𝐁𝐄𝐒𝐓 𝐘𝐄𝐀𝐑𝐒 | Beverly Mason, más conocida como la personificación de Adrik Cash.
Prácticamente criada en la cantera del Fútbol Club Barcelona. La chica se mudó a la capital catalana a los once años, y casualmente un chico de su edad también...
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Pablo Gavi
- Bev. Eh Bev. Despierta. - dije sacudiéndola para que pudiéramos salir del avión. Acabábamos de llegar y todos se habían bajado ya, pero yo seguía intentando que la rubia abriera los ojos.
- 5 minutos más, porfa. - dijo con voz adormilada y sin abrir los ojos.
- Yo te los daría, pero es que tenemos que bajar ya del avión, Bev. - le dije con un tono de voz bajito.
- ¿Ya hemos llegado? - preguntó esta vez abriendo los ojos.
- Sí, niña. Venga, que somos los únicos que están aquí y todavía los periodistas se inventarán algo, ya sabes. - dije ofreciéndole una mano para que se levantara. Ella miró mi mano y sin agarrarla se levantó sola. Yo asentí mientras fruncía los labios y la seguí ya que se me había adelantado.
Sin embargo, llegamos a la vez a las escaleras, ya que yo la había seguido a paso rápido porque me daba cosa por si se mareaba.
Beverly solía marearse a menudo, sobretodo cuando se levantaba rápido, y me daba miedo que se cayera o algo.
Comenzamos a bajar y vimos que los periodistas ya tenían sus cámaras preparadas, eran demasiado listos y ya se habrían dado cuenta de que éramos los únicos que faltaban.
Empezaron a bombardearnos a preguntas, pero nosotros pusimos nuestras caras típicas y seguimos recto para volver a meternos en uno de los autobuses que nos llevarían al hotel.
No sé cómo lo habría hecho, pero Paula estaba en el autobús que no le correspondía, y tenía la sospecha de que iba a pedirme que me sentara con ella. Sé que en todos los viajes me he sentado con Bev, pero eso no significa que no vaya a hacerlo otra vez.
Confirmando mis sospechas, la pelirroja se acercó a mí y antes de que pudiera decir nada, hablé.
- No. Lo siento. - dije para intentar seguir andando para buscar unos asientos libres, pero ella me agarró del brazo.
- Pero si no sabes ni lo que iba a decir. - habló Paula.
- Ibas a decirme que me sentara contigo, ¿o no es así? - dije obvio. No quería ser malo con ella, pero es que no iba a entender de otra manera que yo no quería lo mismo que ella parecía querer. Paula asintió. - Pues eso.
Volví a emprender camino, pero esta vez sentí un tacto distinto en mi brazo, mucho más delicado y cercano.
- Pablo, siéntate con ella a ver si deja ya de insistir. - me susurró Bev en el oído. Cuando la conoces puede parecer una insensible, pero luego hace este tipo de cosas.
