No había que ser inteligentes para suponer lo que tenía su hijo, el señor Kim sabía que la época de cortejo era primordial para una pareja y aunque le llenará de celos saber que su amado hijo estaba siendo cortejado, sabía también que ya no era un niño y que tarde o temprano esto sucedería.
TaeHyung había llegado hacía dos semanas y desde aquel momento, sus sonrisas no eran tan completas como las recordaba, su esposa le había contado la situación que había tenido que pasar su pequeño para ser aceptado por aquel alfa y comprendía el porque estaba siendo tan difícil para su hijo mantenerse en su país natal.
Ese tal JungKook debió haberle hecho brujería a su hijo porque de lo contrario, no entendía porque su Tae estaba en tal estado deprimente.Era viernes y el día estaba por finalizar y como anteriormente había pasado, el humor de su hijo volvía a elevarse con la llegada del fin de semana y ya suponía el porque.
Llegado el día, el hombre confirmó sus sospechas cuando al dar las 6 de la mañana, Tae se encontraba despierto y por increible que pareciera, reía como tonto enamorado en su habitación.La curiosidad lo mataba, él nunca había visto al dichoso noviecito de su hijo y moría por ver que tenía de especial para lograr contentar a su retoño. El señor Kim, guiado por la curiosidad; abrió la puerta de forma discreta y por una rendijita, observó a su hijo quien se retorcía en su cama con su móvil en mano. Inevitablemente, el hombre sonrió porque después de dos años, nuevamente veía a su hijo sonreír de aquel modo.
TaeHyung brincó en su cama cuando repentinamente tocaron a su puerta, miró en dicha dirección y se sorprendió de ver a su padre asomar la cabeza.
- Pá - emitió - ¿q-qué hace despierto? - preguntó nervioso cubriendo su móvil.
- Bueno, si un jovencito parlanchin no estuviera gritando como fanático enamorado, quizás yo seguiría en compañía de morfeo - expresó adentrándose a la habitación y viendo como su hijo se sonrojaba por la descripción prácticamente acertada de su condición.
- P-papá~ - se quejó sabiendo que su Kookie lo estaba escuchando todo.
- ¿Puedo saber con quien habla mi pequeño para estar despierto tan temprano en un fin de semana? - preguntó esperando poder conocer a su yerno.
- O-oh yo... - Tae trago grueso antes de asentir. - Papá, él es mi novio, JungKook - dijo antes de despegar el móvil de su pecho y dejar a la vista a su amado quien para ese momento ya se sentía nervioso.¿Y si no le agradaba al padre de su novio? ¿Y si le parecía mala idea que su hijo estuviera con un obeso? ¿Qué pasaba si su padre le pedía terminarlo? ¿Y si...?
Antes de continuar matándose con todas aquellas preguntas, la imagen de un hombre con rasgos muy similares al de su novio, se dejó ver y entonces sonrió con nerviosismo.
- H-hola, e-es un gusto c-conocerlo, se-señor Kim - JungKook hizo una pequeña reverencia con su cabeza aún a través de la llamada, no quería que su suegro lo tildara de grosero.
- Vaya, así que eres el famoso JungKook. La madre de Tae no deja de hablar de ti - comentó el hombre analizando al nervioso chico detrás de la pantalla; sonrió al verlo nervioso. - Espero conocerte pronto, necesito ver en persona a la persona que tiene tonto a mi pequeño Tete - expresó y Tae puchereo al momento en que su papá susurró aquel apodo que le decía de niño.
- ¡Papá! - gritó avergonzado y JungKook sonrió, eso significaba que lo aprobaba, ¿no?
- Será un gusto conocerlo señor Kim - JungKook expresó emocionado de ser aceptado.
- Puedes llamarme suegro - el señor propuso y guiño un ojo en dirección a la pantalla haciéndo que no solo su hijo se sonrojara, si no que el chico tras la pantalla también.El hombre finalmente se despidió creyendo que era mejor dejar de molestar a su hijo si no quería que su esposa lo matará más tarde.
Tae quedó solo y suspiró antes de volver a la llamada.
JungKook lo miraba con ligera burla en sus ojos y Tae sabía lo que venía.

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Mi tierno alfa
ФанфикTaeHyung es un omega perfecto ante todos, sin embargo, el ser amigo y estar secretamente enamorado, del peor alfa de la universidad, opaca de manera drástica toda oportunidad que los demás buscan para acercarse a él. ¿Pero que tiene su amigo? Bueno...