𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 31

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Beverly

Me encontraba en la azotea observando el cielo tan bonito que había.

Estaba despejado de nubes, y era negro y oscuro como la obsidiana. Las estrellas brillaban tanto que si las miradas con un telescopio, te deslumbrarían.

Desde pequeña me había encantado la astronomía. Siempre había envidiado el nombre de la hermana de Pablo por eso, ya que Aurora tenía que ver con la astronomía.

Nunca había tenido el placer de ver una aurora boreal en vivo y en directo, pero era una de mis metas en la vida, además de conocer a Taylor Swift.

Inhalé el humo del cigarro y lo solté lentamente. Como Pablo se enterara, me mandaría tirarlo inmediatamente, pero si no se entera no ha pasado.

Parece que cuanto antes lo pienso antes pasa, porque escuché como la puerta se abría y efectivamente, era él.

- Te dejo dar un par de caladas más y lo tiras, eh. - habló sentándose a mi lado.

- Mira qué bonito está el cielo. - desvié el tema.

- ¿Te sigue gustando todo lo de la astronomía? - preguntó él con una sonrisa.

- Nunca me ha dejado de gustar. Me encanta todo lo que tenga que ver con el universo y esas cosas, aunque odio geografía. - dije riendo por lo último.

- Sabes, cuando nos dimos ese beso en las gradas cuando teníamos 12 años, me gustabas pero no supe identificarlo. - dijo él. Yo me giré para mirarle.

Me sorprendió, ya que a la mañana siguiente ya sabéis lo que me dijo.

- Hubiera estado bien saberlo, porque me sentí muy estúpida al día siguiente. Aunque creo recordar que me dijiste que te empezé a gustar a los trece. - hablé con una sonrisa triste.

- ¿Por qué? - preguntó frunciendo el ceño.

- Por pensar que te podría gustar alguna vez. - él iba a hablar, pero no le dejé. - Para mí siempre fuiste alguien inalcanzable a pesar de que eras mi mejor amigo, y por una parte me esperaba que me dijeras que estábamos mejor como amigos y por eso cuando lo dijiste no me sorprendí tanto, pero como habías sonreído después de besarnos, muy en el fondo pensé que el sentimiento era mutuo. - terminé de decir.

- Ya te lo dije, pero al año siguiente me di cuenta. Ahora el que se siente estúpido soy yo, por no haber sabido reconocer mis sentimientos. - se rio.

- En resumen, los dos hemos sido estúpidos.

Volví a dirigir mi mirada a las estrellas. Había una pregunta que estos días había estado rondando por mi cabeza, ¿qué éramos ahora él y yo?

Nos besábamos casi todos los días, y eso no es lo que hacen los amigos normales, ¿no?

Ya le había admitido que me gustaba, y él en cierto modo también, así que ahora qué.

De todos modos, no quería ir rápido, porque yo no estaba bien mentalmente, y lo primero era curarme.
Mis inseguridades no me permiten estar con nadie.

Si al final hubiera tenido algo con Jana, tampoco hubiera podido. Nadie se merece estar soportando las inseguridades de la otra persona en una relación. Una cosa es que te ayuden a superar esas inseguridades, y otra es que tengan que lidiar con ellas.

- Creo que deberíamos hablar de qué somos ahora, ¿no? - habló Pablo leyéndome la mente.

- Podemos seguir como estamos, no creo que ahora mismo esté preparada para una relación, ¿te parece bien? - pregunté un poco asustada por su respuesta. Pablo era de las personas más respetuosas que conozco, y no creo que eso le molestara, pero todo puede pasar.

𝐁𝐄𝐒𝐓 𝐘𝐄𝐀𝐑𝐒 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora