𝐁𝐄𝐒𝐓 𝐘𝐄𝐀𝐑𝐒 | Beverly Mason, más conocida como la personificación de Adrik Cash.
Prácticamente criada en la cantera del Fútbol Club Barcelona. La chica se mudó a la capital catalana a los once años, y casualmente un chico de su edad también...
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Beverly
Ya estábamos en el avión para volver a Barcelona. Habíamos jugado todos los partidos, y los resultados habían sido todos con nuestra victoria. Me había sentado con Alexia, ya buscaría a Pablo luego.
- ¿Por qué tienes esa cara? - preguntó ella.
- Es que ya estamos volviendo, y eso significa que Gavi y yo tenemos que hablar las cosas. - estos días habíamos seguido con algún que otro beso. Así estábamos bien, me daba miedo lo que me pudiera decir, por eso no había querido hablarlo.
- Tú tranquila, tienes al pobre hombre loco por ti. - rio Alexia.
- Ya, pero la otra está estorbando cada que puede. - con "la otra" me refería a Paula, evidentemente. Pablo y ella tenían que verse sí o sí, ya que era la fisio y de vez en cuando había revisiones. Menos mal que lo era solo de la selección masculina, porque me llega a tocar a mí y me echo un bote de gasolina para quemarme viva.
- Escúchame. Por mucho que este pegada a él, si él no cede no va a poder hacer nada. No le des más importancia, rubia. - tenía razón, pero yo era así. Era insegura con todo, a la mínima señal de peligro me alteraba.
- ¿Podemos cambiar de tema? - estaba harta de hablar del chico.
- Bien. Hablemos de que por fin has decidido socializar con las demás. - habló sonriente.
- Lo he pensado mejor, y por ser un poco menos borde no me va a pasar nada. - comenté.
- Por fin te das cuenta. Veo que Jana y tú os lleváis muy bien.
- Nos llevamos bien y ya. Me la he encontrado un par de veces y las conversaciones duran cinco segundos, así que tampoco te flipes. - le dije alzando mis cejas.
- Pero has hecho una nueva amiga que no seamos Aitana o yo.
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Un taxi nos había dejado a Pablo y a mí en La Masía, ya que éramos los únicos que vivían allí. No habíamos hablado en todo el viaje.
- ¿Quieres hablarlo ahora o...? - comenzó él cuando entramos al comedor.
- Mañana. Ahora solo quiero comer patatas fritas. - iba a levantarme a por ellas pero Pablo me paró.
- Ya voy yo a por lo de los dos. ¿Quieres algo más?
- No, solo patatas. Pero trae ketchup.
Dicho esto, fue a por la comida y en menos de cinco minutos ya había vuelto.
- ¿Enserio te has cogido esa mierda, Martín? - dije mirando su puré de verduras.
