Teníamos una hora para descifrar el maldito problema que nos habían mandado en matemáticas. Hope estaba desesperada y yo estaba perdidísima. Tras ver varios tutoriales de YouTube y seguir como al principio, decidimos que rendirse era una mejor opción.
Ella aprovechó y se fue al baño cuando apenas quedaban unos minutos y cuando apenas quedaban unos minutos y ella seguía sin venir — lo cual esperaba que no ocurriera —, solté un gran suspiro, recogí mis cosas y fui saliendo del sitio torpemente.
Me encontré a varias chicas cuchicheando entre ellas y riéndose tímidamente, no me hacía falta ver ni escucharlas para saber quién era el culpable de tantos suspiros.
— Ya estamos listas para irnos — dije lo más indiferente posible al pasar por su lado.
— ¿Y tu amiga? — me preguntó mientras buscaba con la mirada a Hope.
— En el baño, ahora viene — asintió sin nada más que decir.
Llevaba los libros de ambas y traté de hacerme la fuerte, pero desistí cuando mis brazos empezaron a quejarse.
— Eres tan pegajosa como un chicle, ¿lo sabías? — dijo mientras giraba la cabeza lo justo para poder mirarme.
— Y tú tan asqueroso como una cucaracha ¿Te lo han dicho alguna vez? — me incliné hacia delante y no debí hacerlo porque se me cayeron los libros al suelo.
— No das ni una — dijo mirando hacia otro lado.
— Deja de quejarte y ayúdame — él se cruzó de brazos y sonrió.
— ¿Ese es el respeto que le tienes a tus mayores? — puse los ojos en blanco.
— ¿Me puedes ayudar? ¿Por favor? — dije poniendo el énfasis en las últimas palabras.
— No, la verdad es que me duele el hombro y no sé por qué será — dijo con ironía, se dió la vuelta y yo solté todo el aire que tenía en los pulmones pero se detuvo en seco al escuchar una voz detrás nuestro.
— ¿Necesitas que te eche una mano? — dijo un chico que pasaba por allí.
— Muchas gracias — miré hacia Alec y levanté la voz un poco más de lo normal — Menos mal que aún quedan modales — en eso él se giró, cogió todos los libros del suelo de una sola vez y se metió en una de las clases que estaban abiertas.
Volví a mirar hacia atrás para despedirme del que me había ayudado.
Al entrar a la clase, él descargó mis libros de una forma muy brusca en la primera mesa que estaba delante de él.
— Te he dicho que no necesito tu ayuda — dije cogiendo mis libros y llevándolos más atrás.
— Te he puesto los libros delante por algo.
— Pero es que no quiero verte la cara — él se limitó a mirarme mal, pero no tuve otro remedio, mas que sentarme ahí.
— ¿Por qué te pones tan delante? — dijo Hope cuando se dignó a llegar.
Iba a responder a su pregunta, pero Alec se me adelantó.
— Porque yo se lo he dicho — Este alzó la voz y nos miró a las dos con una expresión gélida.
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Había pasado ya un tiempo y solo habíamos estado discutiendo sobre la mejor manera de terminar los deberes, pero como de costumbre, no tuvimos ningún resultado.
Hope me susurró algo que hizo que me pusiera pálida y a ella como de costumbre no parecía importarle mucho mí opinión.
— ¿Sabes de matemáticas? — Cuando Hope preguntó eso, puse la mano en mi cabeza deseando que la tierra me tragara. Él se acercó a nosotras y revisó lo que habíamos hecho hasta el momento.
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No todo lo que brilla es oro
RomanceSabía que no estaba bien, sabía que me iba a hacer daño pero no podía evitarlo... Él era mi condena y yo era su sentencia. Las reglas siempre habían estado impuestas pero tenia que haber alguien que las quebrantara. Sabia que el podía llenar mi...