me dejes plantada como lo hiciste la vez anterior, así que permíteme dudar cuando dices que tu puedes ser mi remedio.

- Entonces déjame demostrarte lo mucho que puedo ayudarte. - me besó y mi corazón se volvió a acelerar.

Me separé de él rápidamente pero nuestros labios seguían a centímetros de distancia, llevé mis dedos a la comisura de mis labios y le miré con ¿deseo?

- No deberíamos de hacer esto - susurré con mi corazón latiendo a mil.

- No me importa si está bien o no, ahora voy a volver a besarte, si no lo quieres apártame - y como había dicho lo hizo.

Seguía cabreada por lo del otro día, pero él era tan adictivo Le abrí paso con la boca para que su lengua pudiera entrar, me besó con pasión y deseo, era una batalla de lenguas y él marcaba el ritmo, pero yo tampoco me quedaba atrás. Alec me subió sobre su cintura y me estampó contra la pared.

Apoyé ambas manos en su cuello para profundizar el beso. Sus manos apretaban mi parte trasera con fuerza y eso hacía que yo soltara pequeños jadeos mientras elevaba mi pelvis suavemente hacia él.

- Sigue haciendo eso y no vuelves a tu habitación esta noche - más que un reclamó, sonó más como una advertencia en la que con gusto caería.

La ropa comenzaba a ser un estorbo y había que hacer algo al respecto. Le cogí de la parte baja de la camisa y tiré de ella hasta quitarla, sus abdominales quedaron totalmente al descubierto y cada línea que formaba su pecho, estaban creadas sin ningún error, las venas de sus brazos se marcaban perfectamente sin necesidad de ejercer fuerza. Me quedé mirando esa imagen hipnotizada y traté de memorizar cada parte de su cuerpo hasta que él se inclinó hacia mí y me agarró de la barbilla para después elevarla.

- No es justo si solo me lo quito yo pelirroja. - sonreí con picardía y me fui desabrochando cada hilo de mi prenda, dejando que él apreciara cada segundo de eso y cuando lo tiré junto al resto de su ropa, dejé al descubierto un conjunto de lencería roja, era fina y la parte del sujetador era prácticamente transparente, no tenía intención de ponérmela para ese momento, pero al final la intuición no se equivocaba.

Ví como me miraba - y no precisamente a los ojos - parecía como si me estuviera devorando con los ojos sin ninguna clase de disimulo.

Debería haber sido él el que se hubiera lanzado en ese momento, pero no fue así, le rodeé por el cuello y le atraje a mí hasta que nuestros labios se tocaron y nuestras lenguas se volvieron a encontrar.

Deslicé mis manos por su pecho y luego por su abdomen y disfruté del tacto de sus abdominales bien trabajados, mis manos estaban frías comparadas con lo cálido que estaba su cuerpo.

<<¿Estaría todo su cuerpo así?>> - me quité ese pensamiento rápidamente de mi cabeza.

Tenía el pelo alborotado y el moño que solía llevar lo tenía desecho y había que decir que se veía mucho mejor de esta manera.

Esta vez le prestó menos atención a mis labios, sin embargo prefirió ponerle más interés a mi cuello y al escote y con esmero iba saboreando cada parte de mi sin saltarse un solo punto de mi piel.

Me dejó en el suelo y él se puso de rodillas.

- Pensé que no se iba a repetir - dije con la voz entrecortada.

- Tu siempre serás mi excepción pelirroja - dijo cuando estaba llegando al borde de la tela de mi ropa interior con una sonrisa mientras me miraba desde ahí.

No todo lo que brilla es oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora