CAPÍTULO 8

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JungKook había despertado de aquel lindo "sueño", en donde besaba los labios dulces del omega de sus más "oscuros" sueños, había sido el mejor de todos ellos, se había sentido tan pero tan real.
Al despertar, había sentido tan impregnado el aroma del omega sobre su cuerpo, quiso ignorar pero era demasiado fuerte y eso hizo saltar emocionado a su lobo.

El alfa miró por la ventana y noto que el sol estaba a nada de ocultarse, antes de hacer cualquier movimiento, la risa encantadora de Tae, se hizo presente en el pasillo y pronto vio la cabellera del omega, asomarse por la puerta.

- Oh, ya despertaste Kookie - sonrió y se adentró a la habitación  - venía a que bajarás a comer fruta mientras preparamos la cena, ¿quieres? - pregunto al terminar de acercarse a la cama -.

Sin embargo, JungKook no prestaba atención, SU aroma, su aroma inundaba el cuerpo del omega como si esté fuera propio de él, su lobo inflaba el pecho orgulloso por notar como el omega tenía su olor sobre él.

- ¿Kookie? - volvió a llamar y aún sin haber prestado atención, asintió -. Bien, entonces - las mejillas del omega se sonrojaron - puedes - lo señaló en cuanto se incorporó un poco -. Toma - el omega saco de debajo de la almohada, una grande sudadera -. Tu ropa se ensucio un poco y esto es lo único que te puede quedar - habló mientras desviaba su mirada, avergonzado de ver otra vez aquel pecho de su alfa -.

JungKook se sonrojó al bajar su vista hacía su pecho gordo, Dios, que vergonzoso. El alfa tomo enseguida la sudadera, rápidamente se la colocó bajo la atenta y avergonzada mirada del omega.
La sudadera había quedado justa sobre su cuerpo. Con ayuda del omega, se colocó de pie y salieron de la habitación, bajaron las escaleras para luego ingresar a la cocina en donde sobre la ecimera, se encontraba un tazón de fruta picada, con yogur, miel y granola, hecho por TaeHyung especialmente para su alfa.

El omega le paso el tazón al alfa quien aún con mejillas rojas, lo tomó y agradeció.
Antes de seguir ayudando a su madre a preparar la cena, TaeHyung observó a su alfa, esperando que le gustara la ensalada que le había preparado y sonrió cuando el alfa frunció el ceño, como si estuviera enojado, si él "se enojaba" al probar alguna comida, sabía que estaba muy rica. Sonrió, a su alfa le había gustado, antes de seguir, vio como el alfa tomaba otra porción la olía y la llevaba a su boca para degustar.

TaeHyung se concentro en seguir picando las verduras que anteriormente cortaba, la puerta de la cocina se abrió y la madre del omega ingresó.

- Oh, JungKook, hijo, ¿dormiste bien? - el alfa se apresuro a tragar con dificultad y asintió -. Que bien, ya casi esta la cena, mientras disfruta la ensalada que Tae te preparó con mucho cariño - soltó lo último para avergonzar a su hijo y lo logró, su hijo rápidamente se coloro de un rojo intenso -.
- M-mamá - susurró llamando la atención de su madre quien rió quedito y se acercó para seguir con la cena -.

JungKook igualmente sentía su rostro arder, Tae había preparado esa sabrosa ensalada, para él, solo para él.

Los minutos pasaron y estos eran silencioso, sin embargo, la madre de TaeHyung quería seguir avergonzando a su hijo, así que con una traviesa sonrisa, comenzó.

- JungKook - le llamó al alfa que terminaba de comer aquella dulce ensalada -.
- ¿Sí? - respondió el curioso -.
- ¿Cuál es tu tipo ideal? Ya sabés, ¿qué buscas en tu futura pareja? - le preguntó y enseguida sintió la mirada molesta de su hijo, sin embargó, Tae no estaba ciertamente molesto, era obvio que él también quería saber.

Por otro lado, JungKook sintió la pregunta muy de sorpresa, no esperaba aquella interrogante. Trago y comenzó a pensar, enseguida, la imagen de cierto omega, inundó su mente, él era su estándar, demasiado alto según él. De igual, empezó a hablar.

Mi tierno alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora