CAPÍTULO 25

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TaeHyung era berrinchudo, su madre sabía eso, pero no pensó que llegará a comportarse de ese modo tan...
Sabía que el celo del alfa y lo que parecía su conexión con él, tenía mucho que ver pero si eso era aún antes de ser oficialmente algo, ya imaginaba como estarían el día que su hijo logrará su cometido de ser marcado por el alfa.

- Kookie~ - puchereo el omega sentado con las piernas encima de las de JungKook, gruñó bajito mientras tallaba su rostro en el pecho de JungKook quien solo parecía recibir las empalagosas caricias del omega sin objetar.

Las mujeres mantenían bajo vigilancia cualquier interacción de los jóvenes, temiendo que ante un descuido, ambos se dirigieran a un lugar más privado.

Llevaban alrededor de unas horas solo siendo guardianas de los menores, sin embargo, relamente no parecía como si las cosas fueran a escalar de nivel pues ni TaeHyung ni JungKook pasaban de abrazos melosos y aspiraciones profundas al aroma de su contrario y sinceramente eso estaba bien, para la madre de Tae era bueno, sabía que su cachorro era travieso y atrevido y creyó que ni siquiera JungKook siendo el atacado por el celo, sería capaz de algo como lo sería su cachorro sin necesidad de estar en su época de calor. Afortunadamente su hijo parecía estarse comportando fuera de lo mimoso que se notaba.

- Alfa, ¿quieres comer? - su voz era chillona pero no molesta. - Tu omega hará lo que sea que quieras comer, pero debes hacerlo - propuso el omega luego de saber que su Kookie no había comido en los últimos días.

JungKook no dijo nada y solo asintió a lo dicho, TaeHyung sonrió en grande al ser aceptado su tributo.

Más temprano que tarde, TaeHyung abrazó al alfa y tallo su mejilla en el rechoncho pecho del alfa antes de ponerse en pie y caminar a la cocina, haría su mejor platillo para el macho alfa.
Las mujeres seguía prácticamente estáticas en su sitió, siendo espectadoras de la familiar y romántica interacción de los jóvenes.

JungKook se mantuvo todo el tiempo en su sitió hasta que TaeHyung le llamara para comer. Lo único que su mente había pensado era en los últimos acontecimientos de su día, al menos su lobo, quien era el recibidor de todas las acciones del empalagoso omega y es que no era de extrañar que JungKook se hubiera desmayado y que su lobo tomará el control de su cuerpo, lamentablemente la conciencia del humano era débil ante sucesos que implicaran un fuerte cambió en sus emociones, cosa que había pasado al ver a TaeHyung llorar y pedir que no lo alejé.

Claro que parte de esos momentos serían transmitidos al humano como recuerdos poco nítidos, sin embargo lo más importante estaba siendo vivido y aprovechado por el lobo.

Y hablando de aprovecharse, el alfa se puso en pie luego de rato y caminó hacía la cocina, las mujeres observaron esperando algo sospechoso.
Paso rato sin oír más que una risita de TaeHyung que de vez en cuando soltaba, las mujeres comenzarón a murmurar el como veían la situación y lo tranquilo que parecía estar siendo, la madre del alfa quiso indagar en el motivo que había llevado a la mamá de TaeHyung a que hicieran aquello, sin embargo sus dudas se vieron interrumpidas ante un gritito algo peculiar de parte del omega, las mujeres se miraron por un instante antes de poner se pie y caminar hacía la cocina a paso apresurado. Claro que lo que vieron las dejo en un momento de shock, no era algo malo, sin embargo era extraño verlo.

JungKook mantenía acorralado a TaeHyung entre la ecimera y él, era una escena un poco íntima, bien sabían que no era cosa del JungKook racional pero era impresionante para ambas conociendo la personalidad del alfa y es JungKook era tímido y recatado.

Ninguna se movió pensando que quizá necesitaban una interacción un poco más íntima, no hasta el grado de pasar el límite pero si más cercana, esperaron pacientes y asombrosamente sin ser notadas.

Mi tierno alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora