¿Cuánto tiempo había pasado ya? Debía debía de haber perdido la cuenta de los meses, ¿tal vez había pasado ya un año?, posiblemente, pero qué más daba ya. Llegué a la conclusión hace tiempo, de que hay veces que no hay que pasar página, sino que hay que cambiar el libro, por eso seguí con mi vida sin él. Conseguí entrar en la universidad que quería, hice nuevos amigos e incluso a estas alturas tengo a alguien que cubre esas heridas de mi corazón poco a poco o al menos me estuve intentando convencer de ello.
— ¿Estas lista? — me preguntó Kai arrancando el coche. Asentí contenta por lo que se iba a avecinar y le besé.
— Feliz cumpleaños amor — él sonrió y me devolvió el gesto de cariño.
Él era muy tradicional y quería celebrar sus veinticinco años a lo grande — supongo que todos los anteriores habían sido así —. Pero ahora yo estaba con él y me tocaba acomodarme a sus costumbres.
Esta vez iríamos rumbo a la costa, era pleno verano y unas vacaciones en un lugar como ese, tenían que ser las ideales.
Como era ya parte de mi rutina, me quedé dormida lo que pensaba yo que era una eternidad, pero aún quedaban varias horas hasta llegar a nuestro destino. Hablamos de cualquier chorrada para no matar el ambiente que se había creado. — algo que al final acabó ocurriendo y el silencio nos encontró y duró hasta llegar al hotel.
Aparcamos enfrente de un gran edificio, que a decir verdad, era precioso y nadie podría decir que no a un sitio así. Era ya de noche y las luces de aquella residencia resaltaban de la manera más hermosa. Habían dicho que iba a ser exclusivo para nosotros y los acompañantes de Kai, por lo que tendríamos habitaciones asignadas para cada uno. Y menos mal que era así.
Entramos con todas las maletas y sin esperar menos de un sitio así, nos atendieron rápidamente y nos acompañaron hasta nuestra habitación. Era lo suficientemente grande para albergar a unas cuantas personas más sin ser asfixiante, por lo que se podía ver había más de un dormitorio, pero nosotros no dudamos en escoger el principal.
Tenía ventanas por todas partes y sin duda por la mañana entraría luz hasta cegarnos, pero por las vistas merecería la pena soportarlo.
De forma delicada, Kai dejó todo a un lado de la habitación, me rodeó con sus brazos por la espalda y me meció con dulzura.
— ¿Te gusta? — murmuró sonriente. Me dí la vuelta y le abracé por el cuello intentando robarle un beso.
— Me encanta — me dio un corto beso que no fue suficiente para mí, por eso, le intenté volver a arrimar hacia mi para pasar una noche con él, pero este me rechazó.
— Ahora no estoy cansado. — levanté mis manos en señal de rendición y me tiré sobre la cama poniendo un puchero.
— ¿Ni un poquito? — le miré poniendo la expresión más tierna que tenía, pero a pesar de mis súplicas, Kai negó con la cabeza.
— Mañana seré todo tuyo — me prometió dándome un suave beso en la frente, para después desaparecer detrás de la puerta del baño. Rodé los ojos sin saber qué más podía hacer para captar su atención, desde luego iba a ser todo un caso
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No todo lo que brilla es oro
DragosteSabía que no estaba bien, sabía que me iba a hacer daño pero no podía evitarlo... Él era mi condena y yo era su sentencia. Las reglas siempre habían estado impuestas pero tenia que haber alguien que las quebrantara. Sabia que el podía llenar mi...