Alec
Todo esto podría mejorar bastante y estaba dispuesto a estar con ella y nadie me lo impediría. Dylan sabía ya de esto y él estaba dispuesto a ayudarme para lo que necesitara, lo que me podría venir bien en algún momento.
Fui a la clase en la que solía quedar con Adara para estudiar, no sabría si ella vendría hoy, hacía tiempo que no lo hacía pero de todas formas y solo por si acaso estará allí esperándola.
Coloqué todas mis cosas y adelanté el trabajo que tenía acumulado estos días, Dylan se vino a pasar el rato conmigo y estuvimos hablando bastante tiempo, llamaron a la puerta y perdí el interés en mi compañero. Me preparé para recibirla, pero me topé con Daegan y se me borró la sonrisa.
— ¿Necesitas algo? — le pregunté sin mirarle.
— Solo quería consultarte algo.
Entró al aula cerrando la puerta tras de sí, ignorando a Dylan, que ahora este le miraba con mala cara. Se sentó en una de las mesas en frente mío.
— ¿Qué te gusta más, las curvas de Adara? Porque hay que decir que todos nos hemos fijado en ellas, ¿verdad que sí? — esta vez se dirigió a Dylan y tuve que mantener la calma, por muy complicado que estaba siendo — ¿O ha sido un flechazo como en las películas?
— ¿Qué coño has dicho niño de mierda? — solo pensaba en arrancarle los ojos y cortarle esa lengua suya que solo servía para decir sandeces. Dylan se acercó a mí y me puso una mano en el hombro.
— ¿Por qué no te vas chico? — dijo él antes de que pudiera seguir hablando.
— No lo decía con mala intención, solo era curiosidad, — hizo una pequeña pausa. — Como estos días os he visto juntos y a ella la he visto muy sonriente cuando estabas cerca, he pensado que igual-
— Pues deja de pensar, porque al parecer no te sirve de mucho, segundo, no me tutees, no soy ni tu amigo ni nada parecido, que no se te olvide — me levanté de golpe y le encaré, aun así sujeto por el agarre de mi compañero.
— Pero sin embargo a ella si la dejas, ¿qué es, tu puta? — y entonces perdí el control de mi mente.
Me veía en ese momento estampándole puñetazos en la cara sin ningún tipo de compasión y a Dylan intentando retenerme, pero no iba a servir de mucho, no ahora que había cruzado esa fina línea que determinaba los límites.
En ese momento ya no me importaba que me pasara a mí si descubrían lo que estaba pasando en esta sala. Él se intentaba quitar pero lo iba a tener muy complicado después de todo lo que había dicho. Su nariz empezaba a sangrar y sus pómulos a coger un color más azulado.
— Vuelve a hablar así de ella y te rompo los dientes — eso se lo estaba prometiendo.
— Si que te lo has tomado como algo personal, — empezó a reírse, este chico estaba loco — entonces no voy tan mal encaminado.
Me separé de él de una vez y Dylan se puso en medio de los dos, este se fue levantando a duras penas, pero ahora parecía un vagabundo con las pintas que llevaba.
— ¿Sabes en el lío en el que te podría meter si el director se entera de lo que ha pasado aquí? — le miré con furia a pesar de que me la soplaba que se enteraran de esto, sin embargo mi amigo sí que tenía una expresión más seria, casi de preocupación — Pero no gano nada con eso, solo que ella esté más preocupada por tí y eso no es para nada lo que busco. Pero puedo llegar a entenderte, no sabes lo bien que besan esos labios, estoy impaciente por probarlos de nuevo — dijo con ganas.
Intenté volver a volcarme en él con rabia y esta vez no me iba a contener, sin embargo Dylan me lo impidió.
— No te acerques a ella — le dije serio — y pobre de tí como me entere de que siquiera la has rozado un pelo.
— Bueno ya basta — intervino Dylan. — Siéntate y tranquilízate — me dijo a mí — Y tú, te he acusado varias veces de que salieras de aquí y sin embargo aquí sigues, faltas el respeto no solo de un alguno, sino también a un profesor ¿y por eso te crees con derecho a amenazarle, solo por ser un mimado? Esto no es ni la guardería ni preescolar, aquí maduras y no te sales con chiquitas. Mañana en detención, yo me ocuparé de tí — terminó de decir.
— ¿Y tú no tienes nada que decir? — siguió insistiendo.
— Como diga algo vas a acabar muy mal parado y te vas a acabar despeinado ese pelo lleno de gomina, así que cierra el pico y deja de inflarme las pelotas chaval.
Él se pasó la mano por la nariz quitándose el hilo de sangre que le recorría y se encaminó a la puerta.
— Ya nos veremos profesor. — cerró la puerta y se fue.
Miré a Dylan sin saber muy bien que decir ahora y él se pellizcó el entrecejo.
— ¿Te has vuelto loco?
— Se lo merecía — dije intentando defenderme y él resopló.
— Pues ahora solo queda no perderle de vista — asentí — y tú contrólate y déjame manejar la situación.
— ¿Tu que hubieras hecho? — pregunté curioso y él se quedó callado y como había intuido, no hubiera hecho nada diferente a como yo lo había resuelto. — Eso imaginaba.
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Los siguientes días estuvimos pendientes de Daegan, no volvió a acercarse a nosotros y tuve que estar agradecido por eso, los encuentros que estos días había tenido con Adara habían sido más disimulados y no habíamos tenido prácticamente contacto entre nosotros, le avisé de lo que había pasado — omitiendo los detalles secundarios — y guardamos las distancias en horario laboral.
— ¿Qué tal estás princesa? — dijo el impertinente a mis espaldas, me giré y les ví de reojo, se acercó a ella y le dió un abrazó corto — Estas guapísima.
Solo tuvo que decir eso para que yo tuviera que tensar la mandíbula y mirarle con odio, traté de imaginarme de mil formas diferentes como poder ponerle en su sitio, pero todo ello quedaría en mi mente, desgraciadamente y afortunadamente para él.
— Gracias — contestó sin más, se notaba que estaba incómoda, me miraba con disimulo pero yo no podía hacer nada en ese momento.
— ¿Interrumpo algo? — le preguntó Hope a Daegan cuando se acercó a ellos, esta le miraba con cara de asco y que ella hubiera aparecido en ese momento no era casualidad.
— No — dijo la pelirroja agradecida por la aparición de su amiga y en ese momento tampoco pude negar que no estaba feliz de verla.
— De hecho sí, — contradijo este y nadie dijo nada — estábamos hablando a solas, si no te importa
Adara le fulminó con la mirada y reprimí mis ganas de sonreír.
— Estabas hablando y por si no lo has notado, no tengo ningún interés en seguir aquí contigo. — pasó por un lado suyo chocando con su hombro — estorbas — dijo antes de desaparecer con su amiga por los pasillos.
Le miré con diversión estando agradecido de haber estado en primera fila viendo como acababa de ser rechazado por MI chica.
— Parece que no me voy a tener que preocupar demasiado — dije con una sonrisa en los labios sin mirarle. Este puso los ojos en blanco y se fue, pero no iba a ser la última vez que aparezca.
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No todo lo que brilla es oro
RomanceSabía que no estaba bien, sabía que me iba a hacer daño pero no podía evitarlo... Él era mi condena y yo era su sentencia. Las reglas siempre habían estado impuestas pero tenia que haber alguien que las quebrantara. Sabia que el podía llenar mi...