CAPÍTULO 36

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TaeHyung realmente no podía caber de la dicha, estaba feliz, orgulloso, pleno, completo. Y es que vamos, luego de ese día y después de que hablaran y arreglaran su asunto de haberlo hecho sin condón; su vida se había vuelto sexualmente activa y estaba feliz por ello, justo cuando había pensado que llegaría virgen al matrimonio, había logrado seducir a su alfa para que estuvieran juntos y era maravilloso, cada encuentro JungKook se esforzaba por que él estuviera cómodo y que él dirigiera, todo porque aún sentía inseguridad sobre como actuar.

En estos justos momentos, se encontraba a su lado, durmiendo luego de otro apasionado encuentro que lo había dejado agotado como casi todos y es que vamos, JungKook seguía siendo gordito y el esfuerzo físico aún no era lo suyo, aunque de eso se encargaría él, de ayudarlo a mejorar para tener más de dos rondas porque, JungKook de algún modo lo tendría que ayudar en su próximo celo y Dios que TaeHyung nunca había deseado tanto que su celo llegará.

El omega se incorporó un poco y giró a ver a su alfita, respiraba profundo y relajado; definió sus facciones y enserio no podía creer que la gente no viera lo atractivo y encantador que era su alfa. Tenía una nariz prominente pero bonita, ojos grandes y brillosos que parecían entregarte el universo entero con cada mirada, unos lindos y finos labios que amaba besar y por supuesto, una hermosa sonrisa que mostraba sus lindos dientecitos aconejados.
TaeHyung llevó una mano hasta la mejilla de su chico y la acarició con calma.
De manera traviesa, Tae pensó que sería divertido jugar un ratito solo y aprovecharía el respirar profundo de su amado.

Bajo las mantas que cubrían el cuerpo desnudo de JungKook y sonrió al observarlo todo, eso era suyo y de nadie más. Gruñó excitado cuando acarició aquel delicioso pero dormido miembro mientras observaba cada rincón del cuerpo de su alfa. Su ceño se frunció cuando luego de analizar un poco, notó algo que venía viendo hace algunos días atrás.
JungKook extrañamente parecía más delgado.

Tal vez para una persona como JungKook que sobrepasaba los 160kg, era difícil notarle algún cambió y en especial si se trataba de peso, pero definitivamente su rostro se veía más delgado, sus llantitas se notaban quizá un poco más flacidad de lo normal y si que había notado aquello desde hace algunos días. Pero vamos, en solo un mes de tener sexo tres veces a la semana, TaeHyung no habría logrado que JungKook comenzará a verse más delgado, o no, claro que no. Y pensándolo bien, últimamente llegaba muy temprano a la escuela en compañía de HoSeok, siempre parecía tener húmedo el cabello y notaba que su mochila pesaba más de lo normal y vamos, llevaban la misma carrera, las mismas clases y los mismos materiales, era imposible que el peso de sus mochilas fuera diferente; otra cosa que había visto era que comía más pero casi nunca consumía golosinas, bebidas saborizadas o postres.

¿JungKook estaría a dieta? Si era así, definitivamente estaría orgullos y triste a su vez, pues él amaba su cuerpo y tener de donde agarrar. Sin embargo estaría también feliz porque si su JungKook lo estaba, él lo apoyaría en lo que quisiera.

Finalmente dejando de lado aquellos pensamientos, pronto se centro en el trozo de carne que sus manos sostenían, parecía comenzar a reaccionar y era momento de atenderlo.

TaeHyung bajó lo suficiente como para poder tener su rostro sobre aquella parte, dispuesto a degustar de aquel enorme pedazo de carne caliente y palpitante.
Cuando finalmente estuvo erecto, Tae llevó su boca e introdujo el miembro en su boca; succiono y besó en repetidas ocasiones hasta que la saliva escurría por su barbilla y sus ojos se notaban llorosos, cuando estuvo satisfecho, saco su dulce de sus labios y beso la punta una última vez. Se puso de pie y comenzó a buscar los condones que habían traído y sin meditarlo mucho, colocó uno en aquel miembro pues aunque JungKook estuviera durmiendo, él merecía disfrutar un poquito más.
Cuando lo hubo puesto, se sentó en el regazo contrario dándole la espalda a su alfa y entonces se penetro sin mucho esfuerzo.

Mi tierno alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora