Mi tierno alfa

CAPÍTULO 4

TaeHyung entraba por las puertas de la facultad, llevaba unos auriculares puestos y pese a ello, saludaba amablemente a quien se acercaba a saludarlo.
Buscaba con la mirada al alfa de su corazón, sin embargo, por cada pasillo en el que se asomaba, no lograba verlo, miró por el patio donde siempre se encontraba y quiso avanzar a su salón de la primer clase para verificar si se encontraba ahí, más los murmullos de unas chicas cercanas a él llamaron su atención.

- No lo sé, el salón está cerrado, pero es obvio que hay alguien dentro - escuchó y quiso saber más -. No lo sé, se que son alfas pero no sé quien sea - su ceño se frunció y un mal presentimiento se acentuó en su pecho -.

¿Dónde estaba JungKook, su alfa?

Las chicas se alejaron antes de que él reaccionara a preguntarles, así que con miedo, comenzó a caminar hacía el salón donde le tocaba su clase. Una vez estando cerca pudo ver la gran cantidad de estudiantes que se encontraba intentando observar lo que pasaba dentro de aquel cubículo.
El miedo incremento y sudor frío comenzó a brotar de su piel, corrió queriendo ver y esperando que el mal presentimiento, solo fuera eso.
Sin embargo, su olfato no lo engañaba, ése era el aroma de JungKook, estaba asustado.
Las estudiantes al notarlo presente, se preocuparon un poco y le abrieron el pasó que el chico solicitaba para llegar a la puerta.

TaeHyung sintió el nudo en la garganta y comenzó a golpear la puerta, sin embargo, antes de pensar en volver a golpearla, la misma se abrió, dejando ver a tres chicos de gran estatura y de buen físico, lo miraron.

- Oh, pequeño Tae, belleza que bueno vert... - antes de seguir hablando, TaeHyung los había empujado para entrar al salón -.

Tan pronto como había cruzado aquella puerta, su lobo aullo dolido y los murmullos dejaron de oírse para darle pasó a un zumbido sobre sus oídos. Sus ojos no podían dar crédito a lo que estaban viendo.
Su alfa, su macho, su chico, su pareja; se encontraba en el fondo del salón, había manchas rojas en lo poco de piel que podía ver, habían trozos de tela en algunas partes del suelo, el chico temblaba y el hedor de miedo estaba muy presente.

- Oh, precioso, perdón por el desastre - habló uno de esos alfas caminando hacía él - no queríamos que vieras esta horrenda escena - continuó no notando el temblor de rabia que estaba sintiendo el omega en esos momentos -. Teníamos que darle una lección a esa bola asquerosa. No quiso darnos tu número, aunque ahora aprovechando que estás - se inclinó sugerente - ¿puedes...? ¡¡Ah!! -  gritó, sin saber como, sin que nadie lo notar, el omega se había dado la vuelta y había puesto una dura patada en aquella parte tan privada del alfa -.

TaeHyung estaba encabronado, la rabia lo había cegado y su lobo había salido en un abrir y cerrar de ojos, habían puestos sus asquerosas y sucias manos en su macho, su lobo, y eso, no lo iba a perdonar.

Sus delicadas manos no vieron como habían tomado una de las butacas del sitio y la había lanzado en contra del alfa que estaba más atrás del que se mantenía en el suelo llorando posiblemente por tener sus partes rotas, los alumnos fuera del salón miraba sorprendidos el como el omega comenzaba a golpear al los tres chicos que habían lastimado a JungKook.

Pronto y sin darse cuenta, los tres chicos estaban sobre el suelo, heridos por un omega que les había dado una paliza que no olvidarian.

TaeHyung, luego de dejar a los otros tres en el suelo, corrió en dirección a su alfa y con pánico de ver su rostro, se acercó, se agachó lentamente mientras escuchaba como los estudiantes se adentraban para ver el desastre que se había hecho.

Cobardes.

Con delicadeza, tocó el brazo de su alfa, notó como se tensaba y contraia su extremidad, con miedo.