𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 28

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Pablo Gavi

Me encontraba en mi habitación esperando pacientemente. Bueno, pacientemente no, estaba que me subía por las paredes.

Hace un rato he vuelto del entrenamiento y lo primero que he hecho ha sido tirarme a la cama a dormir.

No lo he conseguido, pero por lo menos me he tumbado.

Beverly tenía que haber vuelto ya de su entreno, pero igual ha quedado con las chicas o yo qué sé. Solo quería que me contara cómo le había ido con Jana.

Entonces escuché unos golpes en la puerta. Me levanté rápidamente y abrí esperando ver a Beverly, pero no era ella.

- Joder, Pedrito. - él puso cara de indignado.

- ¿Ahora qué he hecho?

- Nada. Es que pensé que era Beverly. - dije.

- La he visto antes por el pasillo. ¿Ha pasado algo? - preguntó. Yo fruncí el ceño.

- Sí pero no. No sé porqué no ha venido.

- Pues ya me estás contando lo que ha pasado. Habla. - exigió con una sonrisa pícara.

Le expliqué lo que había pasado, y él escuchó atentamente.

- Pues no sé, igual no ha venido porque no quiere. - habló.

- Bueno, luego cuando vayamos a cenar la pregunto y ya está. ¿Echamos unos fifas?

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Pedri se acababa de ir para su casa, y yo estaba bajando las escaleras para ir al comedor y cenar.

La rubia no hizo acto de presencia en toda la tarde, pero no le di mucha importancia.

Llegué y ella estaba sentada en una mesa con un chaval que no conocía de nada. Fruncí el ceño y me acerqué.

- Hola, niña. - la saludé. Al otro ni le miré.

- Hola, Pablito. - dijo con una sonrisa, eso significaba que le habría ido bien hablando con Jana.

- ¿Y este quién es? - pregunté seguramente con cara gavi.

- ¿Cómo te llamabas? - preguntó ella. Yo me reí disimuladamente colocándome la mano en la cara para que no se notara tanto.

- Álvaro. Te lo he dicho hace cinco minutos, tía. - dijo riendo. Ni puta gracia, chaval.

- Ah, es que estaba con los cascos. Pero me los tapaba el pelo. - dijo Bev encogiéndose de hombros.

Se miraron entre los dos sonriendo y yo estaba de espectador, entonces decidí hablar.

- ¿Por qué hoy no viniste a mi habitación? - dije con una sonrisa burlona mirando a Beverly.

- Es que cuando fui, llamé y no abriste, así que no volví. - dijo frunciendo los labios.

- Me estaría duchando. - dije. No se me ocurría otra razón por la que no habría escuchado los golpes en la puerta.

Me di cuenta de que estaba de pie, así que le dije con la mirada a Bev que se apartara un poco más para sentarme a su lado.

- Vienes nuevo, ¿no? - dijo Beverly.

- Sí, me han fichado del Racing. - entonces la cara de Beverly cambió.

- ¿Y cómo es que no te conozco? - preguntó frunciendo el ceño.

Beverly también había venido de allí, pero con once años.

- ¿Tú eras la chica rubia que se fue con once años o así? - preguntó él.

𝐁𝐄𝐒𝐓 𝐘𝐄𝐀𝐑𝐒 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora