Max

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Desde que habíamos empezado con las clases había sido todo una tortura, me lo cruzaba por el pasillo casi todos los días pero no intercambiábamos ninguna palabra, tan solo fueron algunas miradas despectivas disimuladas,

Afortunadamente él no era mi profesor, sino él de Hope. Decía que Alec estaba en prácticas mientras estudiaba en la universidad y los reportes que ella me daba no eran muy espectaculares.

Ella y yo nos habíamos apuntado a algunas extraescolares, una de ellas era música, a esa teníamos que asistir todas las tardes.

— Ya me voy ¡Gracias! — dije para nadie en concreto.

Antes de que pudiera irme noté que alguien me detuvo tocándome la espalda varias veces, me giré y me encontré con Max, era aquel chico que me ayudó con los libros cuando estaba yendo a las clases con Alec.

— ¿Tienes planes para luego? — me miró sin complejos y sonreí mientras sacudía la cabeza — genial ¿puedo tener tú número?, ya sabes para quedar un día de estos, si te apetece — miré de reojo a las demás y me indicaron que se iban a ir yendo, dude un poco, era demasiado repentino, pero ¿Qué podía salir mal?

— Claro — me dió su teléfono y se lo apunté. Me despedí de él y salí en busca de mis amigas.

— Si me buscáis más tarde estaré en la sala común con una amigo.

<<Por favor buscadme>> me faltó decir.

— ¿Y ese quien es? — dijo Sasha emocionada, el disimulo tampoco era su fuerte.

— Solo un amigo — me llegó un mensaje de él diciéndome la hora a la que quería que nos viéramos, yo solo me limité a responder con un genial y a seguir con mi día.

<<Cuando dijo de vernos un día de estos, no pensé que sería tan pronto>>

A las cuatro de la tarde — que para ese entonces ya habíamos terminado las clases — me vino a buscar Max.

<<Ni que le fuera a morder>>

— ¿Para qué querías que viniera? — pregunté cuando estaba cogiendo sitio en uno de los sofás de la sala común.

— Quería hablar un poco contigo, ¿no se puede? — me dijo con un tono gracioso y yo rodé los ojos.

— La última vez que lo comprobé sí se podía — él soltó una risa forzada que yo no devolví.

— ¿Te esta gustando la academia? — me preguntó mientras se acercaba despacio sin hacer un solo sonido, pero yo no estaba concentrada en él, por ello tardé en responder.

— Ah eso, sí, sí, no está mal.

— Me alegro. Este año han entrado muchos alumnos y algún profesor, supongo que habrás oído hablar de él.

— No creas, tampoco es tan interesante como lo pintan todas, lo que he escuchado yo, es que es un inutil que solo sirve para dar vueltas corriendo.

Estuvimos hablando un buen rato y llegó un punto de la conversación que se hacía aburrida. Él era muy intenso y bastante hablador. Pero aproveché y me desquité con él, empecé a hablar de Alec sin que pareciera que era él del que estaba hablando.

De vez en cuando había silencios incómodos que él acababa solucionando contándome más y más sobre su vida y al final acabamos hablando de él.

<<Me quería ir ya>>

Me retiré cuando ví a Hope pasando con el resto del grupo y fue corriendo tras ellas y una vez en la entrada del comedor, vimos que había varios profesores, que al parecer les había tocado hacer guardia durante el almuerzo y entre ellos estaba Dylan.

Pasamos de largo y al sentarnos en una de las mesas, la que tenía al lado empezó a cotillear toda la galería de Hope, — por un reto —, pero las demás volvimos a lo nuestro, en cambio ella en un momento dado me mostró el teléfono, había una foto en la que salía yo. Cogí el teléfono para tener mejor visión de eso y cuando la amplié, estaba él.

Estábamos dormidos en el avión uno apoyado encima del otro, aumente la foto para ver con mejor nitidez como estábamos los dos, pero lo apagué de golpe como si quemara cuando escuché la voz de Dylan detrás de mí

— Sin teléfonos Adara — me puse pálida al caer en la cuenta de que no sabía cuánto tiempo había estado ahí y cuánto había visto.

Me giré hacia Hope con ganas de clavarle el tenedor por no avisarme de que tenía eso y sin embargo ella sonrió con malicia y me dejó claro que no iba a tener ninguna explicación.

— ¿Ese no era el profesor? — me susurró la chica que me lo había enseñado y yo sin saber que hacer, lo negué rotundamente y me levanté rápidamente.

— ¿Habéis terminado? — preguntó Sasha poniéndose de pie, todas asentimos y nos marchamos.

Al llegar a los dormitorios recibí una llamada de Max. Hope vió que no le ponía mucha emoción, así que respondió ella la llamada;

— ¿Si? no se encuentra muy bien y está ahora en la cama.... se lo diré sí, adiós — colgó guiñandome un ojo y me lancé a sus brazos pero ella me repelió, reí por eso.

— Me debes una.

— No, ya estamos a la par — dije mirando su teléfono y ella se rió.

— Si quieres luego te paso la foto. — no respondí, caminé más rápido hasta llegar a la habitación.

Para terminar el día me dí una ducha caliente, estaba sola y nadie me podía molestar ahora — este era el típico momento para no pensar en nada y relajarte y eso era justo lo que iba a hacer — y después iría derechita a la cama. Nada más salir el frío me encontró rápidamente y solo en estos momentos echaba de menos Madrid — y añadiendo que era friolera había venido al sitio indicado.

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Cuando ya me iba a acostar recibí una notificación, era Max, cuando abrí el mensaje decía:

MAX: ¿Cómo sería tu tipo de cita ideal?

ADARA: ¿Por qué lo preguntas?

MAX: Solo por curiosidad

ADARA: Me gustaría que me llevaran a ver una película, a dar un paseo o quedarnos en casa hablando, no sé, hay muchas opciones.

MAX: Y¿Te gustan los dulces?

ADARA: Sí, me encantan.

MAX: Gracias

MAX: solo era eso.

Me quedé con cara de pocker, ¿eso era normal? No tenía ni idea, tampoco sabía porque preguntaba — tampoco iría a preguntar — así que dí el día por finalizado por fin.

No todo lo que brilla es oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora