𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 1

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Pablo Gavi

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Pablo Gavi

Estaba harto de esta situación.

Harto no, hartísimo.

Habían pasado años desde que Beverly se dejó de hablar con todo el puto mundo, caminaba por los pasillos ignorando a la gente con los cascos puestos, y por la noche salía al balcón de su habitación en la cantera a fumar. A veces te la podías encontrar en la azotea leyendo un libro, pero por mucho que intentaras mantener una conversación con ella, te hacía la ley del hielo.

Bev había sido mi mejor amiga desde que entré en La Masía, ya que entramos juntos. Pero cuando teníamos catorce, un día dejó de hablarme. Intenté mil y una veces que me explicara la razón, pero ella no me dirigía ni una sola mirada. Ahora tenía diecisiete, apunto de cumplir dieciocho. Me habían subido al primer equipo hace tiempo, y cuando me lo dijeron lo primero que pensé fue en contárselo a ella. Pero luego me acordé de que no quedaba rastro alguno de nuestra amistad, y se me pasó. A ella también la habían subido al primer equipo, prácticamente al mismo tiempo que a mí.

A los dos nos había llegado la fama muy rápido, y a los ojos de todos los demás, éramos unos niños tímidos que no se acostumbraban aún a ser conocidos. Y no iban por mal camino.

Yo tenía una expresión muy característica, a la cual bautizaron como cara gavi. Y Beverly también tenía sus cosillas, pero la más famosa, volvía a ser la expresión que compartíamos los dos, sólo que a la suya la bautizaron como cara bev, ya que había un pequeño detalle que la diferenciaba de la mía. Ella en vez de fruncir el labio, sacaba la punta de la lengua a un lado. Era un detalle casi invisible, pero crucial para distinguirnos.

La razón por la cual dejó de comunicarse con todo ser vivo, menos su gato. Fue la muerte de su abuela. Eran muy cercanas, así que le afectó tanto que su carácter borde y frío que solía salir a la luz pocas veces, tomara el control de su personalidad.

Muchos en las redes decían que era Adrik Cash personificado, no tenía ni puta idea de quién era ese, pero tampoco es que me importase.

Después de esta breve introducción, he decidido que no quiero seguir así con ella. No me apetecía echar a perder todos esos años de amistad, todos esos partidos que echábamos casi al anochecer, todas las veces que nos regañaban por estar hablando en clase. Todo.

Durante todos los años, había varias ocasiones en las que intenté volver a hablar con Beverly, pero ella hacía una de dos: ignorarme o responder con una de su frases típicas.

Aquí van los ejemplos:

"No me importa ni mi vida ¿y te piensas que me va a importar la tuya?"

𝐁𝐄𝐒𝐓 𝐘𝐄𝐀𝐑𝐒 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora