CAPÍTULO 30

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Quizá el modo en que su madre los había encontrado daba a entender otra cosa, sin embargo, luego de la explicación, las cosas estaban claras.

- No los quiero con la puerta cerrada después de las 9 pm, cuando Tae vaya a tu casa tampoco y dormiran en camas separadas. No besos sexoso frente a mis ojitos, no toques obscenos, necesitan un límite de espacio mientras yo este presente, Tae ya no usarás shorts cortos o simples camisetas en presencia de Kookie y menos los de tela delgada - miró a su hijo que mantenía la boca abierta a todo lo que decía su madre. - Kookie, por favor trata de venir lo más cubiertito que puedas de tu cuerpecito, pon tus límites y no dejes que Tae se propase contigo, si hace a cruzar la línea grita y yo vendre en tu auxilio - la mujer se dirigió totalmente al alfa que agachaba su cabeza completamente sonrojado. TaeHyung pronto entendió a que se debían todas esas medidas.
- ¿Está suponiendo que yo me propasaria con mi alfa? ¿Cree que JungKookie no sería capaz de-?
- Hijo, suponiendo que ese fuera el caso tu no pondrías resistencia y si soy sincera, tu eres el más capaz a aprovecharte del inocente Kook - TaeHyung la miró indignadisimo.
- Gracias Judas, siempre he confiado en ti - le expreso a su madre y ella sonrió con inocencia.

Mientras ambos omegas discutían, JungKook se encerró a si mismo en la incredulidad, jamás se había imaginado estar en esta situación, con el omega que le gutaba a su lado, siendo (increíblemente) su novio, con su madre, sin rechazarlo, aceptandolo feliz y encima de todo protegiéndolo de su propio hijo, era gracioso por lo que sin darse cuenta, sonrió, aún se sentía a avergonzado, pero sonrió, feliz de ser aceptado tal y como era.

TaeHyung no tardó en darse cuenta del sentir de su alfa, su delicioso aroma se liberaba con carga positiva, olía riquísimo debido a los sentimientos que abarcaban a su alfa, suyo, final y totalmente suyo, bueno que aún faltaba más camino por avanzar, faltaba su marca, su anillo de bodas y sus cachorros pero ahora que el alfa había aceptado ser su novio, TaeHyung se encargaría de no soltarlo, no, no, ese alfa estaba equivocado sin en algún punto pensó que no sería enserio y que en un futuro podrían terminar. Sería capaz de hacerle un amarre como en su país natal, bueno, quizá no pero lo haría enamorarse tanto y le daría tanto amor que jamás buscaría a alguien más perfecto, lo que Tae no sabía era que para JungKook, él ya era tan perfecto que pensar en alguien más se le hacía imposible.

El omega miró a su alfa y la mujer calló al percibir también el ambiente, sonrió, no podía creer que al fin a su travieso e insistente hijo se le hubiera cumplido su deseo de tener a ese alfita en sus manos, asintió al pedido silencioso de su hijo y comenzo a retirarse.
TaeHyung se dejó caer en los brazos de su novio y sonrió al recordar que lo eran, al fin eran novios, JungKook lo tomó de la cintura y con timidez la envolvió para abrazarlo, hace unas semanas jamás se hubiera atrevido, tocarlo le seguiría pareciendo un abuso, pero ahora, ahora podía, tenía el derecho de deleitarse con el tacto sobre su novio.

- ¿A que se debe tan delicioso aroma? - preguntó Tae encerrando su rostro en el rechoncho cuello de su chico.
- Aún no me puedo creer que estemos así - respondió enseguida. - Sigo sin asimilarlo y ahora... el que tu mamá-
- Tu sugrita cariño - corrigió y beso el pecho del azabache.
- M-m-mi s-sue-gra - expresó tímido. - Me aceptará, me siento feliz porque jamás lo hubiera creído.
- Amor, mi madre te adora - aquel mote cariñoso sorprendio al alfa pues enseguida se tenso y se sonrojó al mil, TaeHyung elevó su rostro y sonrió orgulloso de lo que provocaba sobre su Kookie. - Mi madre y yo te adoramos, así que hazte a la idea que de aquí no saldrás fácilmente, desde el momento en que me diste el si, esto se volvió tu condena - expresó mirando directamente a los ojos del mayor.
- ¿Debería asustarme? - preguntó y TaeHyung estalló en risa.
- Nunca te arrepientas por favor, si lo hace me harías pedazos a mi y a mi lobito que tanto te ama - dijo el omega sin pelos en la lengua mientras tallaba su rostro en el cuello ajeno, disfrutando de la deliciosa esencia que tanto adoraba.

Mi tierno alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora