CAPÍTULO 15

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Tae debía tranquilizarse, habían salido de clase hacía menos de 10 minutos y se encontraba batallando entre encarar a su alfa que venía pasos alejado de él y lo venía siguiendo o seguir con su molesto orgullo. Quería acercarse a su alfa, preguntarle dónde había estado después de irse el día anterior, queria saber porque no había ido a clases a primera hora, queria saber si realmente el aroma impregnado en ese tipo era de él, quería cuestinarle que hacía con ese sujeto y porque había quedado su aroma en él, quería preguntar tantas cosas pero la culpa y el orgullo no le permitían girarse o al menos eso pensaba antes de escuchar una cantarina voz que quizá no tenía nada de malo, solo que dicha voz gritaba el nombre de SU alfa.
Volteó y cuando pensó que nada podía ser peor, pudo mirar como aquel chico casi tan bajito como él, saltaba colgándose del cuerpo de SU ALFA, suyo, de nadie más. Le abrazaba por el cuello, sintió su sangre hervir a 1000°, quiso correr y a ese sujeto, gritarle que se alejará de SU hombre, de SU macho, quiso pero solo se quedo ahí de pie, mirando con ojos bien abiertos como su alfa buscaba la manera de alejarlo, así que olvidándose de todo, se encaminó hacía ellos y con toda su fuerza de voluntad, evitó tocar al chico ése y tocó delicadamente el brazo de SU JungKook para llamar su atención.

- Kookie - llamó logrando hacer que el chico aquel soltará a su alfa y JungKook pudiera alejarlo.
- O-oh T-Tae... yo - miró a HoSeok y luego regresó su mirada a Tae, aquello molestó al omega.

TaeHyung decidió mirar al chico y lo analizó con una discreción de profesionales.
El chico le sonrió.

Feo, mugroso, apestoso, un tipo sin gra-

- ¡Hola!

Uh?

- Mi nombre es HoSeok, soy de 3er grado, acabó de llega hace una semana desde Gwangju. Tu eres TaeHyung, ¿verdad? Eres el novio de JungKook - el chico solto de golpe haciendo a TaeHyung lucir confundido, ¿qué clase de bicho era ese tipo? Pero ¿Oh?, ¿Novio?, ¿había escuchado bien?, sus mejillas subieron de tono ante lo último dicho.
- Oh, am, si, soy Tae - tardo en responder para luego solo sonreír agachando la cabeza y no negando lo dicho por el chico.
- ¡Oh! Que bien, espero nos llevemos bien - le sonrió de gran forma y TaeHyung regreso el gesto -. Si estas ocupando de la presencia de este guapetón pos te lo dejo, solo vine a saludar ¡adiós! - veloz, esa era la primera impresión hacía ese chico, bueno, borrando todos los insultos que había pensado en primera instancia al ver a SU alfa en manos de aquel sujeto.

Bueno, quizá después de todo el tipo no le caería tan mal, mientras mantuviera sus manos lejos de su macho, de ahí en fuera parecía alguien peculiar.

Finalmente luego de toda la lluvia de pensamientos, carraspeo antes de regresar su vista hacía Jeon que se había mantenido callado, y lo que vio le derritió el corazón, su alfita agachaba la mirada, sus mejillas se notaban rojas y Tae sonrió, porque por más que el alfa se esforzará en ocultarse, TaeHyung al ser muy bajito o más bien al JungKook ser tan alto, le permitía mirar sus expresiones, el alfa le llevaba cabeza y media a dos, de altura.

- Kookie - llamó - vamos por algo de comer y descancemos una rato en el árbol - dijo antes de tomarlo de la mano y entrelazar sus dedos, guiando al alfa fuera de la facultad.

Sinceramente JungKook ya no diría nada, parecía que aquel gesto le gustaba a su TaeTae y realmente no quería decirle que no.
Aún debían hablar de lo que había pasado pero ahora solo quería hacer lo que el omega había pedido.

A lo lejos, escondido entre los casilleros, un alegre pelirrojo los miraba irse.

- Oficialmente soy el fan number one de esos dos - chilló suspirando después como si estuviera enamorado.

Tae arrastró hasta la cafetería a su osito y comprando lo que comerían salieron del sitió bajo las múltiples miradas que a estas alturas no eran nada raro.
Caminaron hasta el dichoso árbol y se acomodaron bajo de él, JungKook posó su enorme cuerpo contra el frondoso árbol y TaeHyung importandole un pepino absolutamente todo, se sento en medio de los gruesos muslos del alfa quien solo observaba sus acciones sin nada que decir y eso era perfecto para el omega.

Mi tierno alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora