Mi tierno alfa

CAPÍTULO 45

El resto de la semana fue un martirio para el pobre alfa, porque quitando a los fastidiosos que habían querido acercarse para preguntarle si Tae lo había botado y si les daba una oportunidad, el omega le había cumplido el no verlo hasta el próximo lunes.
Si bien, se habían mantenido en contacto por medio de mensajes, eso no evitaba que se sintiera tan mal.

Finalmente el lunes llegó y JungKook estaba ansioso, Tae no había llegado aún y de hecho, era muy temprano para que el omega ya estuviera en la escuela.
El alfa espero paciente en la entrada, ignorando los coqueteos de los que iban entrando, él no les daría una mirada, no fue así mientras Tae no estuvo y no sería así ahora que él ya estaba en Corea.

Los minutos pasaron hasta que finalmente lo vio, ahí venía, viéndose tan hermoso como solo él podía, parecía un ángel y ante los ojos de JungKook, un aura celestial cubría cada paso que el omega daba en dirección a las puertas de la facultad.
TaeHyung pareció percibir su aroma pues elevó el rostro y su mirada comenzó a buscar hasta que lo vio, nuevamente desconcertado, ¿cómo iba a asimilarlo tan rápido?

El omega sonrió pequeño antes de acercarse al alfa, parecía tímido.

- Hola - ambos se saludaron al mismo tiempo lo que los hizo sonrojarse.
- Uh, t-te ves hermoso - confesó el alfa al pequeño omega que lo miraba, enamorado como siempre.
- Gracias. T-tu te ves... raro - vaya modo de empezar. Tae se golpeó mentalmente al ver la expresión triste que se formó enseguida en el rostro del alfa. - N-no, no quise decir que-
- Esta bien... entiendo que no estas acostumbrado a verme así yo-
- Es que... es raro - suspiró. - Me cuesta aún ver este cambio en ti... te ves bien, pero como dices, debo acostumbrarme - rió nervioso y JungKook asintió.
- B-bueno, entremos - el alfa extendió su mano pidiendo claramente que Tae la tomará y lo hizo.

Sus dedos se entrelazaron con firmesa, se sintieron completos tras lograr volver a palparse aún cuando solo había sido atraves de sua manos.
Caminaron rumbo a su primera clase y a Tae nunca le habían importado las miradas tanto como ahora. Estaba siendo un fastidio llegar a su 1er clase pues al parecer ahora a quien fingían no ver, era a él. Y no, no le interesaba recibir miradas, pero definitivamente le estaba molestando que vieran a su alfa.

Cuando finalmente llegaron a su salón, Tae suspiró satisfecho, al menos tenían tranquilidad, o eso penso pues minutos más tarde, un omega entraba con una pequeña cajita en manos en dirección a ellos.
Ninguno había dicho nada, solo se habían sentado en sus bancas y se dedicaron a mirarse con pequeñas sonrisas.
Entonces aquel apestoso omega llegó atrás de JungKook y antes de tocar su hombro para llamar su atención, Tae gruñó en su dirección y evitó que tocará al alfa.

- Largo. ¿Acaso no ves que está con su omega? - soltó haciéndo que JungKook se irguiera y volteara tras él.
- No vengo a hablar contigo - soltó altanero el tipo y TaeHyung enfureció.
- Pues yo tampoco habló con idiotas que no saben respetar una relación, pero lamentablemente aquí estas tu, entonces - el chico le miró indignado y antes de hablar, TaeHyung volvió a hacerlo. - Dije largo. Respetate un poco, estoy seguro que JungKook ya te rechazó, ten al menos la dignidad de aceptarlo y dejarlo en paz - finalizó y aunque el chico quiso refutar, le fue imposible, el alfa ya lo había rechazado.

Sin decir nada, el chico dio la vuelta y se retiró.

Mientras tanto, Tae suspiraba, al parecer iba a ser difícil tener un novio ahora aceptado por todos.
El omega regresó la mirada hacía el alfa y su pecho se sintió cálido.

JungKook lo miraba con un brillo en los ojos, en ningún momento había dejado de observarlo desde la primer palabra salió de los labios de su amado, estaba maravillado.

- ¿Qué? - cuestionó el omega ya sonrojado por la intensa mirada.
- Te ves hermoso - confesó sin pensarlo y después se sonrojó al darse cuenta de lo dicho. - D-digo... si, es que, tu, wow - Tae rió por el balbuceo de su alfa. -¿Cómo lo haces? Lo botaste en menos de un minuto y yo no puedo decirle ni a Hobi que se vaya - confesó encantado.
- Bueno, deberás aprender porque ni cuidaré a mi alfa todo el tiempo para que ko se le acerquen las culebras a partir de ahora - dijo entre broma y verdad.